Mucho antes del Zoe, Renault tuvo su primer carro eléctrico hace ya más de 60 años. Fue el Dauphine Kilowatt, producido en Estados Unidos.
Hace apenas 10 años que Renault viene hablando de carros eléctricos para producción masiva. En 2012 se presentaron los Twizy y Zoe, que tenían un lejano antecedente en los Clio y Renault 5 eléctricos que se conocieron en 1995 y 1973, respectivamente. Pero la gran sorpresa es que, en realidad, el primer Renault eléctrico salió a la luz mucho antes.
Hablamos del Renault Dauphine Kilowatt, que se produjo entre 1959 y 1964 en Estados Unidos, de manera artesanal. Y es que no lo hicieron los franceses, sino una unión entre dos compañías estadounidenses, la National Union Electric Corporation y Euroka Williams. La primera de ellas, propietaria de la marca de baterías Exide, quería producir un auto impulsado por electricidad, algo impensado en ese tiempo.
Se escogió como base la carrocería del Renault Dauphine francés por tres razones: se vendía en Estados Unidos, era mucho más liviano que cualquier carro estadounidense, y además, su configuración de motor trasero hacía más fácil el montaje de un motor eléctrico. Para tal efecto, se rebautizó como Henney Kilowatt.
Renault Dauphine Kilowatt: adelantado a su tiempo
Con 100 carrocerías encargadas por la National Union Electric Corporation a la Régie Renault de Francia, inició el proyecto en 1959. En el lugar del maletero, es decir, bajo el capó, se instalaron 12 baterías de plomo-ácido de 6V cada una, otorgándole una autonomía de 64 kms por carga completa y una velocidad máxima de 64 km/h. Así, se fabricaron ocho unidades.
Luego, el vehículo evolucionó al recibir dos baterías adicionales de similares características. De esta manera, aumentó su autonomía a 75 kms y la velocidad máxima, a 80 km/h. A partir de este momento, podía regenerar energía eléctrica durante el frenado. Y más adelante, la firma Bell Laboratories aportó un dispositivo electrónico para una mejor gestión del conjunto motriz.
El gran inconveniente estaba en la imposibilidad de viajar con maletas en él. Amén de su escasa autonomía, el vehículo era muy poco práctico al anular su capacidad de almacenamiento, empleada en su totalidad por el conjunto de motor y baterías. Igual, seguía siendo liviano, con 950 kg a 1.100 kg según la versión.
Fracaso
Aunque Russell Feldman, presidente de la National Union Electric Corporation, aspiraba a producir 100 unidades del Dauphine Henney Kilowatt para venta y alquiler a particulares, finalmente se vendieron solo 32 ejemplares a empresas del sector energético en Norteamérica. De igual forma, el Dauphine a gasolina tampoco había tenido éxito en esa parte del mundo.
¿Hay sobrevivientes? Al parecer, si. Actualmente existen cuatro unidades de este primitivo auto eléctrico, dos de ellas en el Museo Petersen de Los Ángeles, y dos más en el museo de Renault ubicado en Flins, Francia.
Con todo, no deja de ser curioso que el antepasado de los actuales Zoe y Mégane E-Tech, no sea francés sino estadounidense.
Óscar Julián Restrepo Mantilla. Fuente: L’argus.
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