Clásicos Colombianos

Renault Clio y su publicidad en Colombia: el “joven mejor preparado” de los años ’90

Renault Clio 1996 Colombia

El Renault Clio, heredero natural de los R4 y R5, tuvo una primera y discreta etapa en Colombia. Con seguridad, muchos recuerdan su publicidad.

PUBLICRÓNICA No. 89.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.

Muchos de quienes tenemos más de 40 años de edad recordamos la edición número 99 de la revista Motor, que en junio de 1990 le presentó a Colombia al totalmente nuevo Renault Clio. Este auto subcompacto marcó el inicio de una era y el fin de otra, la de sus antecesores, los R4 y R5 (el último ya evolucionado a “Supercinco”) y hasta de su competidor, el Citroën 2CV, que se despidió para siempre en ese mismo mes.

Era la época de compactos juveniles que veían el fin de siglo, entre los que estaban Citroën AX, Peugeot 205 y una larga lista que incluía autos japoneses y surcoreanos. Renault, por su parte, abandonaba los números para definir a sus modelos, bautizando su nueva creación como a la musa griega de la historia.

Colombia conoció al Clio tres veces. La primera fue en 1992, cuando su primera generación se importó de Francia en una única versión de cinco puertas. Para justificar su alto precio, se quiso vender como un representante del glamour francés. Un anuncio, divulgado en los primeros meses de 1993, apenas un año después de despedir al “amigo fiel”, lo presenta.

Renault Clio 1993 Colombia

Renault Clio 1996 ColombiaRenault Clio RSi 1994 Colombia

Un aviso de revista, partido en dos mitades verticales, muestra una unidad en color azul metalizado. El nombre “Clio” domina la escena. A la derecha, se ve un paisaje glacial que recuerda a los Alpes europeos, dando a entender que venía directamente desde allá.

La segunda vez que Colombia conoció al Clio fue en septiembre de 1994, cuando se anunció la llegada del deportivo Clio RSi de tres puertas. También importado de Francia, se comercializó únicamente a través de la red del concesionario Casa Toro, que adquirió la totalidad de unidades importadas.

En ambos casos, Renault-Sofasa buscaba responder al boom de la apertura económica, de inmediato y con un producto fresco. Sin embargo, fue un ejercicio difícil ya que los precios de origen resultaban ser muy elevados dentro de su categoría. Aquellos primeros Clio fueron poco frecuentes, y ahora son coleccionables de interés.

Renault Clio, el “joven más preparado” de los años ’90

Llegamos a 1995. Renault priorizó al Twingo como producto nacional, retrasando en un año al Clio, mientras Colmotores respondió poco después con el Chevrolet Corsa. Había concurrentes de cuidado como Ford Fiesta, Fiat Uno, Hyundai Excel Coupé y poco después, el Mazda 121; pero el Clio armado en Envigado y presentado en el Salón del Automóvil de Bogotá de 1996, fue la respuesta correcta.

Más fácil de asimilar que el Twingo, con cinco puertas y un tamaño acorde a más público, llegó para quedarse y hacer sentir de nuevo en casa al seguidor tradicional de Renault. Casi que el Clio era al Twingo, lo que el Renault 6 fue al Renault 4, pero en otros momentos y circunstancias.

Con cambios mínimos como la forma de sus luces, defensas y una nueva tipografía en su logotipo, el Renault Clio nacional debutó en Corferias dentro de un stand que repetía algo de la espectacularidad del Twingo, pero un tanto más contenido y discreto. Su eslogan de lanzamiento lo definió así en su primera etapa: “Un joven bien preparado”.

Esa frase se repitió en sus comerciales, que a su vez, provenían de la publicidad española “JASP, cuyo eslogan había sido primero “Joven, aunque sobradamente preparado”. Lo que vieron los colombianos en televisión nacional fueron dos comerciales, en los que el enfrentamiento entre generaciones fue la constante.

