Muchos piensan que la historia del Renault 4 en Colombia inicia en 1970, cuando se ensambló el primero en Sofasa. Pero en realidad, vino mucho antes.
PUBLICRÓNICA No. 100.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.
A comienzos de este siglo, 10 años después que el Renault 4 dejara de fabricarse en Colombia y el mundo, había una coyuntura especial. Aunque fue muy querido y valorado en su momento, estaba en serio peligro de desaparecer. Y no precisamente de las calles, sino de la memoria y como objeto físico, por obsolescencia.
Conscientes de su papel en la historia nacional, la preocupación por un final de chatarrización o abandono llevó a dueños y aficionados a rescatarlo. Nacieron clubes y aparecieron ejemplares en una originalidad insólita por la vulnerabilidad al desecho o al menosprecio, que era la regla del momento. Así, fue cuestión de tiempo que la escena de antiguos y clásicos le reconociera.
Dicho sea de paso, el caso del Amigo Fiel no era único, pero sí el más representativo. Y, al amparo de su resurgimiento, los demás modelos ya superados de la marca y de la industria nacional en general, entraron también a la categoría de patrimonios históricos a cuidar y preservar.
Los primeros Renault 4 llegaron a Colombia mucho antes
El nacimiento de Internet llevó a una generación de aficionados a estudiar con seriedad la historia del Renault 4, recavando toda la información posible. Literatura como la Revista Motor que lo despidió en febrero de 1992, medios virtuales como EL CARRO COLOMBIANO, nacido de la afición elemental; y los relatos y recuerdos de muchas personas, reconstruyeron una historia que hoy es más valorada y conocida.
Así, muchos supieron que la historia del carro más popular de Colombia no nació realmente en el 1970 de su lanzamiento, sino que había un antecedente muy poco conocido que se remonta a un lustro atrás.
Hay quienes recuerdan esos primeros Renault 4, que se parecían a los Wartburg tipo chancleta. Solo se vendieron como chasises desnudos de la sillas delanteras hacia atrás, y algunos fabricantes locales les adaptaban carrocerías de pasajeros o carga como complemento.
Además de eso, tenían otras diferencias a los que luego ensambló Sofasa. Estos vehículos contaban con bumper delantero sin “orejas”, tablero de mandos más rústico y luces traseras provenientes de otros modelos Renault que nunca llegaron a Colombia, R8 y Alpine A110. Además, la parrilla frontal llevaba sus rejillas grabadas en el capó.
Venían importados desde España, basados en la furgoneta R4F que luego conocimos. Su representante era la firma Auto Andes, conocida por traer a los Dauphine y Renault 10 Taxi.
La publicidad
Estamos en abril de 1966. España era un nuevo proveedor de carros para Colombia, gracias a acuerdos comerciales que favorecían a ambos países. Se concretaba la compra de unas 250 unidades de estos Renault 4 recortados, a buen precio por esa condición. No se sospechaba que estos desconocidos vehículos fueran luego una revolución.
Antes del Amigo Fiel colombiano, también hubo publicidad. El diario El Tiempo fue la plataforma natural para ello, publicándose el mismo anuncio al menos tres veces, los días 3, 8 y 10 de agosto de 1966. La segunda aparición fue particularmente interesante por ser la edición que cubrió la posesión presidencial de Carlos Lleras Restrepo, ocurrida un día antes.
El punto clave fue una de sus grandes obras de gobierno: fundar la tercera ensambladora nacional de carros, que produciría al automóvil popular de Colombia. Esta sería Renault-Sofasa, tres años más tarde.
Volvamos al anuncio. Ocupaba más de una cuarta parte de la página y se pautó para aparecer siempre en la parte inferior de la esquina externa de la página. A su vez, se divide en cinco partes. La inferior es mayor y alberga los elementos de cierre: emblemas de Renault (el de 1959) y de Auto Andes, la importadora, con los datos de la vitrina y el precio: $32.980 “de contado”.
