La Alcaldía de Bucaramanga anunció la liquidación de Metrolínea y presentó un nuevo plan de transporte más eficiente y rápido para la ciudad y su área metropolitana.

El sistema de transporte masivo de Bucaramanga, Metrolínea, enfrenta su peor crisis financiera y operativa. En una asamblea extraordinaria, el Gobierno Nacional (con un 70% de participación en la votación) bloqueó la liquidación del ente gestor, ignorando las peticiones de los alcaldes de Bucaramanga, Floridablanca y Piedecuesta, quienes buscaban una reestructuración técnica y financiera para salvar el sistema.

La decisión llega en medio de una deuda acumulada de $4.500 millones en el primer trimestre de 2025, según cifras oficiales. Emiro Castro, gerente de Metrolínea, presentó su renuncia, dejando el sistema en un limbo administrativo. «El Gobierno Nacional pasó por alto el principio de viabilidad económica. Sin recursos, no hay forma de sostener el servicio», denunciaron fuentes cercanas a las alcaldías metropolitanas a Vanguardia.

Así las cosas, ante la falta de soluciones del Gobierno Central, la Alcaldía de Bucaramanga, a través de su jefe de Gobernanza, Richard Alexander Caicedo Rico, anunció un plan de emergencia con tres objetivos clave: garantizar la movilidad de los ciudadanos; asegurar el transporte para personas en condición de discapacidad y recuperar las estaciones del sistema, muchas en estado crítico.

Metrolínea Bucaramanga

Ciudadanos, los más afectados

«Somos el único municipio con un plan de acción claro. No podemos dejar a la gente sin transporte», afirmó Caicedo Rico. Sin embargo, trabajadores y sindicatos exigen acciones inmediatas. «Hace cinco meses se aprobó el Acuerdo 034 para liquidar Metrolínea, pero no se ha hecho nada», criticaron representantes sindicales.

Aunque los alcaldes argumentaron que la liquidación era necesaria para un reinicio sostenible, el Ministerio de Transporte insistió en mantener el modelo actual. Analistas consultados por el medio regional sugieren que la decisión responde a: intereses políticos para evitar un precedente de quiebra en sistemas masivos; falta de alternativas ya que no hay un plan B para reemplazar Metrolínea y presiones nacionales, debido a que el Gobierno busca evitar más crisis de movilidad en ciudades intermedias.

Bus eléctrico Bucaramanga

«Sin inversión urgente, el sistema colapsará en meses», dijo al medio Juan Carlos Mendoza, experto en transporte urbano de la Universidad Industrial de Santander, UIS. Entre tanto, los verdaderos afectados son los miles de bumangueses que dependen diariamente de Metrolínea.

Con una flota envejecidaestaciones deterioradas y falta de mantenimiento, usuarios temen un paro técnico. «Si no llegan los recursos, los operadores no podrán seguir trabajando», alertó un conductor del sistema bajo condición de anonimato.​

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Paola Reyes Bohórquez.