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La primera actualización del Renault 9 cayó en un momento preciso, motivando un espectacular comercial que rebasó las fronteras de la creatividad publicitaria.
PUBLICRÓNICA No. 59.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.
En el segundo semestre de 1986, se anunció la renovación estética que se había aplicado al Renault 9 en Francia. Este auto, que ya completaba su tercer año en Colombia, ya pedía esa actualización para el mercado nacional: frente con luces más anchas y caída más angulosa adelante, reduciendo la parrilla.
La respuesta llegó en febrero de 1987, sumando una nueva caja de cinco velocidades más reversa. Su nombre: “Gama 2”. Era un momento propicio. Sofasa reemplazaba también al R18 por el R21, y un cambio en una línea conocida, enviaba un mensaje de constante renovación.
No era la única novedad, pues las otras ensambladoras también hacían cambios mínimos o evidentes: el Chevette ganaba extensiones de bumper, pero el Mazda 323 había renovado su aspecto. Incluso, los taxis pasaban del negro con techo beige al amarillo. Eso también ayudó al Renault 9, representado como taxi bajo el nuevo aspecto.
Renault 9 Gama 2: un cambio “irresistible”
Además de los cambios ya mencionados, el Renault 9 Gama 2 lucía una calcomanía trasera con la flamante denominación en la fuente corporativa de la marca en minúscula, y con los colores del arcoíris en horizontal, rellenando la línea del texto. Pero ese era el comienzo.
Un anuncio ilustrado, que combinaba fotografía con aerografía y en composición de “L” invertida, muestra al vehículo en gris metalizado escapando de una valla publicitaria, mientras describe una estela colorida. Sobre la valla, el contenido textual impacta con una frase elemental: “Nuevo Renault 9 Gama 2”.
Por otro lado, un recuadro amarillo que contrasta con el azul de un limpio cielo de verano, contiene las especificaciones del modelo junto a dos frases clave: “Irresistible!” en manuscrita roja al inicio, y al cierre en fuente cursiva de imprenta, “Renault 9: el estilo que se vive!”.
De resto, se repite el rombo “Vasarely” y los datos de la marca que incluyen la financiación a través de la firma Crecer, como correspondía a cualquier Renault colombiano de los años ochenta.
Un audaz comercial de TV
Concebido por la agencia Aser Publicidad, este simple aviso habría sido suficiente para el lector en su sofá, que dejaba el periódico o la revista a un lado, pero ahora tomaba el control remoto de su televisor para encontrar el mismo mensaje aún más perfeccionado por el sonido y movimiento en pantalla.
Con el trasfondo de la torre del entonces Banco Cafetero en el Centro Internacional Tequendama de Bogotá, dos obreros dibujan el vehículo sobre una valla publicitaria, cuando son sorprendidos por el guiño de las luces y el arranque del carro, que salta a la vía dejando la estela multicolor antes vista en los impresos.
Así, el Renault 9 avanza raudo entre el tráfico, al cual adelanta con absoluta majestad. La sensación de rebasar a los demás, se refuerza con una toma de pocos segundos de la barra de cambios, moviéndose por sí misma a la quinta marcha. Poco antes de terminar su recorrido, pasa junto a una joven pintora que contempla sonriente cómo aparece pintado sobre el lienzo.
Ya de noche, los pintores uqe esperan al pie de la valla en blanco ven cómo el Renault 9 sube de un salto a la misma, despidiéndose del sorprendido televidente con un guiño final de las luces, antes de entrar a cierre con la marca y su eslogan de entonces, “Superando el futuro”.
Internacional
Las frases clave impresas, reaparecen pronunciadas por una de las grandes voces del momento, Gustavo Niño Mendoza. Pero no es lo único evidente en estos 40 segundos de video, que motivaron a los colombianos a obtener el nuevo modelo que “se manejaba a sí mismo”.
Desde aspectos tan elementales, como poner a girar las ruedas delanteras sobre una estructura especial, hasta el uso de sofisticados dispositivos alquilados en los Estados Unidos por valor equivalente de un R9 nuevo: siete mil dólares del momento. Uno de ellos, un soporte estabilizador de cámara con arneses para el camarógrafo, con el que se hicieron las tomas en movimiento.
Aser Publicidad fue la agencia responsable bajo la dirección de Guillermo Navarro, junto a José Pablo Arango, Marco Fonseca y José Benito Garzón. La producción estuvo a cargo de la firma caleña Photo Estudio, bajo la dirección de Diego Villegas. Y la música, estuvo a cargo de Bernardo Ossa. Así lo referenció en su momento la revista especializada Publicidad & Mercadeo.
El resultado, aún hoy de grata recordación, refuerza aún más la muy “ochentera” tendencia a la glorificación del producto. Incluso, sus tomas fueron exportadas con beneplácito de la casa matriz francesa, a Turquía y Tailandia, países que son bastiones industriales donde el Renault 9 gozó de un éxito similar al colombiano.
Lo que vino después
Para lo que quedaba de los años ochenta, las sucesivas campañas de sostenimiento siguieron recordando el poderío del vehículo en la mente colombiana. Por ejemplo, la del TXE de 1989 con sus luces adicionales centrales y su motor de 1.6 litros, que lo equiparaban con un avión Caza de combate.
El aspecto del Gama 2 sobrevivió por más de una década en el mercado nacional. Con todo y la aparición de las opciones Personnalité a mediados de los años noventa, hasta cuando un nuevo diseño a mediados de 1997 marcó su final. Sin embargo, la publicidad solo bajó su tono apoteósico en 1992.
Con un Renault 9 fuertemente posicionado, enfrentaba la Apertura Económica con tres líneas rebautizadas. Incluso, insinuándose en la más básica (R9 Brío) como el reemplazo inmediato del mismísimo Renault 4. La segunda vida publicitaria y vital de nuestro “campero de ciudad” era menos pretenciosa, pero no por ello, menos exitosa.
Vea más de la serie PUBLICRÓNICAS, aquí.
CRÉDITOS:
- Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
- Fuentes: Archivo documental EL CARRO COLOMBIANO.
- Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
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