Clásicos Colombianos

Daihatsu, el campero japonés que hizo historia en Colombia: ¿Lo recuerdan?

Hoy desaparecida de los mercados globales y limitada a Asia, Daihatsu dejó huella en Colombia con su campero compacto Taft. Recordamos su publicidad.

PUBLICRÓNICA No. 109.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.

Daihatsu es un nombre japonés que, en realidad, es una sigla compuesta por los términos “Dai” y “Hatsudoki”. Respectivamente, traducen “lugar de fundición” y “fábrica de motores”. De hecho, con ese nombre nació la compañía en 1907. Esta iniciativa nació en Osaka, Japón, como consecuencia de la industrialización japonesa que desde allí se vinculó con su propia escuela técnica, generando un proyecto productivo y académico.
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En 1930 fabricó su primer motocarro y en 1951, se rebautizó con su actual nombre. Para 1967, Toyota decidió invertir en ella y la llevó a incursionar en los mercados latinoamericanos. Así lo atestigua su publicidad, registrada por aquel entonces en revistas como Life en Español.
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Clara competencia del más universal Suzuki Jimny (LJ), el Daihatsu Taft debutó en 1974 bajo su primera serie, la F10 y con el nombre de Scat. Poco después adoptó el nombre “Taft”, sigla que traduce algo así como “Vehículo resistente de transporte con tracción a las cuatro ruedas”. Dos años después, llegó a Colombia gracias a Praco. Ahí recaen sus raíces que incluyen una publicidad, inicialmente, muy discreta.

Daihatsu Taft campero 1976 Colombia

Daihatsu Taft campero 1977 Colombia

Debut discreto

Esa publicidad era tan, tan discreta, que solo tenía una fracción de página en revista o periódico. A blanco y negro, y con una fotografía de catálogo silueteada. En realidad, promovía más a Praco como importador, que al carro. Así, la inédita Daihatsu se presentaba por primera vez en Colombia en anuncios simples que rezaban: Praco amplía su línea con el campero japonés Daihatsu para acción sin límites!”.
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Dicha frase, que pudo motivar a potenciales aventureros, pasaba desapercibida por la pobre diagramación del anuncio y por su muy escueta e inadecuada selección tipográfica. Por su parte, el recuadro inferior recordaba la tradición misma de la propia Praco (hoy parte de Inchcape) en el mercado nacional. Recordemos que Gustavo Pradilla, su fundador, trajo a Colombia a Ford y Mack hace más de un siglo.
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Con un anuncio tan simple y desangelado se hubiera podido pensar que el campero Daihatsu pasaría “sin pena ni gloria” en Colombia. Sin embargo, el tiempo se encargaría de arreglar la situación.

Daihatsu Taft campero 1979 Colombia

Daihatsu Charade 1980 Colombia

Daihatsu: “el campero justo”

Las virtudes básicas del vehículo interesaron desde entonces a los compradores. Pero fue en la apertura económica de 1979 cuando se abrió la llave para que Daihatsu, y casi todas las automotrices japonesas, entraran de lleno en Colombia. Esta vez, Praco era consciente de su éxito y apalancó la llegada de los automóviles compactos de la marca, Charade y Chairmant.
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De cualquier forma, Daihatsu ya era sinónimo de campero pequeño en el subconsciente colectivo nacional. No necesitó algún nombre o apodo adicional, así a nivel mundial fuera el Taft. Fue ahí cuando, por fin, gozó de una mejor publicidad.

Daihatsu Taft campero 1980 Colombia

Además de una estética y estrategia atractivas, que involucraron el logotipo de la “D” estilizada, se acuñó el eslogan que lo identificó desde entonces: “El campero justo”.
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Fue toda una declaración de principios, mejor sustentados en las virtudes del producto. A su vez, ayudadas por el enunciado de su alta demanda, sostenida en la espera paciente de sus compradores y en un listado real de concesionarios a nivel nacional, con respaldo de las firmas Praco y Didacol.
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Con algunos cambios, este mismo anuncio de 1979 lo acompañó en la Feria Internacional de Bogotá, un año después.

