Si hay un fabricante de vehículos que durante su historia se ha caracterizado por la innovación y la creatividad, es Citroën. Por su diseño y tecnología, varios de sus modelos son de los más influyentes en la historia del automóvil.
Fue el 4 de junio de 1919 cuando el ingeniero francés André Citroën formalizó la creación de su propia marca de automóviles: Citroën, en la que replicó las técnicas de producción de vehículos en cadena que Henry Ford había implantado en Estados Unidos, hasta ese momento, inéditas en Europa.
Al paso de los años, Citroën se posicionó como una marca líder en innovación y tecnología, imponiendo nuevas propuestas que la industria automotriz estandarizó como la fabricación totalmente en acero y la tracción delantera. Para la década de 1970, los modelos de esta marca eran de los más avanzados del mundo.
Asumiendo el alto costo de ser un visionario, graves problemas económicos llevaron a André Citroën a ceder sus acciones a Michelin, su principal acreedor, que en las décadas siguientes supo llevar a Citroën a la cúspide. En 1975, entró a formar parte del Grupo PSA junto a Peugeot.
Para celebrar sus 100 años de historia, a continuación recordamos a 10 de sus modelos más representativos.
Citroën Tipo A (1919-1921)
El primer modelo de la marca de los chevrones trajo consigo una de las innovaciones más importantes: fue el primer automóvil fabricado en serie en Europa, aplicando en él la técnica implantada por Henry Ford en Estados Unidos.
En realidad el Tipo A era un carro muy sencillo, pero utilizaba la técnica más avanzada de su época en el proceso de fabricación. La fábrica era por entonces la más moderna de Europa, y con la tecnología más actual. Evidentemente, André Citroën vivía tal vez obsesionado con la innovación, hecho que lo llevó a la fuerte crisis que le quitó la empresa, pero que aún hoy le identifica.
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Citroën Traction Avant (1934-1957)
Este vehículo de alta gama fue el primero en muchas cosas: equipo de frenos hidráulico, carrocería autoportante de acero, soportes elásticos para aislar vibraciones del motor y lo más importante: la tracción delantera, inédita hasta ese momento.
Así mismo, la ubicación del motor permitía bajar el centro de gravedad de manera significativa, reduciendo la altura al suelo y permitiendo eliminar los tradicionales estribos laterales. A este auto también se le conoció como «Citroën Pato», por la forma del chasis en el frontal, similar a un pico de pato.
El alto costo del desarrollo del Traction Avant, y los problemas de fiabilidad que el vehículo mostró al principio en razón a sus avances tecnológicos (que luego fueron resueltos), llevaron a André Citroën a una crisis económica que lo obligó a entregar el control de la empresa a Michelin en 1935.
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Citroën 2CV (1948-1990)
Sin lugar a dudas, es el carro más longevo en la historia de Citroën, y uno de los más populares e influyentes de la historia del automóvil. Este pequeño vehículo se creó bajo la premisa de sencillez en todos los aspectos, con grandes soluciones de ingeniería que permitieron motorizar a varias generaciones de personas en todo el mundo.
Durante su historia utilizó siete tipos de motores, con potencias entre 9 y 32,8 caballos. Además de su extrema simplicidad y simpatía, destacó por su suspensión de máxima adherencia en todo tipo de terreno.
Producido en todos los continentes, se le consideraba un carro realmente cercano al pueblo. Según Mafalda, era “uno de los pocos autos en los que lo importante sigue siendo la persona”.
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Citroën DS (1955-1975)
Tal vez, la mítica «diosa» (déesse en francés) sea el carro más revolucionario en la historia de la industria automotriz, que reinventó el concepto de automóvil, adelantándose 20 años a su época. Toda una obra de arte sobre ruedas, digna de ser expuesta en cualquier museo.
Al momento de su debut en 1955, el Citroën DS contaba con tracción delantera, techo en fibra de vidrio, dirección asistida, suspensión de altura variable y discos de frenos con 300 mm de diámetro en las ruedas delanteras, apoyados por asistencia de alta presión.
Aunque en 1954 el Traction Avant presentó la suspensión hidroneumática, en el DS este sistema entregó todo su potencial. En cada rueda ubicaba esferas con nitrógeno comprimido por un líquido hidráulico mineral, entregando la sensación de «flotar» sobre el camino con una gran estabilidad de marcha.
Citroën SM (1970-1975)
Aprovechando una fugaz unión con Maserati, el fabricante francés desarrolló este espectacular auto deportivo con novedades dignas de un prototipo. Sus prestaciones le permitieron ubicarse en su época como el carro de tracción delantera más rápido del planeta, con 230 km/h de velocidad punta frente a los 232 km/h de un Porsche 911 contemporáneo.
