Un anuncio injustamente ignorado en las memorias de la historia publicitaria colombiana. O quizás no tanto, por recurrir a un mensaje que hoy podría considerarse como «políticamente incorrecto». Nueva entrega de Publicrónicas.

Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, especial para EL CARRO COLOMBIANO.

Los antecedentes del canje agropecuario entre Colombia y los países de la entonces «Cortina de Hierro» trajeron al campero GAZ 69AM y su extrapolación rumana, el Carpati M421, entre finales de los años sesenta e inicios de los setenta. Pero para 1972, los soviéticos tenían listo su reemplazo: el UAZ 469B.

Menos refinado que sus congéneres del resto del mundo que ya ‘coqueteaban’ con la lúdica aventurera, este vehículo sería menos conocido y recibido con mayor recelo, debido a su origen. Seguía fiel al propósito del trabajo campesino, el transporte oficial y el uso militar, por sobre todo. 

Formó parte de las fuerzas armadas soviéticas y de países socialistas, presente en incursiones como la ocupación a Afganistán, y hoy tentador rezago que identifica la caída del Muro de Berlín y a la rudeza de todo aquello que identifique a la estepa rusa. De hecho, su zaga continúa como UAZ Hunter, incluyendo a la furgoneta 451/452 o «Buhankha» (hogaza de pan).

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Un slogan «Indestructible»

Presentado en nuestro país en 1975, no fue visto con confianza por la mayoría, salvo por el servicio público campesino donde su robustez estaba por encima de sus líneas bruscas, mala fama de calidad en productos socialistas y hasta la ideología política del país de origen.

Otro tanto lo hacía la imagen que dejaba la deficiente representación posventa de vehículos similares importados por vías gubernamentales. En el caso del UAZ, la representación corrió por cuenta de la firma Tractouaz que representaba a la estatal Avtoexport, responsable de la industria soviética.

A nivel publicitario, los mensajes para Colombia eran más bien discretos y básicos. Imágenes del modelo, descripción de bondades como la robustez, una tabla de concesionarios y nada más. Su eslogan fue inolvidable: «El Indestructible Soviético», luego eliminando el gentilicio: «El Indestructible», utilizado aún hoy en día.

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La otra faceta de Marx

A finales de los años ochenta también tuvo un comercial de televisión, cuando el todoterreno ruso se importaba en versiones alargadas para transporte colectivo y chasis. Pero la Perestroika, con todas sus consecuencias, marcaría a mediados de los años noventa la pieza más «políticamente incorrecta» que pueda encontrarse en la historia publicitaria automotriz colombiana.

Entrados ya en tiempos de la Apertura Económica, a finales de 1995 las páginas finales de la revista Motor albergaban un anuncio de media página vertical encabezada por un titular que rezaba: «¡Explótelo!»

Y a renglón seguido agrega: «Póngalo a trabajar duro, porque entre más lo explote, más plata ganamos«. Lo insólito es que, en el contexto del anuncio, la frase sale de Karl Marx, padre de la ideología política recién extinguida de la nueva Rusia y los ya disgregados países de la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.).

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En aquella época, la firma ABC Automoviliaria S.A. de Cali intentaba de nuevo la aventura UAZ en Colombia. La competencia de siempre tenía todos los ases posibles, con modelos harto conocidos y mucho más avanzados, que superaban al «indestructible» solo en sus líneas.

Mientras los demás camperos se anunciaban en dobles páginas y con sofisticación, la audacia del mensaje habría sido un escándalo para muchos «camaradas» a costa de la risa de los demás. Pero fue una trasgresión que muy pocos advirtieron y que hoy es una joya rara a reivindicar dentro de la historia publicitaria nacional.

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CRÉDITOS:

  • Textos, investigación e imágenes: Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotriz. 
  • Restauración de imagen, edición y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.

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