El Fiat 131 Mirafiori fue el primer Fiat genuinamente italiano producido en Colombia. Su elegante publicidad cubría una grave crisis de confiabilidad que opacó sus virtudes.

PUBLICRÓNICA No. 98.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.

Con un lustro de experiencia mundial, el Fiat 131 Mirafiori llegó a Colombia en 1980. Aquí reemplazó al Polski 125 y a nivel mundial, a su gemelo, el 124. Este auto adoptaba el apellido «Mirafiori», nombre del distrito de Turín en que se levantó la segunda fábrica de Fiat en 1939.

La devaluación de la lira italiana fue determinante para su ensamblaje en la C. C. A., logrando ser el único modelo de genuino origen italiano armado en Colombia. Los anteriores habían recibido material CKD de ensamble desde las plantas satélites que la firma de Turín tenía por el mundo.

El 131 Mirafiori era la «respuesta Fiat» (eslogan de su inmediato pasado nacional) a las importaciones del momento con un producto fresco y actual, ante el moderno Dodge Alpine y el declinante Renault 12, luego reemplazado por el Renault 18.
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Sus antecedentes internacionales contemplaban triunfos en rallyes con modificaciones Abarth, concesiones a la seguridad, el confort, la economía, y la aceptación en mercados de sus marcas licenciadas, SEAT en España y Tofas en Turquía.

Fiat 131 Mirafiori Colombia

Fiat 131 Panorama Colombia

Fiat 131 Mirafiori, italiano de verdad… con sello colombiano

La elegante y depurada línea italiana habría bastado para que el Fiat 131 Mirafiori se vendiera por sí solo. Pero el soporte publicitario fue fuerte. En el vidrio trasero traía una publicidad preinstalada: la calcomanía original que hablaba de su tricampeonato en rallyes. Pero en realidad, su lanzamiento a prensa en mayo de 1980 constituyó su debut ante el público.
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Más sencillo que sobrio, con fotos originales italianas en fondo negro, este aviso iba fondeado así con textos en blanco. No era espectacular o disruptivo, salvo por el tamaño a página completa, y eso se reflejaba en el encabezado: «Presentamos el Fiat 131 Mirafiori. Un exquisito alarde de belleza y tecnología». Eso sí, la pauta fue constante y cubrió múltiples diarios y revistas de la época.
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Luego se divulgaron avisos de toda la gama nacional de Fiat, involucrándolo y repitiendo el patrón de fondo oscuro en fuente GeoSlab. Incluía al 147 y al 132 importado, único modelo extranjero que traía una marca ensamblada en el país. Desde luego, llegó la 131 Station Wagon denominada «Panorama», como en el 147, jugando con frases bien oportunas como «Con el confort que usted pensaba importar».

Fiat 131 Mirafiori Colombia

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El citado ámbito deportivo también se explotó en el Campeonato Nacional de Rallye de 1981 junto a su hermano menor, el 147. En un anuncio que aprovechaba su oportunidad local, se unía con su triunfo internacional y se invitaba a probarlo en concesionarios con otro eslogan cuya veracidad quedaría comprometida en el futuro: «Fiat, inversión y placer que crecen cada día».
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Paralelos a los 131 nacionales, se importó al menos una docena de 131 Racing Coupé preparados por «Chepe» Mercado, responsable además del primer 147 homologado para carreras en el seno de la C. C. A. y con visto bueno de la propia división italiana Abarth. De algún modo, fue el primer Abarth sudamericano… mucho antes que el actual Pulse.

Fiat 131 Mirafiori Colombia

Nueva generación

Para 1982, entró a su segunda generación nacional, correspondiente a la tercera global. Cambió la parrilla, relevando el logo geométrico por el tradicional rojo con corona de laureles. Además, adoptó molduras plásticas laterales, nuevos stops más bajos y alargados, apoyacabezas, timón graduable y la primera caja de cinco velocidades para un carro armado en Colombia. Por eso, se conoció como Fiat 131 Mirafiori 5V.

Se actualizó su publicidad explicando esas novedades en fotos puntuales y pequeñas, debajo de una imagen original italiana del vehículo con la frase «Alto nivel de diseño; Alto nivel de tecnología», continuando con la frase del «confort que usted pensaba importar».

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Quizá fue el anuncio más entusiasta para el Mirafiori colombiano, con fuentes más alegres, más color y simbolismo. No olvidemos que este auto fue objeto de sorteos por, entre otros, Unicentro, la revista Cromos con «La Modelo del Año» y la Rifa Cruz Roja Colombiana en los recordados comerciales temáticos de Pacheco que terminaban en la frase «¿…y el precio de la boleta?».

Hasta apareció en cine, junto al 147, en la comedia «Amenaza Nuclear» con Emeterio y Felipe «Los Tolimenses», imitando la táctica publicitaria de Chrysler Colmotores en las películas de Gustavo Nieto Roa.

Fiat 131 5V Colombia

Elegante y con clase, pero…

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Pasado un tiempo y como sostenimiento, Fiat recurrió a la tradicional fórmula de la industria automotriz de lujo, usada también por el Polski 125P: toma nocturna de fachada con columnas de granito y rama de árbol desenfocada, pareja feliz de hombre en esmoquin y mujer de traje, y chofer uniformado de quepis abriendo la puerta de un 131 5V blanco.
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Todo ello, en foto central sobre fondo negro y marco blanco. Y, en la parte superior, un encabezado en manuscrito que reza: «Fiat 131 5V, para quienes tienen hábitos de clase». Descripción breve de detalles y el logo de Fiat, involucrando el nombre del modelo con el último eslogan de la marca mientras se armó en Colombia: «Su próximo carro».
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Más que a un posicionamiento exclusivo, este anuncio conlleva a la desaparición del nombre Mirafiori. Cuando se publicó, finalizando 1982 e iniciando 1983, ya se gestaba una crisis inocultable del modelo y la marca. Óxido prematuro y electricidad deficiente, características de los carros italianos del momento, lo lastraron.

Fiat Colombia 1980

La divulgación en los Autoanálisis de El Tiempo de imágenes de estos autos incendiándose y derramando combustible por la boca de llenado, causó un altercado que llevó a la C. C. A. a retirar la pauta comercial del periódico. Fue la primera vez que el naciente periodismo especializado nacional exponía un caso así, en una industria que nunca había sido cuestionada ante el mercado. Aún hoy, muchos no aguantan crítica alguna.

Tal maniobra recordó otro caso célebre del momento, a mayor escala, cuando El Espectador denunció manejos indebidos del Grupo Grancolombiano, conglomerado financiero más grande del país en aquel tiempo. Esta firma hizo lo propio, sumiendo al diario en una crisis financiera. José Clopatofsky afirmó que el apoyo de las directivas de El Tiempo impidió que el proyecto periodístico se cancelara, derivando en la revista Motor.

Fiat 131 Mirafiori Colombia

Final prematuro

En el mundo, el Fiat 131 gozó de una existencia correcta y extendida más allá de lo previsible por el Tofas Dogan turco, siendo relevado en 1983 por el Fiat Regata. Pero en Colombia, se canceló prematuramente con el cambio de Fiat a Mazda en la C. C. A., precipitando aún más un desprestigio igualado en la alta gama nacional por los Dodge Alpine y Renault 21. Una pena para un auto de diseño impecable y altas prestaciones.

Sobreviven pocos salvados, por fortuna, en calidad de antiguos. Entre ellos, unos cuantos de los raros Supermirafiori importados.

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CRÉDITOS:

  • Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
  • Agradecimiento especial a Jorge Vallecilla.
  • Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.