Fue pionera en el transporte liviano de pasajeros en Colombia. La Kombi de Volkswagen alcanzó el éxito a mediados de los años cincuenta, y contó con la ilustración original de Bernd Reuters para su publicidad. Publicrónicas No. 17.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.
Íntimamente ligada al imaginario hippie de los años sesenta, la emblemática Volkswagen Transporter T1 goza de una historia profunda y rica. Su verdadero nombre fue Transporter Kombi (por abreviación de Kombinatzionfahrzeug) y ese diseño de parabrisas dividido, con frontal que dibuja una gran letra «V», pasó a la historia en su primera generación. Precisamente, la «T1».
Nació como sugerencia de su primer agente exportador, quien bocetó en un cuaderno la derivación lógica de un Volkswagen adaptado a transporte de carga, acogida para producción en 1949 junto con el «Escarabajo».
Con esta forma se mantendría vigente en Alemania hasta 1967, pero los brasileros extendieron aún más su vida comercial, finalizando en 1975. Además de generar todo tipo de versiones, como panel de carga, pick-up, camping y la versatilidad necesaria para todo tipo de usos, su diseño cambió muy poco en 18 años.
Pionero
Pero si los hippies la convirtieron en ícono mundial, el servicio público la tiene como piedra fundacional del transporte liviano de pasajeros en Colombia. Se sabe que el Volkswagen Escarabajo llegó al país a finales de 1951, y por lógica, junto a él apareció la Kombi T1.
Se conocen testimonios respecto a la desconfianza inicial con la que recibieron a su hermano, finalmente desvirtuados al comprobarse sus bondades. Pero, aunque se desconocen reacciones similares hacia la camioneta, hay certeza de que fue asimilada casi de inmediato por transportadores y empresas, tanto públicas como privadas.
Este vehículo venía a controvertir a las vans tipo panel derivadas de las pick-up norteamericanas, que en su momento se conocieron en Colombia como las «bolas».
La publicidad
A mediados de 1954, la Volkswagen Kombi T1 tipo microbús de seis ventanas laterales ya estaba totalmente posicionada en el transporte urbano e intermunicipal. Para ese momento, aparecieron en el diario El Tiempo los anuncios que se muestran con este texto.
Casi todos ellos se pautaron a gran tamaño, generalmente a media página, con predominio de la marca en letras masivas y su eterno logo, este último en proporciones menores. En todos hay abundante texto que enfatiza economía, eficiencia y hasta en la facilidad de aplicar publicidad en sus paredes laterales. Siendo ya un producto conocido, se refuerzan sus bondades entre sus usuarios y clientes potenciales.
Pero lo que realmente llama la atención, es la gráfica de los vehículos presentados. En esa época, la fotografía aún no era tan difundida en publicidad automotriz y la ilustración seguía dominando. Para este caso puntual, se reprodujeron muchas gráficas extraídas de los catálogos de venta, ilustrados por el artista alemán Bernd Reuters.
Célebre antes de la guerra, este ilustrador ya había trabajado para otras fábricas en su país. Se vinculó a Volkswagen en 1946 y se haría mundialmente famoso por representar a la marca de una forma no precisamente fiel a la realidad. Los «Escarabajos» dibujados por él eran más redondeados y masivos, llenos de formas geométricas, con amplios fondos en blanco y ocupantes sonrientes.
Ese mismo patrón seguían las Volkswagen Kombi T1 plasmadas bajo su trazo. Arriba parecían bloques planos, con el frente y la trasera totalmente redondeados, casi esféricos, dándole una sensación de velocidad y movimiento.
Por la limitación de impresión a una sola tinta, en los periódicos de entonces no era posible verla en sus colores originales. Pero aún así, las formas se percibían dinámicas y diferentes a toda la publicidad del momento. Tristemente, Reuters moriría de un infarto en 1958, a sus 57 años de edad.
Aunque el resto es historia, muchos recuerdan a la Volkswagen Kombi T1. Por ejemplo, en Antioquia pasó a la historia como «La Arrierita». Sin embargo, el tiempo y el trajín finalmente la hicieron escasa y muchos ejemplares salieron del país, astutamente vendidos a coleccionistas, en una época en que llegaron a ser incluso más caras que un Porsche 911.
Más Publicrónicas en EL CARRO COLOMBIANO
- «Más grande por dentro» (1966), el encanto italiano del Fiat 600 y sus gemelos
- «El Topolino» (1977): La publicidad que ‘bautizó’ al pequeño Fiat 750Z en Colombia
- «Su gran acierto» (1981): el Renault 18 trajo novedades, elegancia y algo más
- «Salvaje y civilizado» (1989): el Mitsubishi Montero nacional mostró su versatilidad
- “Con lujo de detalles” (1979): en tres ruedas, el Citroën CX sorprendió a Colombia
- «Un carro de película» (1985): El cinematográfico debut del Chevrolet Monza
- «Explótelo» (1995): Cuando Karl Marx vendió camperos UAZ en Colombia
- «El automóvil más premiado de Europa» (1978): Dodge Alpine llegó a Colombia por lo alto
- «El mío si» (1987): el Mazda 626 brilló como el más lujoso de su tiempo
- «Invéntate cómo vivirlo» (1995), el alegre y colorido debut del Renault Twingo
- «Muchos kilómetros de satisfacciones» (1982): Chevrolet Chevette abre una era en Colmotores
- «Campeoníssimo» (1979): El Fiat 147 y su enérgica llegada a Colombia
- “Cinturón Negro” (1980): El ascenso definitivo de Suzuki en Colombia
- “Su próximo carro” (1969): El aspiracional debut del Simca 1000 en Colombia
- “El Reto Japonés” (1983): La revolución de Mazda para Colombia
- “Amigo Fiel” (1975): Cuando el Renault 4 se ganó a Colombia
- El Simca 1000 fue el primer carro de alto impacto publicitario en Colombia
CRÉDITOS:
- Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
- Imágenes: Archivo digital El Tiempo / Google News. Camilo Ernesto Hernández.
- Restauración de imagen, edición y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
Prohibida la reproducción o publicación del material aquí expuesto sin citar como fuente a la Revista Virtual EL CARRO COLOMBIANO.