No siempre al Renault 4 se le conoció como el «Amigo Fiel». Una frase olvidada en el tiempo definió la expectativa por su lanzamiento.
PUBLICRÓNICA No. 51.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.
Indiscutiblemente, el Renault 4 colombiano está ligado en todo el mundo al apodo de «Amigo Fiel» por cuenta de la célebre campaña animada que en 1975 enamoró a todo un país. Así terminó su vida productiva e inició su camino a la historia nacional, de la que aún se beneficia. De ese adjetivo se ha escrito lo suficiente y se reconoce a nivel internacional, al punto que se ha traducido a varios idiomas.
Pero, ¿qué hay de lo que hubo atrás desde su estreno, e incluso antes? No fue con el «Amigo Fiel» cuando lo conocimos. Mucho menos, cuando en 1966 se estrenaron aquellos chasises desde España, sin sospechar el fenómeno en que se convertiría mucho después.
Su lanzamiento tuvo lugar el 15 de julio de 1970 en medio de las ya consabidas historias del color «Azul Pastrana» y la exhibición en la Feria Internacional de Bogotá que garantizó suficientes ventas durante la misma al cerrar el mes. Por ende, el mito del primer Renault 4 que la firma Agenciauto tardó 40 días en vender, finalmente, quedó desvirtuado.
Renault 4: pionero del lanzamiento con preventa
Contrario a lo que siempre se ha dicho, durante aquella Feria se prevendieron 70 unidades del Renault 4. Ese augurio de éxito obligaba a esperar por el nuevo vehículo, situación que se extendía a una naciente red nacional de concesionarios ya visible. Así mismo, su publicidad de lanzamiento no fue inmediata ni simultánea. Esta apareció unas semanas después, cuando el modelo ya era visible en vitrinas y tímidamente, en la calle.
Desde finales de julio y durante el resto de 1970, la prensa nacional divulgó anuncios a página completa o un cuarto de la misma, en la que el nuevo carro llegaba para quedarse, definiendo a su vez a una nueva Colombia. Su composición era sencilla, sobria y limpia, derivada de la publicidad que Renault pautaba en el mundo.
Primaban los planos generales en fondos infinitos con el modelo en sus principales vistas. Por lo general, una gran imagen en la parte superior y otras más pequeñas y descriptivas en la inferior. Dichas fotos provenían de los catálogos originales franceses, mientras que las imagenes nacionales tardarían un tiempo más en aparecer, a medida que se consolidaba la marca.
Al centro, iba un texto corto con su respectivo encabezado y la imagen corporativa que para muchos colombianos, solo duró un par de años: aquel rombo con nombre al centro y franjas horizontales, vigente desde 1959 a nivel mundial. Lo remataba el primer eslogan con que se hizo célebre: «El carro colombiano».
Entre esos anuncios destaca el que apareció en El Tiempo el 5 de septiembre de aquel año. Cuando la publicidad a todo color en periódicos era aún una novedad, la sorpresa apareció ese día con un anuncio a dos tintas. El Renault 4 aparecía impreso en color azul, tal como se lanzó el primer bloque de producción que le valió el apodo político de su pintura.
Hay quienes dicen que fue la primera publicidad automotriz colombiana en bicromía. Eso no es técnicamente acertado, pues antes si se usó un segundo color en anuncios de vehículos según la circunstancia, el momento, el medio impreso o hasta el lugar de publicación.
Sin embargo, no se recuerda su uso para iluminar el producto, sino como recurso visual menor o para resaltar textos.
Lo bueno se hace esperar
No obstante, los encabezados son los que realmente confieren una razón de ser a la campaña. «Para los que supieron esperar» es el más permanente de todos durante ese tiempo, y tiene que ver con toda la expectativa previa que rodeó su lanzamiento desde la fundación de Sofasa, un año antes, y la posterior consolidación de la marca.
Desde 1969, el nombre Renault era frecuente en noticias que no estaban libres de suspenso y hasta controversia. Ello justifica la frase bandera del lanzamiento, pero igual que el modelo y la estética publicitaria, también se tomaron de otro lado.
En abril de 1970, FASA lanzó en España al Renault 12, un año después que en Francia y tres antes que en Colombia. Un anuncio para revista similar a los del Renault 4 colombiano, con un modelo rojo sobre fondo de igual color, a su vez tomado del anuncio francés, ostentaba exactamente la misma frase.
La diferencia era la percepción de una nueva clase de automóvil entre el conductor español, que finalmente dejaba en el pasado a las modestas derivaciones anteriores con motor trasero tipo SEAT 600, Simca Mil y hasta Renault Dauphine, R8 y R10. Ahora, ingresaba a las nuevas líneas tipo flecha de mayor amplitud y con tracción delantera.
Cuando todo cambió
Es evidente que 1970 marcó un punto de quiebre entre pasado y futuro del automóvil mundial. Colombia lo vivió a su manera con el Renault 4, el Simca y hasta el Zastava 1300, que estaban a la orden de una nueva clase media urbana. Para España, era la transición a una oferta mejor y más amplia desde su posguerra civil. Y ni se diga para el mundo como la misma Europa, con autopistas y mercado común.
Simplemente, estos factores justifican una misma frase publicitaria que se amoldaba perfectamente en dos modelos esperados, para dos mercados muy claros.
Aún habría resistencia generalizada del mercado colombiano signado por el gran automóvil estadounidense, pero esto cambiaría al paso del tiempo. Casi simultáneamente apareció la pauta televisiva que reforzaba a los medios impresos, así como su participación en eventos de deportes.
El Renault 4 luchó en solitario durante su primer año como «El carro colombiano», eslogan de marca que naturalmente lo identificó. Un año después llegó el Renault 6 y en 1973 hizo lo propio el Renault 12, haciéndose este lema común a toda la gama y dispersando el ideario inicial de su publicidad en la mente del público.
Luego, la campaña del «Amigo Fiel» lo regresaría al pedestal de su exclusividad perceptiva y lo bautizaría para siempre.
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CRÉDITOS:
- Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
- Fuentes: El Tiempo (julio 10/1970, septiembre 5/1970), El Colombiano (julio 27/1970), El Espectador (septiembre 15/1970), Revista Avianca Notas de a Bordo (Año 2, No. 8, junio-julio/1970; Año 2 No. 9, agosto-septiembre/1970), Archivo documental EL CARRO COLOMBIANO.
- Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.