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Un plácido recorrido por una ciudad que lo admira, una pieza de ballet clásico y un arcoíris, saludaron al Renault 9. Uno de los modelos más queridos de la marca.
PUBLICRÓNICA No. 37.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.
Nació hace exactamente 40 años, con una vida marcada por el éxito a nivel mundial. El Renault 9 era una nueva visión del sedán compacto con un diseño aerodinámico, bajo consumo de combustible y motor transversal delantero. Debutó en el Salón de Frankfurt de 1981 con líneas de Robert Opron, quien venía de Citroën. Nueve versiones y tres motores lo respaldaron.
Obró el milagro de reconocerse como el “Auto del Año 1982” en Europa y Estados Unidos, donde se vendió con el nombre de Alliance. Pese a que el galardón fue insuficiente para justificarlo en Norteamérica, el éxito global si demostró el acierto del R9 conquistando otros países que gozaron de su producción o venta intensiva: España, Turquía, Taiwán y Argentina lo acogieron.
El Renault 9 llegó a Colombia en un excelente momento, favorecido por la coyuntura que replanteaba a toda la industria nacional. El segmento “C” definiría a los años ’80 ante un mercado que en la década anterior se estrenaba en Renault 4, Simca o Topolino, y ahora ascendía a opciones mejores.
Renault 9 en Colombia: entrada triunfal
Para Sofasa, el Renault 9 era el reemplazo del ya superado R6 con mejores prestaciones que, de hecho, lo acercaban al ya también despedido R12. Por su parte, Colmotores ponía al Chevrolet Chevette Sedán y C.C.A. dejaba atrás a Fiat con el novísimo Mazda 323. Los tres salieron a duelo en septiembre de 1983 y el público notó esa nueva realidad en las vías colombianas.
La publicidad se calcó de la creada en Francia por la agencia Publicis en 1981, con mayor recordación en el spot de televisión, que puede verse en su versión original bajo estas líneas. Allí, con modelos a escala se recreó el recorrido del R9 que llega a una ciudad, tras rodar sobre un globo terráqueo.
A medida que circula por la calle, los edificios giran y se inclinan hacia él, en señal de reverencia, admiración y curiosidad. Luego, sale plácidamente de la vía sobre un arcoíris ascendente.
Colombia usó en su mayoría las mismas tomas francesas, pero intercalando escenas grabadas en medio de edificios con un Renault 9 GTL blanco. Al final, el carro se detiene en posición de semiperfil en contrapicado, con los textos acompañados por la voz de Juan Harvey Caicedo que rezan “Renault 9, Super Star”.
Este eslogan reemplazó al francés “Macadam Star”, que en una traducción debidamente adaptada significa “Estrella del Asfalto” o más bien, “del camino”. Aunque se desconoce la razón exacta del cambio para Colombia, tal vez este término, salido más de la ópera rock sobre la vida de Jesucristo, se consideró de más fácil y elegante asimilación para los colombianos.
Lo que no cambió fue el fondo musical: “Pas de Six”de la ópera de Gioachino Rossini, “Guillermo Tell” (la misma que inicia con una obertura que identifica a la cinematografía de “El Llanero Solitario”). Incluso, esta pieza de ballet fue comercializada por Renault en Francia, en discos de 45 rpm, y fue un hit musical en 1981.
Por otro lado, la publicidad impresa pasó a la historia por dos grandes representaciones, ambas sobre fondo azul celeste. La primera, circulando sobre el arcoíris que sale del mismo planeta tierra. Y la segunda, de perfil sobre una línea que semeja la “cuerda floja” de un acróbata, con la leyenda “por precisión”.
En ambos aparecen los méritos por ser “Carro de Año” en Europa y Estados Unidos, llevando a algo inédito en la historia automotriz colombiana. Tanto el Dodge Alpine como el Fiat 128, recibieron en el pasado esa misma distinción mundial, pero aquí fracasaron. En cambio, el Renault 9 fue el primer carro producido en Colombia que se redimió de ello, ratificando ese galardón por 17 años.
Alta popularidad
Pese a que el Mazda 323 sería el gran carro nacional de los años ochenta, el Renault 9 “probó finura” al punto de lograr una grata recordación. Su línea discreta, pero de cierta categoría, sobrevivió la prueba del tiempo a lo largo de casi dos décadas, con actualizaciones en momentos clave y con instantes astutamente jugados.
En 1992 fue el reemplazo inmediato del Renault 4 incluyendo una versión de entrada que se conoció como Brío, la estrategia “Personnalité” que le permitió ser el primer carro personalizable en 1996, y una calidad con poco nivel de cuestionamientos comprobada hasta como taxi. Todo esto, le representa aún hoy en día un espacio importante en el culto por los carros antiguos recientes.
Según cifras oficiales de la marca, puede cuantificarse al legado del Renault 9 en un total de 116.150 unidades producidas en 29 versiones, entre 1983 y 2000. Todo un “Super Star” de las vías colombianas.
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Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
Imágenes: Archivo EL CARRO COLOMBIANO, Marcelo Correa.
Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes, y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
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