Mucho antes de que Mercedes-Benz fuera nuestro estándar del lujo, hay un testimonio de su llegada comercial a Colombia hace cerca de un siglo.
PUBLICRÓNICA No. 46.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.
Una estrella de tres puntas en un círculo corona hace 136 años unos autos alemanes con nombre de mujer: Mercedes-Benz. Con decir que ha sido nuestro referente en autos de lujo, que es la marca inventora del automóvil y que su calidad e ingeniería son casi incuestionables, es suficiente.
En Colombia, su presencia regular se estableció en 1948 y como en el resto del mundo, se convirtió en el epítome de la exclusividad, desplazando a las norteamericanas Cadillac, Packard y Lincoln. Se sabe de unos pocos ejemplares que llegaron antes de esa fecha, por importaciones privadas o diplomáticas. Incluso antes de la guerra y hasta ahí, aparentemente, llegaría la trayectoria de Mercedes-Benz en Colombia.
Pero un solo anuncio de página completa a dos tintas, publicado el 2 de febrero de 1924 en la revista Cromos, marca un antecedente insólito y desconocido en la historia nacional del automóvil e incluso, de la marca misma. Dicho descubrimiento, merece un contexto analítico especial.
Mercedes: unida a la historia del automóvil
Estamos ante la que puede ser la primera vez que Mercedes se vende y anuncia en Colombia, con su emblema al centro de la página. Y en este punto, urge hacer una precisión fundamental: no aparece el nombre Benz. Para el momento en que se divulga este anuncio, eran dos empresas diferentes entre si, con base en el mismo 1886 de la invención, por separado, del concepto automotor.
Karl Benz creó y patentó el carro de tres ruedas, dando lugar a la empresa con su apellido. Por su parte, Gottlieb Daimler adaptó con éxito un motor vertical a un carruaje. Con este logro, Daimler también potenció su propio emprendimiento.
El prestigio adquirido durante el proceso, hizo que su principal cliente le pidiera concesión de venta con el nombre de su hija, Mercedes Jellinek. Fue así como Mercedes nació como marca. De hecho, hasta hoy, la empresa matriz mantiene el apellido del fundador, Daimler AG, con Mercedes como marca principal.
Ambas establecieron su propia competencia desde inicios del Siglo XX, pero la gran crisis posterior a la Primera Guerra Mundial y al Tratado de Versalles, arrasaron con gran parte de la industria automotriz alemana. Eso las llevó a fusionarse en 1925. Para el año siguiente, dicha unión se legalizó formalmente.
“El Emperador de los Automóviles”
Otro factor derivado de los avatares históricos aparece en la frase que encabeza el anuncio: “El automóvil que usaron los ex-Emperadores, es el Emperador de todos los Automóviles”.
En efecto, el prestigio de Mercedes ya venía respaldado por ser el transporte oficial del Káiser Guillermo II, emperador de Alemania, antes de su abdicación por la derrota en la Gran Guerra. Así, fue alternativa del Zar Nicolás II de Rusia e incluso, transportó al emperador japonés Hirohito luego de la fusión, y antes de la Segunda Guerra Mundial.
Semejante argumento de venta interesaría a clientes acaudalados con posibilidad de adquirir algo mejor que un Ford T o un Dodge Brothers, e igual a Cadillac y similares, pero con el prestigio aspiracional de estar ‘a la par’ con las monarquías europeas, aún admiradas y emuladas por la alta sociedad criolla en la época de la “Prosperidad al debe”. Ok, sí, eso suena tan actual…
Además, hay dos dibujos de vehículos en los extremos superior derecho e inferior izquierdo, ambos a tinta y con una curiosa firma en forma de anagrama manuscrito. El de arriba es un 24/100/140 Coupé Limousine con chófer, y un niño haciendo de paje que abre la puerta a una pasajera que sube. Algo cuestionable hoy. El inferior es un 10/40 Tourer descubierto, también con chófer y dos pasajeras con sombrilla detrás.
Cambios empresariales
Volviendo a la razón social del fabricante, en el anuncio se especifica que el vehículo es producido por Daimler Motoren Gesellschaft (Sociedad de Motores Daimler) en Stuttgart, estado de Unterturkheim en Alemania. Dicha ciudad, reconocida como su cuna natural y considerada una de las mecas automotrices del mundo, es hoy capital del estado federado de Baden-Wurtenberg.
Así mismo, la marca Mercedes-Benz que conocemos desde la fusión antes mencionada, sólo funciona como tal bajo el respaldo de Daimler AG (sigla para Aktiengesellschaft, que significa Sociedad Anónima).
El anuncio remata con los datos de su agente general para Colombia: Julio A. Salcedo, quien funcionaba desde la carrera octava No. 193-D de Bogotá. Hasta ahora, los investigadores de la marca en el país desconocen más datos al respecto.
Símbolo del lujo, ayer y hoy
Este lejano antecedente, previo a la fundación de Automercantil, agente por décadas de la marca alemana en Colombia, definía un prestigio que hoy damos por sentado. Este se sustenta en más de medio siglo de transformaciones sociopolíticas y tecnológicas, que hace que nunca hayamos visto a cualquier Mercedes-Benz en esa curiosa relación “carro – emperador”.
Pero nuestro imaginario si lo emparenta con el transporte de diplomáticos, mandatarios, empresarios y en general, personas de alto perfil. Claro, ahora con una percepción más equitativa a nuestros tiempos, y una sustentación pública basada en la ingeniería, la sobriedad y la calidad, por encima de los abolengos de antaño.
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CRÉDITOS:
- Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
- Agradecimientos especiales a Andrés Silva Dossman por su valioso aporte para la realización de este artículo.
- Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
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