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Desde Hollywood, el Checker Marathon ganó fama en cine y televisión. Aquí logró un espacio prestando servicio como taxi colectivo en Bogotá.
Publicrónica No. 33.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.
Junto a la Estatua de la Libertad, rascacielos o avisos luminosos en Time Square, un taxi amarillo con estilo “años ’50” identificó por décadas a la “Gran Manzana”. El Checker Marathon es un icono de Nueva York y las grandes urbes estadounidenses. Producido de manera independiente (pero con motor Chevrolet) en Kalamazoo, Michigan, mantuvo su apariencia entre 1959 y 1982, cuando la fábrica cerró.
En español, la palabra “Checker” traduce algo así como “ajedrezado”, refiriéndose a la textura a cuadros en blanco y negro que identifica al servicio mundial de taxis. Aunque se produjeron también para labores distintas al servicio público, su figura es tan característica como la de los sobrios taxis negros de Londres.
Fue objeto de múltiples apariciones en cine y televisión: “Taxi Driver” con Robert de Niro, “D.C. Cab” con Mr. T (Mario Baracus en “Los Magníficos”), “Atrápame si puedes” con Tom Hanks y Leonardo Di Caprio, o comedias como “Taxi” con Danny de Vito y Tony Danza, lo consagraron. Hoy es objeto de culto en colecciones y museos como el Henry Ford o el Gimore de Michigan, donde reposa el último de ellos.
Checker taxi: sí, estuvo en Colombia
Por extraño que parezca, el Checker se vendió en Colombia y de ello abundan los testimonios. Uno de ellos, en amarillo neoyorquino y con emblemas, está en el Centro Comercial Carrera de Bogotá. Otros sobreviven y se están preservando para honrar su imagen privilegiada.
Hasta el cine y la televisión nacionales lo registraron: apareció en “Los Cuervos” y “Don Chinche”, conducido por el inolvidable William Guillermo Arcila (Luis Eduardo Arango) y acompañado por Eraos Pedraza (Víctor Mallarino). En “El Niño y el Papa” de 1987, un ejemplar blanco con techo rojo lleva a los protagonistas al Teatro Colón a cantar.
En la realidad, consta que el Checker Marathon apoyó el transporte público de Bogotá bajo el carácter de colectivo para varios pasajeros, en servicios entre la calle 26 y los entonces distantes sectores de Kennedy y Fontibón. Incluso, hay testimonios de su servicio entre Medellín y Yarumal, en Antioquia.
Más de una fotografía de época da cuenta de los Checker colombianos, que incluyen largas camionetas para transporte turístico o de tripulaciones aeronáuticas como la de la desaparecida aerolínea Braniff. Incluso, se utilizaron para el lanzamiento de los bolígrafos Allegro, en 1988.
Taxis grises
En Colombia, los Checker no fueron amarillos, pero si grises. Y eso tiene una razón: fue el primer color impuesto oficialmente por norma a los taxis en Colombia a mediados de los años ’60, en el furor de los intercambios agropecuarios que facilitaron la entrada de vehículos para trabajo.
En medio de una gran competencia, desatada por una copiosa oferta de vehículos para servicio público, el Checker se anunció entre marzo y abril de 1966 con avisos de gran tamaño, fotografía evidente e ilustraciones técnicas. Allí, tanto la marca como la palabra “Taxi”, eran lo suficientemente visibles para destacar su misión laboral.
A través de un listado, se numeraban características que debían interesar al empresario del transporte. Entre ellas: el tamaño, espacio para ocho pasajeros adultos gracias a sillas plegables adicionales, partes fácilmente intercambiables, puertas fuertes, una amplitud 33% mayor a la de cualquier sedán y dos opciones de motor: 6 cilindros en línea o V8.
Además, se destacó una virtud que estándar actual, pero que no se tenía en cuenta a razón de su origen estadounidense: la permanencia de la línea sin cambios anuales. Este último argumento garantizaba una larga duración, racionalmente pensada para un carro de trabajo.
De Nueva York a Bogotá
Para su representación en Colombia se creó “Distribuidora Checker”, que los comercializaba y ofrecía el respectivo servicio posventa y venta de repuestos, esta última a cargo de Fernández y Garzón.
Con sede en Bogotá, la compañía se ubicaba en la carrera séptima con calle 51. Aunque la publicidad en prensa nacional y las evidencias antes descritas demuestran su presencia en Colombia, no se puede decir lo mismo de su éxito comercial.
Evidentemente, los Checker fueron vehículos poco difundidos en el país, sin el alcance de sus rivales de Detroit. Encontraron un nicho específico junto a las furgonetas de transporte colectivo, en una ciudad que pretendía ser, en ese momento, tan cosmopolita como la “Capital del Mundo”.
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Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes, y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
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