Clásicos Colombianos

Esta marca de carros europea llegó a Colombia mucho antes de lo que se cree

Opel Olympia 1937

Hasta ahora, se desconocía que la presencia de Opel en Colombia inició en una difícil época en que no existían autos europeos en el país. 

PUBLICRÓNICA No. 63.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.

La reciente reaparición de Opel en Colombia está marcada por su aún fresco paso al grupo Stellantis, tras estar bajo la tutela de GM desde 1926. En un medio como el nuestro, en el que Alemania está representada por sus más notorias marcas ya ampliamente expuestas, el símbolo del rayo sobre un círculo es una anécdota aislada en el tiempo.

Vienen a la mente algunos ejemplares de los años ’50 y ’60, y los conocedores saben muy bien que tres modelos Chevrolet armados en el país tienen raíces en Opel: Chevette, Monza y Corsa. Incluso, los primeros vehículos de Daewoo vienen de allí.

A esta marca, cuyo origen se remonta a 1862 con máquinas de coser y bicicletas, se le atribuyen varios hitos en la historia automotriz. Uno de ellos fue generar el primer auto de bajo costo para profesionales iniciando el Siglo XX, mucho antes del Ford “T”. También, hace un siglo, batió un récord de velocidad con propulsión por cohetes.
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Y sumado a esto, junto con la inglesa Vauxhall, fueron la plataforma de GM para muchos de sus modelos globales. Así fue hasta que su crisis de 2008 la puso en peligro, dejándola libre para ser adquirida en 2017 por el grupo francés PSA, que luego se convertiría en uno de los brazos del actual Stellantis.

Opel Olympia 1937

Opel: evidencia de su primera etapa en Colombia

Por todo lo antes dicho, no es raro que Colombia haya sabido de esta marca antes de su presencia actual. La evidencia, representada en un puñado de sobrevivientes antiguos, en los tres productos Colmotores ya mencionados y desde luego, en su publicidad, habla por si sola.

De hecho, junto con el relanzamiento apareció oportunamente un ejemplar de preguerra en excelente estado, así como referencias aisladas a su presencia nacional, antes de 1950. Si esto no es particularmente sorprendente, la aparición de un anuncio publicitario de Opel en la revista bogotana “Estampa” del 29 de junio de 1939, puede serlo para los conocedores.

Además de otra publicidad más bien predecible de Ford, representada por Casa Toro, Opel aparece anunciado bajo representación de Leonidas Lara e Hijos, firma artífice antes y después de la historia automotriz colombiana.

En tiempos previos, esta empresa importó Studebaker y luego Cadillac, Pontiac, International y especialmente de Willys con su Jeep, iniciando así la etapa del ensamble nacional. Luego se transformó en la Compañía Colombiana Automotriz con Fiat. Ese es otro resumen fundamental en nuestra historia del transporte.

Opel Olympia 1937

Una época difícil

Lo realmente curioso está en el año de promoción y venta de este Opel: 1939. Por un lado, que sea un auto europeo, y por otro, a pocos meses de iniciar un evento histórico realmente incidente. En los años 1920 y desde inicios del siglo pasado, vinieron al país carros del viejo continente a una escala visible: Fiat, Mercedes o Renault los conocimos entonces junto a las desaparecidas Morris, Steyr o Ítala, por citar algunos casos.

Sin embargo, la Gran Depresión de 1929 y la cercanía geopolítica con Estados Unidos, las hizo desaparecer del mercado colombiano dándole el trono al gran automóvil norteamericano por décadas. Por esa razón, en  los años treinta, un carro europeo era insólito y muy raro de ver en nuestras calles

Por otra parte, faltaban tres meses para que la Alemania nazi invadiera Polonia y se desencadenara la Segunda Guerra Mundial, quedando comprometida poco tiempo después esta operación de Opel en Colombia, por obvias razones. En el teatro bélico, los camiones Opel Blitz fueron reconocibles durante la expansión del Tercer Reich.

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Opel Olympia Publicidad en Colombia 1939

Una publicidad anecdótica

Dispuesto en formato horizontal, el anuncio de Opel en “Estampa” es visualmente completo y pródigo en promesas de venta. Con una serie de frases que comenzaban con la palabra “Menor”, se resaltaban factores de consumo en gasolina, repuestos o llantas, así como dos frases contrarias encabezadas por la frase “Mas”: las posibilidades de parqueo y desplazamiento en calles estrechas.

Un ítem muy curioso lo constituye la promesa de “Menor peligro de sanciones por infracciones de tránsito”. No se especifica la razón, pero se intuye la menor ocupación de espacio o tal vez una velocidad más reducida.

No es la única curiosidad. La frase de introducción reza: “Si usted NO tiene automóvil, compre un Opel; pero si usted YA tiene un automóvil, compre un Opel”. La invitación a la comparación o a la novedad apunta a que el automovilista con experiencia pensara en cambiar a otro tipo de auto, o incluso a considerarlo como segundo auto en los nacientes garajes, cuando aún no se contemplaba esa opción.

Resaltar dos veces a ambos lados del logotipo ovoide, que era “Producto de la GENERAL MOTORS”, buscaba disuadir al escéptico comprador con su posible respaldo. La imagen de un Opel Olympia, aquel modelo económico de la marca con luces ya empotradas en la carrocería y cuya línea inspiró al Renault Juvaquatre, cierra al anuncio que además, pregona su precio: $1.380 del momento.

Opel Rekord 1954

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Primera etapa

Dos años después, fueron las automotrices estadounidenses quienes suspendieron operaciones hasta 1945 por su entrada en la guerra. Pasó más de una década hasta su retorno, junto con el de media Europa en trance de recuperación para que los colombianos reconocieran más masivamente a Opel desde inicios de los años ’50, bajo representación de Carlos Congote y concesionarios como Marcali.

De cierto modo fue una lástima, pues Opel tenía grandes argumentos para vender en la Colombia de 1939. Sus textos resaltan múltiples ventajas derivadas de su origen europeo, que de por sí, se percibía en tamaño reducido y economía. Muchas de ellos, también caracterizan a sus actuales exponentes en el país: los SUV Crossland y Grandland, y la furgoneta Vivaro.

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  • Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
  • Fuentes: Facebook “Clásicos de la Publicidad Colombiana” (Jorge Eliécer Arauz).
  • Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.

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Óscar Julián Restrepo Mantilla
Administrador de Empresas y Publicista bumangués. Fundador, Director y Gerente General de la Revista Virtual El Carro Colombiano.