El Citroën SM equipaba dirección de asistencia variable en función de la velocidad, toda una novedad en 1970 que aún hoy en día, está reservada a vehículos de gama media alta y alta. Bajo el capó contaba con un motor V6 de 170 caballos, de origen Maserati.
Contaba además con suspensión hidroneumática con control de altura, faros direccionales con mando hidráulico, frenos de disco en las cuatro ruedas y ajuste automático del limpiaparabrisas según la cantidad de lluvia.
Citroën GS/GSA (1970-1986)
Creado con el objetivo de poner la tecnología del DS al alcance de más personas, el Citroën GS debutó en 1970 junto al SM. Ganador del «Coche del Año en Europa» en 1971, contaba con una suspensión hidroneumática capaz de sostenerlo rodando en línea recta así estallara una de sus ruedas, además de una excelente capacidad de frenado.
El carro más aerodinámico de su época se movía con motores entre 1.015 y 1.300 c.c., y potencias entre 55 y 65 caballos. En 1973 se presentó una versión con motor rotativo Wankel de 107 caballos, denominada GS Birrotor, un fracaso comercial que funcionó como experimento mecánico en su época.
Para 1979 el GS evolucionó al GSA, nuevo modelo con portón trasero y algunos retoques estéticos específicos. Así, su existencia se prolongó aún varios años después del estreno de su reemplazo, el BX.
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Citroën CX (1974-1991)
Esta berlina francesa de gran lujo fue el último modelo creado por Citroën como marca independiente, antes de integrarse a PSA. Su nivel de desarrollo le permitió convivir en el mercado con muchos rivales más modernos y avanzados, en especial la suspensión hidroneumática, que había llegado a su máximo nivel de perfeccionamiento.
Debe su nombre al coeficiente aerodinámico, aspecto en el cual sobresalió como sus antecesores. Gozaba de un gran espacio interior, dirección con asistencia variable en función de la velocidad, y motores a gasolina y diésel, aspirados y con turbo, ubicados en posición transversal.
Fue el primer automóvil diésel de la marca, debutando con un récord: el diésel más rápido del mundo para el CX Turbo Diésel de 1987, con 195 km/h de velocidad punta. Así mismo, fue el primer carro francés con frenos ABS en 1986.
Citroën AX (1987-1996)
Diseñado también con la sencillez como principal baza, este auto subcompacto gozaba de una apariencia discreta pero atractiva que le permitió destacarse en su época, con carrocerías de 3 y 5 puertas y un bajo precio de venta en Europa.
Sus 600 kilogramos de peso le permitían moverse como pez en el agua con una amplia gama de motores de 1.0, 1.1, 1.3 y 1.4 litros, a carburador o inyección monopunto de combustible, con potencias entre 45 y 95 caballos. Existió también un modelo con motor eléctrico de 27 caballos, y autonomía de 80 a 100 kilómetros por carga.
En la gama del Citroën AX también destacaron las versiones deportivas GT, Sport y GTI, inspiradas en un excelente desempeño del vehículo en competición.
Citroën Xantia (1993-2001)
Uno de los modelos más emblemáticos de la década de 1990 presentó una interesante evolución de la suspensión hidroneumática, aprovechando los avances tecnológicos. El resultado fue la suspensión activa, con un sistema de control de balanceo de la carrocería que hacía que el carro girara con una inclinación de apenas 2,5 grados, sin importar la velocidad ni el radio de la curva.
Con un diseño sobrio y elegante, el Citroën Xantia destacó en su época por su solidez de construcción y amplio espacio interior. Su versión más destacada, por supuesto, fue el Citroën Xantia Activa con la suspensión antes citada.
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Citroën C3 (2001-presente)
Ya con tres generaciones a cuestas, el C3 es el modelo más vendido de Citroën en la actualidad. Este vehículo ocupa un importante lugar en el segmento B, con una configuración convencional de tracción delantera y motores delanteros transversales de cuatro cilindros en línea, en gasolina y diésel, aspirados y con turbo.
En su primera generación tuvo una variante convertible denominada «Pluriel», con un diseño de curvo de carrocería inspirado en el 2CV y techo de lona plegable. Desde aquella época incorporó tecnologías como el sistema de arranque y parado automático «Stop&Start» en las versiones de caja automática.
El modelo actual, que debutó en 2016, marcó la pauta a nivel estético para los demás modelos de la marca, incluyendo en su dotación una cámara que graba la marcha del vehículo en dispositivos móviles.
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Óscar Julián Restrepo Mantilla.