Colombia ya se había enamorado de un sonriente Renault 4 al que consideró su “Amigo Fiel”, pero su primera evolución mecánica fue la ocasión para hacerlo más atractivo y colorido.
PUBLICRÓNICA No. 110.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Quizá la más grande evolución del Renault 4 colombiano ocurrió a finales de 1976, cuando ya tenía corona como rey de los automóviles nacionales. Había recibido una versión furgoneta dos años atrás, y en 1975 obtuvo un cambio de cara lanzado con la campaña del “Amigo Fiel”, enamorando a todo un país. Pero faltaba hacerlo aún mejor.
Su motor original de 850 c.c. dio paso a una nueva unidad motriz desarrollada y fabricada en la planta de motores de Sofasa en Duitama, que aumentaba su cilindrada final a 1.022 c.c. Por esa razón, el Renault 4 adoptó el nombre “Plus 25” ante tal aumento porcentual en su potencia. La simpática caricatura inspirada en la publicidad francesa del R5 llevaba casi un año al aire, y los colombianos tarareaban felizmente el jingle del “Amigo Fiel”.
El Plus 25 se beneficiaba directamente de ese ambiente, sumado a otros factores de grata recordación en la Colombia de los años setenta: la “Bonanza Cafetera” de 1976, la llegada del Jumbo 747 de Avianca y un colorido heredado de la contracultura y psicodelia de los años recientes. Incluso, reflejada en sus carrocerías.
Así, a finales de ese año apareció una caricatura aún más elaborada, detallada y con mayor calidad de un sonriente R4 naranja que exhibe orgulloso su nuevo motor.
Arte sobre ruedas
El dibujo en sí requiere un análisis puntual. Tanto el trabajo como el diseño son, sin duda, una obra de arte. La caricatura es llevada al máximo, pues no es una simplificación de trazos para albergar un rostro sonriente en la parrilla. Muy al contrario, sus formas son abultadas, un poco al estilo del recién fallecido maestro Fernando Botero. Sin embargo, no se planteó para fines artísticos.
Una observación cuidadosa permite identificar los detalles propios del Renault 4 de la época, como los rines con sus hoyos de ventilación, sus copas y las direccionales aún con forma cónica. Incluso elementos más pequeños que demuestran el cuidado del dibujo, como la bisagra de la puerta delantera, la canaleta vierteaguas o los pliegues del techo.
Pero lo que se lleva el crédito y le da sentido al dibujo, es el motor que se asoma por un hueco cuadrado sobre el capó, tapando el parabrisas. En efecto, se hizo una intrincada caricatura del motor Cleon-Fonte que cualquiera puede corroborar a simple vista. Todos sus elementos están allí: culata, filtro, motor de arranque, poleas, mangueras y hasta las barras de la caja de cambios.
La imposibilidad de representar el atributo real de pistones más grandes se subsana con este motor sobresaliente, que el propio Renault 4 exhibe con orgullo. Fruto de ello, se justifican detalles como la rueda trasera más grande que le da un aire de “Hot Rod” y un elemento que hoy sería controversial. Un grueso tubo de escape que despide una estela de humo en nubes multicolor, dando la sensación de un largo y veloz recorrido.
Al personaje lo complementan todos los brillos y visos posibles de luces y sombras sobre la carrocería de color naranja rojizo, y piezas cromadas como la misma defensa delantera.
Renault 4 Plus 25: más en todo… incluso en la publicidad
Este solo dibujo justificaba los avisos impresos, que solo añadían textos y el rombo Vasarely. Los titulares en letras gruesas motivaban, con entusiasmo, a probarlo: “¡AQUÍ ESTÁ! QUE VIVA EL NUEVO RENAULT 4 con la fórmula Plus 25* de mecánica superior”. El asterisco al pie del nuevo término indicaba, en la base del aviso, que era la “Fórmula de mecánica superior incorporada al nuevo Renault 4”.
Esta aclaración ya se indicaba en el texto, resaltando la razón de ser del porcentaje en varios adjetivos: “25% más fuerza! 25% más trepador! 25% más silencioso!”. De todos modos, el bloque de texto lo explicaba aún más. El éxito del R4 no ocultaba una potencia insuficiente que no era problema en sus hermanos mayores, los R6 y R12. Por eso, más que publicidad, fue una buena noticia.
