Presentado como «una producción internacional de GM para Colombia», el Chevrolet Monza recurrió al mundo del cine para adentrarse en el mercado nacional, dejando a un lado la sobriedad común de la publicidad para vehículos de gama alta.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón. Especial para EL CARRO COLOMBIANO.
Era 1985. El Mazda 626 puso la nota tecnológica en la gama alta, mientras el Renault 18 GTX lo hacía con potencia y velocidad. Colmotores seguía en proceso de transición y con el sacrificio del Celebrity, despedía por fin al tradicional carro estadounidense. La reorganización con Chevrolet tenía dos modelos nuevos: el malogrado LUV 2000 (luego Trooper) y el Monza.
Eso si, bajo la misma tradición de remarcar modelos según la región, nuestro protagonista de hoy nació en Alemania como Opel Ascona, en 1981. Era la tercera y última generación de dicha referencia, pensado para ser universal como fue su hermano el Kadett (Chevette): tracción delantera, motor transversal, caja de cinco cambios y motor 1.8 litros fueron sus argumentos.
Un año después arribó a América Latina a través de GM Brasil, que lo armó ya como Chevrolet Monza, nombre de la ciudad italiana del célebre circuito de carreras, que además ya había utilizado la versión coupé del viejo Corvair. De hecho, este nombre se retomó en China hace un par de años para un nuevo sedán del corbatín.
Luces, cámara… ¡acción!
La primera etapa publicitaria del Chevrolet Monza se reconoce con claridad. Sus competidores apelaron a argumentos clásicos de la gama superior en el mercado, pero Colmotores fue más arriesgada y emocional.
A mediados de aquel año 1985, comenzó con una corta campaña de expectativa en la que, muy al estilo de la 20th Century Fox, el logo volumétrico y engrandecido de GM anunciaba en televisión y medios impresos una novedad que venía en camino. Una curiosidad de esa presentación fue que repitió la misma estética con la que Chevrolet había debutado en el país, cuatro años atrás.
Días después, apareció en la prensa nacional la que podría considerarse como la primera separata anexa a periódicos y revistas para anunciar un nuevo automóvil. La portada repetía el logo grandilocuente de GM y al abrirla, se presentaba por fin el carro en semi-perfil y contrapicado, rodeado por luces y cámaras de cine sobre un fondo azul. El eslogan lo decía todo: «Un carro de película».
El comercial televisado reforzaba el mensaje. Con la voz de Armando Plata Camacho y el comienzo breve del logo GM, aparecía el Monza colgado de un helicóptero mientras lo contemplaba un vaquero a caballo. Al grito de «¡Acción!» y claqueta de cine, le seguían dos escenas del más puro corte hollywoodense: persecución del viejo oeste con caballos y desierto, con todo y salto de barranco.
La siguiente escena, volando por el cosmos y pilotado por conductor con traje espacial en clara alusión al cine de ciencia ficción, concluye con una exhibición nocturna al pie de un teatro cuya marquesina reza «Hoy, General Motors presenta Monza». Todo el copy presenta al Monza como una estrella de cine, pero el eslogan final lo define: «La perfecta integración entre Usted y la Máquina».
Dicha frase se había adaptado de la campaña de lanzamiento utilizada en Brasil, en 1982: «Una nueva relación entre hombre y máquina». Otra curiosidad fue el énfasis mayor sobre la matriz General Motors, por encima de la marca Chevrolet, para señalar su universalidad.
«The End»
Con el paso del tiempo, la referencia al cine fue dando paso a argumentos más acordes con la categoría del modelo como la robustez, potencia y confort, características que tendrían especial relevancia con la posterior ampliación de la gama.
Precisamente, dichos atributos se reforzarían dos años después del lanzamiento con la aparición del Monza Classic con caja automática y la versión de dos litros, que ahora si lo insertaban en la intrincada lucha por el primer lugar del mercado de alta gama en el país. (Vea la historia del Chevrolet Monza en Colombia, aquí)
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CRÉDITOS:
- Textos, investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotriz.
- Imágenes: Omar Johannes Pulido, Marcelo Correa, Archivo EL CARRO COLOMBIANO.
- Comercial de Televisión: «Turbonetics5», vía YouTube.
- Restauración de imagen, edición y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.