Aunque su presencia comercial se centró en Europa, el Renault 25 sí llegó a venderse en un país suramericano. Fue en Chile, donde se ofreció durante cuatro años.
En medio de la alta popularidad que tiene Renault en varios países de América Latina como Colombia y Argentina, hay varios modelos de la marca que no llegaron a conocerse en este lado del mundo. Uno de ellos es el Renault 25, vehículo de alta gama que debutó a finales de 1983 con el que los franceses buscaban enfrentar, con diseño y tecnología, a los carros premium alemanes.
Comercializado en Europa por espacio de nueve años, a nuestros países vino únicamente en exhibiciones especiales y por importación particular. Así ocurrió en Colombia, como atracción de la Feria Internacional de Bogotá en 1986, y a través de la embajada francesa. Y también en Argentina, cumpliendo un papel como auto presidencial.
Pero, en realidad, ningún país latinoamericano llegó a vender el Renault 25. Con una única excepción. La firma Francomecánica, que representaba a Renault en Chile en los años ochenta, se animó a tomar el riesgo de traerlo al país austral, siendo este el único mercado de la región que ofreció este auto. Aunque con limitaciones que no le permitieron destacar.
Renault 25 en Chile: lujo francés en Sudamérica
Al Renault 25 se le recuerda por sus avances tecnológicos, inéditos para la época. En Europa se le conocía como «el carro que habla» por ser el primero que incluyó un sintetizador de voz que informaba el estado del vehículo y si las puertas estaban mal cerradas. Además, inauguró el tradicional comando satelital para el audio que aún llevan todos los Renault.
Con esos argumentos, junto con acabados de alta gama, entró al mercado chileno en febrero de 1986. Para darle manejo al precio, lo importaron en una única versión con el motor más sencillo de su oferta global: el bloque de 2.0 litros y 101 hp y 158 Nm de torque a 3.000 rpm que tuvimos en los Renault 18 GTX, unido a una transmisión manual de 5 velocidades.
También equipado con computador a bordo, elevavidrios eléctricos onetouch y control de velocidad crucero, podía alcanzar una velocidad punta de 182 km/h acelerando de 0 a 100 km/h en 11,4 segundos. No era tan veloz, pero sí muy lujoso frente al resto de la oferta de Renault en toda América Latina.
Uno de los más caros
El portal chileno Veoautos recuerda el paso de este auto por ese mercado, señalando no solo sus características sino su publicidad. De un estilo similar a la publicidad francesa, la pieza impresa resaltaba las líneas del carro a través de contrastes de luz, destacándolo como un carro exclusivo y diferente, destinado a personas de alto nivel adquisitivo.
Promovido con el eslogan «Creado para los que exigen más que el prestigio de una marca», era en ese momento uno de los carros más caros a la venta en Chile. De hecho, a un precio muy superior al de competidores como el Mazda 929, Peugeot 505 o Toyota Corona. Con seguridad, algo así hubiera pasado si lo trajeran a Colombia.
Para tener un Renault 25 en 1986 había que pagar 5.965.000 pesos chilenos, unos 70 millones de pesos chilenos actuales. A dinero de hoy, son cerca de 280 millones de pesos colombianos o 72.200 dólares. Mucho más de lo que hoy cuesta el modelo tope de gama a nivel mundial, el Renault Rafale E-Tech híbrido.
No fueron muchos
El recorrido comercial del Renault 25 en Chile se extendió hasta 1990, no sin antes ganar una importante renovación que llegó en 1988 a la par de su estreno en Europa. Para ese momento, no solo obtuvo nueva cara y mejoras en acabados y equipamiento, sino también la opción de una caja automática de 3 velocidades. Pero su precio era prohibitivo y, por eso, las ventas no fueron abundantes.
Según Veoautos, solo 90 unidades de este auto se vendieron en el país austral durante los cuatro años que estuvo disponible. Muy pocas frente a las 780.976 producidas entre 1983 y 1992 en Francia, pero finalmente son muchas más de las que llegaron a otros países de la región como Colombia y Argentina.
Cabe recordar que, hace unas semanas, se conoció que una unidad del Renault 25 modelo 1987 está restaurándose en Colombia. Un aficionado lo adquirió con ese fin, buscando asignarle las placas de vehículo antiguo y rescatándolo como uno de los muy pocos sobrevivientes de esa especie en nuestro país y en América Latina.
Óscar Julián Restrepo Mantilla. Fuente: Veoautos.cl.