El anuncio se pautó vigorosamente en las revistas Cromos, Selecciones, Geomundo, Mecánica Popular, e incluso en la copia latinoamericana de la National Geographic para Colombia, Revista de Historia y Geografía. Es más, fue contraportada externa de la revista Auto y Pista, especializada en deportes a motor y estrenada a finales de 1977. Justo cuando la Copa Renault estaba en boga.
Allí, un colorido y feliz R4 aparecía sobre un fondo azul oscuro, mientras que la publicidad para periódicos en forzoso blanco y negro, era en el fondo blanco del papel y sólo permitía escalas de grises. En los concesionarios se llegó a ver en forma de carteles, y el personaje mismo salía de ahí al garaje como calcomanía aplicada en la ventana del portón trasero.
Comercial de televisión
El mensaje del Renault 4 Plus 25 también llegó a la televisión, en un comercial digno de análisis detallado. Dicho spot fue redescubierto en tiempo reciente, y es una evidencia de competencia en el mercado previo al controversial enfrentamiento del “millón de pesos menos” que el R4 tuvo contra el Mazda 323 Coupé en 1988.
Debió ser 1977 cuando se emitió dicho comercial, a juzgar por los vehículos que allí aparecen como rivales: el Simca Mil, que ese año desapareció del mercado, y el “Topolino” Fiat 750Z que surgía al mismo tiempo. Pero antes de ello, sorprende ver un Dodge Dart conectado permanentemente a la manguera de un carrotanque.
Este auto, penúltimo representante nacional de los grandes carros americanos, no tendría que ver con ninguno de ellos al ser de un segmento superior, pero sí representa a la perfección el fin de una era marcada por la crisis energética de 1973. Ya el tamaño y el consumo dejaban de ser un criterio de calidad o fiabilidad.
“Cuídese de los elefantes blancos”
La voz del recordado Juan Harvey Caicedo dejaba en claro el argumento, al pie de cada competidor. “Al comprar carro, cuídese de los elefantes blancos que gastan y gastan gasolina (Dodge Dart), de esas miniaturas que no tienen espacio para nada (Fiat “Topolino” con conductor muy estrecho), y de esos espejismos que le ofrecen más de lo que dan, pero se desvalorizan (Simca Mil con láminas desajustadas). Usted necesita el nuevo Renault 4, con la fórmula Plus 25 de mecánica superior (…)”.
Cuando el dueño del “Topo” pregunta el por qué, no solo se explica, sino que aparece el sonriente Renault 4 presumiendo su nuevo motor. Esta vez, el dibujo carece de la calidad y el detalle de las piezas impresas, quizá por la necesaria facilidad para un medio audiovisual. Continúa el vehículo rodando de perfil y demostrando sus nuevas virtudes en círculos sobre los que da la vuelta, mientras el jingle remozado lo justifica.
Este comercial fue lógico encargo de la agencia Propaganda Sancho con el sello inconfundible del animador Nelson Ramírez, figura fundamental de los dibujos animados publicitarios en Colombia. La ausencia de una versión en colores, y los tonos grises muy bien definidos, hacen deducir que no se hizo para cine. Aún faltaban dos años para que llegara a Colombia la televisión a color.
Lo bueno siempre puede ser mejor
Este Renault 4 sonriente no duró mucho, pero tiene amplia recordación. Para 1978, con nuevas reformas como el cambio de la ventilación con tapa por la de plástico, cinturones de seguridad o nuevo volante, apareció la campaña “Vía libre al sol”, más enfocada en los jóvenes que en la familia y con mayor explotación de la fotografía.
El retorno a la animación se dio poco después, en 1980, con nuevas ideas heredadas del Renault 5 “Supercar”. Para entonces, el nombre “Plus 25” ya era paisaje. Esta historia quedó así hasta 1982, cuando apareció la versión GTL con nueva parrilla y boceles, y un año después, con el Máster. Su siguiente evolución motriz llegó apenas en 1990, con la versión Líder de 1.300 c.c.
Cuando el “Plus 25” se impuso, el éxito del Renault 4 no tenía discusión. Llegó a ser el carro más producido y vendido en Colombia al final de los años setenta, por lo que puede decirse que es la más abundante de sus versiones. Sin embargo, hoy en día es el más difícil de encontrar en buen estado y, más aún, como rescate histórico.
El simpático Renault 4 Plus 25 que exhibe su motor con orgullo es una de las mejores demostraciones de que, en publicidad como en otros aspectos de la vida, lo bueno siempre puede ser aún mejor.
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CRÉDITOS:
– Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
– Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
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