Todo parece apuntar que los Renault Megane y Kadjar serán la piedra angular en la estrategia del nuevo presidente para salvar al fabricante francés. Esto, a su vez, les quitará protagonismo a los subcompactos.
Aunque llevamos meses hablando de la situación de Renault y las estrategias que usarán para recuperarse, parece que los cambios que planea la compañía no han sido anunciados en su totalidad: todavía falta lo que tiene en mente Luca de Meo.
Esta semana se conoció que, si bien el nuevo gerente está de acuerdo con los planes propuestos por los franceses justo antes de su llegada, él tiene unos puntos extra en la agenda que, espera, terminen de darle impulso al rombo.
Es decir, además de apretarse con los gastos y terminar la vida de algunos modelos con bajos resultados, de Meo quiere apostar por mejorar profundamente la oferta en los segmentos más rentables, comenzando por los compactos.
¿Más reestructuración?
De acuerdo con varios informes encargados por el nuevo presidente, los pobres resultados de Renault también se le pueden atribuir a que la marca tiene concentradas el 70 % de sus ventas en el segmento B, de los subcompactos.
Si bien fue un mercado muy movido en su momento, al concentrarse en este, los del rombo dejaron de lado otros segmentos que recientemente se han visto en boga como son el de los compactos y el de los SUV.
Por eso se ha dicho que el primer paso en la agenda de Renault será acelerar el proceso de diseño y presentación de las nuevas generaciones de Megane y Kadjar, así como de un nuevo SUV eléctrico, todo para 2022 en vez de 2023 como se pensaba inicialmente.
Tiene con qué
De hecho, de Meo ya movió las primeras fichas para que Renault se mueva en esa dirección, pues se espera que el retiro del Scenic, Grand Scenic, Talisman y Espace le ahorrarán a la marca 2.000 millones de euros, para invertir en el desarrollo de nuevos modelos y de tecnología de propulsión eléctrica.
Además, trajo a los diseñadores Gilles Vidal y Alejandro Mesonero, provenientes de Peugeot y SEAT respectivamente. Ambos con amplia experiencia en el diseño, precisamente, de compactos como el 308 y el León y SUV como el 3008 y el Tarraco.
Así las cosas, es muy probable que Renault comience a experimentar unos importantes cambios de imagen en los próximos meses. Estos podrían transmitirse incluso a Dacia y Alpine, marcas sobre las que el directivo dijo que planea seguir invirtiendo, la primera con entusiasmo y la segunda con prevención.
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