En uno, un productor de televisión maduro y elegante, pero claramente disgustado, increpa a un joven director en blue jeans que pide dirigir su propio programa. Este sale adelante, corrigiendo una cita atribuida por el primero al filósofo Emmanuel Kant, pero que para el segundo es del poeta latino Séneca.

Entre tanto, el segundo comercial mostraba un ejecutivo de mediana edad a punto de transferirse, quien descubre que en su lugar llegará una joven recién graduada, quejándose porque ella se quedará con su puesto, personal a cargo y el carro de la empresa. Un colega le dice que ella llegó a cambiarlo todo, rehusándose incluso a usar el vehículo. Así, la mujer aparece feliz y con amigas a bordo de su nuevo Clio.

Comerciales colombianos

En 1999, aparecieron otros comerciales que seguían esa tendencia, pero realizados en Colombia y con un toque adicional de humor. Este estilo, muy propio de la época y reflejado en producciones como Betty La Fea, los hizo más frescos y recordados.

El primero mostraba una conversación de dos hombres dentro de un ascensor. De ellos, el mayor decía con prepotencia al joven que iría a ver al vicepresidente de proyectos, hablándole de cosas que, según él, este último no entendería. Antes de bajarse ambos, el más joven responde que él es el nuevo vicepresidente de proyectos de la empresa.

En otro comercial, durante una conferencia un hombre y una mujer escuchan cómo presentan a la conferencista. Según deduce el hombre, y se lo dice a ella, debe tratarse de una “vieja anticuada con demasiados títulos”. Cuando los demás aplauden en espera de la presentación, la bella ejecutiva se despide con un “nos vemos…” y es evidente que se trata de ella. El sorprendido hombre queda solo,y mirando al frente.

Así fue como el Renault Clio encontró su mercado específico en Colombia, durante la segunda mitad de los años noventa.

Renault Clio 1998 Colombia

Renault Clio en la publicidad impresa

En contraste, la publicidad impresa del Renault Clio fue más bien escasa y sin inmediatez, algo sorpresivo tanto para la marca como para la generalidad publicitaria. Apareció más de un año después del lanzamiento, cuando el producto ya estaba posicionado, aunque no sin calidad.
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La aparición del modelo básico RL motivó anuncios espontáneos y atractivos, con composiciones dinámicas, retículas bien deifnidas y tipografías acordes a su público. El semiperfil del carro aparece junto a un sonriente dueño que recuesta su codo en el techo.

Esa misma imagen se repite en otro anuncio como apoyo para otro, ya en el 1998 del primer centenario de la marca, con primeros planos de las clásicas calcomanías en las defensas tan en boga desde poco antes, las llamadas “bumper stickers” con diversos mensajes.

Renault Clio RSi 1998 Juan Pablo Montoya Colombia

Una visión cuidadosa demuestra también la astucia de la agencia de publicidad Lowe/SSPM. Las calcomanías se ubicaron en competidores tradicionales como Chevrolet Sprint o Mazda 323 hatchback, ya antiguos. La foto final, es simplemente el emblema del Clio para finalizar con la frase “no necesitas decir más”.
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Dos adicionales están en la felicitación por la entrada de Juan Pablo Montoya a la Fórmula 1, y la emisión en Colombia de un recordado comercial argentino. Allí, el diablo tienta a un potencial accidentado por dos camiones en una curva.

Evolución

En mayo de 2001, el Renault Clio nacional evolucionó a su segunda generación mundial. Con líneas más redondeadas y agresivas, lo antecedió su “hermano” con baúl, el Symbol, cuya campaña es recordada por la aparición del “gringo” Bob Harris.

Era un producto estrella que entraba al siglo XXI con nuevas ideas y cambios mínimos, conservándose vigente y exitoso hasta 2016. Hoy es un auto apreciado como un usado confiable, pero reposando su prestigio en el “joven bien preparado” del siglo anterior.

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CRÉDITOS:

  • Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
  • Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.

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Óscar Julián Restrepo Mantilla
Administrador de Empresas y Publicista bumangués. Fundador, Director y Gerente General de la Revista Virtual El Carro Colombiano.