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Hace más de 40 años, Porsche trajo a Colombia al que fuera su modelo de entrada, el 924 de motor delantero. La evidencia está en su publicidad.
PUBLICRÓNICA No. 102.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.
En 75 años de triunfos, el 911 ha sido el buque insignia de Porsche y su leyenda forma parte de la historia automotriz. Pero no ha sido el único, como lo demuestra nuestro protagonista de hoy. A finales de 1975 nació el Porsche 924, modelo que se creó como encargo de Volkswagen para relevar al 914, que no había tenido éxito.
Entremos en detalles. El Porsche 924 fue el primer carro de la marca con motor delantero, un cuatro cilindros de 2.0 litros y 125 hp de potencia tomado del Audi 100, capaz de alcanzar hasta 230 km/h. Contaba con caja manual de 6 velocidades y tracción trasera. Se planteó como modelo de entrada, respondiendo también a la crisis petrolera que afectó, como a todos, las finanzas de la empresa.
Los autos Porsche no eran desconocidos en Colombia. Su prestigio venía desde los años cincuenta, cuando se trajeron los pioneros 356 e incluso los tractores, cuya pretensión llegó a abarcar un posible ensamble nacional, que nunca se dio. Por lógica, el 911 vino en los sesenta en forma restringida y también corrió en los circuitos centrales colombianos, contagiando a una afición que soñó con ellos.
Porsche 924 en Colombia: primera representación nacional de la marca
En razón al muy alto nivel de la marca y los duros regímenes arancelarios, Porsche no había tenido una representación real en Colombia. Pero la aparición del 924 dio pie para ello.
En octubre de 1978 se anunció en El Tiempo el primer distribuidor que tuvo la marca alemana en el país: Turbo Carrera Limitada. Dos meses más tarde, en diciembre del mismo año, hizo lo propio en la revista especializada Auto y Pista, que cubría especialmente el automovilismo deportivo nacional.
Eran tiempos de la reapertura económica que permitió a Colombia volver a importar carros libremente, así como del mejor momento del Autódromo Internacional de Bogotá (Ricardo Mejía), que albergaba las Copas Renault, Marlboro o Picard. Incluso, corredores como Mauricio de Narváez probaron suerte en Estados Unidos, y en su caso, en un Porsche 911.
La existencia de automovilismo deportivo motivó la existencia de la programadora Mega Televisión que emitía las carreras en fin de semana, y de Auto y Pista como revista impresa. Su publicidad la conformaban marcas de carros, concesionarios, repuestos, combustibles y patrocinadores del deporte. Precisamente, los ya reconocidos y felices avisos del Renault 4 Plus 25 aparecían en la contraportada exterior.
“Un lujo a su alcance”
Los anuncios del Porsche 924 eran sencillos, pero claros. No eran una obra maestra del diseño publicitario, pero marcan la llegada oficial del nombre deportivo más racional del mundo a nuestro país. Este modelo era el más asequible de la gama, y lo promovían como “un lujo a su alcance”, pero igual se vendería a muy altos precios.
En Auto y Pista, una foto pequeña de catálogo lo presenta en semiperfil trasero, arriba y a la izquierda, y una imagen de su vista general exhibe su radiografía. Claro, el elemento textual más grande es su emblema corporativo, sobre el fondo mismo de la foto sobre el vehículo. Pero la información fundamental explica que “Porsche presenta su distribuidor exclusivo para Colombia, Turbo Carrera Ltda.”.
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Tal encabezado es discreto en tamaño, tipografía y composición, pese a que destaca bien: la fuente tipográfica que identifica al representante es la misma usada en el 911 Carrera, fácilmente visible al inferior de sus costados laterales. Sobre el nombre de la empresa, y al centro del mismo, está un pequeño escudo de Porsche.
El aviso enfatiza que Turbo Carrera “ha cumplido con los más exigentes requisitos que impone Porsche a todos sus distribuidores en el mundo (…)” a fin de cumplir sus compromisos de posventa y repuestos.
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Ahora, en el anuncio inicial de El Tiempo, dos columnas que albergan el escudo de marca continen a la izquierda un par de fotos en detalle, aparte de la principal con vista al modelo anunciado. Allí, se explaya más en las características y motivaciones para adquirirlo. Justo al cierre de la descripción, aparece el nombre de Turbo Carrera con su muy clara ubicación, “frente al monumento de los Héroes”.
Lejano antecedente
Se sabe entonces que Turbo Carrera operó en Bogotá frente al recientemente demolido monumento a Los Héroes, en el centro comercial homónimo, donde la avenida Caracas finaliza para dar inicio a la Autopista Norte y justo donde arranca el “kilómetro cero” de todas las carreteras nacionales. Además, tuvo un taller en la calle 42 con carrera séptima.
Fuentes confiables afirman que fue Jorge Cortés, reconocido empresario y corredor de la Copa Renault, quien estuvo detrás de aquella incursión de Porsche en Colombia. Pero aquella avanzada no fue rentable, y duró poco. Por más que el Porsche 924 buscara ser “asequible” en su categoría, no dejaba de ser prohibitivo en un mercado como el nuestro.
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Se conoce la existencia de algunos ejemplares, lógicamente, entre propietarios exclusivos. De cierto modo, su reconocimiento se dio más entre los niños de la época, que lo atesoraron como modelo coleccionable de la francesa Majorette, con su compuerta transparente que se abría. Finalmente, el Porsche 924 salió de producción en 1988.
En cuanto a Jorge Cortés, se ha labrado su nombre no solo en el automovilismo deportivo y el coleccionismo de autos antiguos, sino en lo comercial. Cortés es propietario del concesionario identificado con su firma, que comercializa vehículos Ford, Mazda y Kia en Bogotá.
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Este antecedente de Porsche en Colombia contrasta con su posición actual en el mercado colombiano. Es muy exitosa en el alto standing, con red comercial, publicidad y presencia a través del importador Autoélite y los modelos Cayenne, Macan, 911, 718, Panamera y el eléctrico Taycan.
Vea más de la serie PUBLICRÓNICAS, aquí.
CRÉDITOS:
- Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
- Agradecimientos especiales: Juan Guillermo Moreno, Gonzalo Malagón Sánchez.
- Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
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