La marca del rombo como muchas otras del sector, tienen en su historia prototipos de vehículos que nunca llegaron a producción. Para el caso recordamos al Renault Zoom, un modelo eléctrico de 1992, antepasado del Twizy.
Aunque estamos viviendo el ‘boom’ de la movilidad eléctrica, desde hace varias décadas atrás los fabricantes automotrices realizaron los pilotos y crearon prototipos de vehículos ‘cero emisiones’. El Renault Zoom fue uno de estos, con la particularidad de contar una carrocería plegable.
Especialmente al referirnos al Renault Zoom, estamos hablando de un pequeño compacto urbano muy cercano a lo que conocemos hoy en el Twizy, por lo menos en términos de diseño. También contando con la característica común de ser autos eléctricos, aunque el primero no comercializó nunca.
El modelo que solo alcanzó a ser un prototipo, fue presentado en 1992 durante la celebración del Salón del Automóvil de París, ese mismo año. Para entones, su objetivo era cubrir viajes citadinos y ser práctico al momento de buscar un lugar de estacionamiento.
Precedente para el futuro
Las características externas y de funcionamiento del pequeño Renault Zoom fueron innovadoras al proponer un vehículo plegable. Es decir, su carrocería se puede hacer más larga o corta de acuerdo a la necesidades del conductor.
Para ello se construyó con una distancia entre ejes modular. En su longitud máxima, el Zoom alcanzaba los 2,65 metros y recogiéndose medía 2,10 metros de largo. La altura también se modificaba, creciendo unos 23 centímetros, cuando el auto se hacia más corto. De ancho siempre tuvo 1, 52 metros.
Su nombre se inspiró precisamente en estas características del vehículo eléctrico. Y entre otros aspectos a destacar, está el sistema de seguridad con el que se equipo el prototipo de modelo biplaza como un airbag, antibloqueo de frenos ABS, cinturón de seguridad y barras laterales de protección.
En cuanto a las propiedades de propulsión, el Renault Zoom poseía un motor eléctrico ubicado en el eje delantero capaz de producir 61 caballos de potencia. La batería era de níquel-cadmio, y según las referencias de la marca, el 90% de los componentes del motor, eran reciclables.
El pequeño ‘cero emisiones’ noventero podría acelerar de 0 a 50 km/h en seis segundos y alcanzar una velocidad máxima de 120 km/h. Mientras que el rango de autonomía iba por el orden de los 150 kilómetros con una sola carga.
A diferencia del mercado actual, para ese entonces este tipo de carros solo eran conceptuales y solo pretendían mostrar una idea hacia el futuro, ya que su comercialización no hubiera sido viable desde ningún punto de vista.
Lea también: Renault Twingo Electric – el city car francés se ‘reinventa’ como eléctrico
Jessica Paola Vera García.