Las otras cuatro partes se perciben claramente, acentuadas por una diagramación asimétrica que lo hace visualmente agradable y equilibrado, aparte del mensaje que llama la atención de los aficionados. Dicha atracción inicia en la parte superior con la frase “Ya está en Colombia para entrega inmediata… la nueva Renault 4”.
Llaman la atención dos elementos. El uso de imagen corporativa vigente, que se retomaría en su posterior lanzamiento como producto nacional. Y, el género femenino con que se describe pues, al partir de la furgoneta, se entendía como camioneta y no como automóvil. De hecho, se destaca la posibilidad de conversión en transporte de carga o de pasajeros “…con una mínima inversión adicional”.
Así eran los primeros Renault 4 que llegaron a Colombia
En otras zonas del anuncio se observa al modelo, explicándose sus ventajas y características. Motor de 845 c.c. y 32 hp de potencia, tracción delantera, circuito sellado de refrigeración, ausencia de engrase, suspensión independiente a las cuatro ruedas, economía y su atributo de perfección en todo terreno.
Solo hay dos ilustraciones del Renault 4, a tinta. La superior es la vista lateral técnica, donde se reconoce el perfil de trompa y cabina del carro. La inferior, una reproducción fiel a partir de una fotografía en alto contraste del vehículo normal. Sin embargo, no se ofreció así sino hasta su posterior producción nacional.
Aunque hoy se podría asumir como “publicidad engañosa”, más bien se parte del hecho de que así quedaría el carro luego de pasar por alguno de los carroceros que luego le intervendrían.
Finalmente, hay como complemento un escenario campestre y un camino en tierra, aludiendo a su polivalencia y capacidades en cualquier terreno.
También furgonetas
Pero no fue el único anuncio del Renault 4, previo a ser colombiano. Pasaron casi dos años para un segundo preestreno, en El Tiempo del 5 de febrero de 1968. Igual de tamaño y ubicación, pero diferente en su mensaje.
Arriba, una foto silueteada de varias furgonetas R4F estacionadas en semicírculo, esta vez, con su carrocería original completa. Debajo, un gran texto que domina el anuncio y reza “…también las empresas Municipales de Cali adquieren para su servicio 34 FURGONETAS RENAULT 4”. Reaparece la imagen corporativa, cubriendo casi el ancho del anuncio y coincidiendo con el ancho de la fotografía superior.
Esta vez el logotipo de Auto Andes es más pequeño y, entre ambos emblemas, un pequeño texto que indica que son “Importadas de España”. Para ese momento, el público ya estaba acostumbrado a carros provenientes de la península ibérica.
Cuando se publicó este segundo anuncio, las gestiones para lo que luego sería Renault-Sofasa iban bien adelantadas. Sería cuestión de un año para que se diera su fundación, y otro más para que el Renault 4, tal como Colombia lo conoció y asumió, apareciera para transformar la movilidad en el país.
Unos de ellos no son como los otros…
El paso del tiempo hizo que estos pioneros Renault 4 españoles se confundieran con los más de 97.000 armados en Colombia. La mayoría desaparecieron y son pocas las evidencias presentes, casi arqueológicas, de la verdadera primera llegada del Amigo Fiel.
De no haberse concretado la operación de Renault en Colombia, que este 2 de julio cumple 54 años, muy posiblemente hubieran sido los únicos R4 que habríamos tenido. Y, más probable aún, serían solo una anécdota aislada de pocos conocedores y no la transformación trascendental de un país, que aún le agradece por haber sido el primer carro al alcance la mayoría.
Vea más de la serie PUBLICRÓNICAS, aquí.
CRÉDITOS:
- Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
- Fotografía de portada: Bavaria. Archivo personal de Ricardo Plano Danais.
- Fuentes: Archivo EL CARRO COLOMBIANO.
- Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
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