Daihatsu Taft campero 1981 Colombia

La verdad desnuda

Quienes vivieron en la Colombia de entonces, recuerdan mucho más la publicidad de Suzuki con el “Cinturón Negro” y su ascenso a Monserrate, que fue mucho más popular. Por eso, aquel también obtuvo un gran éxito que hoy mantiene. Pero el menor impacto mediático de Daihatsu se subsanó con la constancia del “campero justo”, sosteniéndose ambas campañas en lo compacto y económico de sus productos.
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Para ese tiempo, también llegaba la versión Diésel y su nuevo motor 1.600 que llegó a conocer la televisión. Fue un comercial poco recordado, pero testimonial. En él, un hombre descubre un vehículo cubierto por una lona mientras se exhiben sus virtudes en terrenos difíciles.
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Este repunte publicitario tuvo su cumbre en la contraportada exterior de la Revista Motor No. 1, en noviembre de 1981. Allí apareció una magnífica ilustración en acuarela y a todo color del Daihatsu en su ambiente natural, con el encabezado “Daihatsu y la verdad desnuda”.  Bajo la misma, un extenso comparativo con casi toda la oferta de camperos del momento.

Daihatsu Taft pick-up campero 1981 Colombia

Dicho recuadro, encabezado por fotos pequeñas en blanco y negro de cada modelo, muestra una serie de factores en los que el Daihatsu es el único que cumple con todos. Con sorpresa, superando al mismo Suzuki LJ que queda en deuda de menor cuantía en algunos ítems. Se sigue indicando como el “campero justo”, pero enfatizando en que lo es para el territorio andino.
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Además de dicho anuncio, hubo otros dos. Uno fue el de la versión derivada tipo pick-up, con opción de carrocería a instalar, donde aparece fotografiado en semiperfil trasero y con plataforma de estacas, junto a la descripción de sus opciones Diésel o gasolina, su capacidad de una tonelada y doble tracción.
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Esta vez, desaparece la mención del “campero justo” en favor de un nuevo eslogan que apela al prestigio de la marca: “Daihatsu es mucha marca”.

Daihatsu Delta camión 1980 Colombia

Camión Daihatsu

El atributo de justicia reaparece anunciando una nueva referencia: el camión liviano que se conoció en el mundo como Daihatsu Delta. Con un diseño similar al del anuncio antes descrito, el chasis de cabina roja para carrozar se exhibe con el centro de Bogotá como fondo, bajo el encabezado de “Daihatsu, el camión justo”. Claro, aprovechando la fama de su hermano menor.
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Fue el primer camión liviano japonés de venta regular en Colombia, antecediendo al fenómeno general que Chevrolet NPR y Mazda T impondrían desde los años noventa.

Daihatsu Delta camión 1980 Colombia

Su argumento de economía en el consumo, y su capacidad cercana a cuatro toneladas, desafió por primera vez la tradición norteamericana del transporte mediano que en ese momento tenían el declinante Dodge D100 y el naciente Chevrolet C10.
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Sin embargo, hubo un detalle especial. El nombre “Delta” fue suprimido en Colombia por su obvia semejanza con la marca de un tercer campero compacto proveniente de Filipinas, que amerita mayor extensión en una siguiente Publicrónica.

Daihatsu Terios 2016 Colombia

Tradición y despedida

La historia de Daihatsu en Colombia se sustuvo en estos productos. Su campero siguió siendo la estrella, incluso por encima del Rocky, que lo reemplazó en 1984, cuando las importaciones ya estaban cerradas. Atributos como la robustez y calidad le valieron, incluso, llegar tardíamente al servicio público rural en municipios del suroriente antioqueño, así como su uso a campo traviesa y su conservación como auto antiguo.
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Pese a todo esto, a su afortunado regreso en los años noventa y hasta al ingreso del camión Delta, solo con dicho nombre como producto nacional ensamblado por Sofasa en 2005, las políticas internas del Grupo Toyota finalizaron las actividades de Daihatsu en América Latina y las circunscribieron solo al mercado asiático.
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Cuando eso ocurrió, en 2016, comercializaba con éxito al crossover Daihatsu Terios, aún bajo la batuta del mismo importador ya convertido en Praco Didacol. El mismo se convertiría, un par de años después, en el Toyota Rush de siete asientos.

Daihatsu Taft 2024

Hoy en día tiene una amplia gama de vehículos para el mercado asiático, retomando nombres antiguos como el Taft para un pequeño todoterreno rival del Jimny (como antes), y Rocky para el SUV que se conoce en América Latina como Toyota Raize.

Vea más de la serie PUBLICRÓNICAS, aquí.


CRÉDITOS:

– Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
– Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.

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Óscar Julián Restrepo Mantilla
Administrador de Empresas y Publicista bumangués. Fundador, Director y Gerente General de la Revista Virtual El Carro Colombiano.