El Concejo de Bucaramanga aprobó la liquidación de Metrolínea. La ciudad queda sin un plan para la transición y futuro del transporte público.

El colapso del sistema de transporte Metrolínea llegó a su desenlace definitivo. Este martes 19 de noviembre de 2024, el Concejo de Bucaramanga aprobó en segundo debate el Proyecto de Acuerdo No. 071 del 24 de octubre de 2024, que autoriza al Alcalde Jaime Andrés Beltrán Martínez a disolver y liquidar Metrolínea S.A.

La decisión, respaldada por 17 votos a favor y uno en contra, marca el fin de un proyecto que, según autoridades locales, fracasó rotundamente. La liquidación de Metrolínea deberá concretarse en un plazo máximo de seis meses desde la entrada en vigencia del acuerdo.

El proyecto aprobado no corresponde a la versión inicial presentada por la Administración Municipal, ya que se introdujeron varias modificaciones clave como: eliminación del artículo segundo, que comprometía recursos públicos y que fue descartado debido a que el Concejo no es ordenador del gasto.

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Ajustes en el Proyecto de Acuerdo

Así mismo, se ajustó el cambio en el título del proyecto, pues ahora el nuevo nombre es «Por medio del cual se autoriza la disolución y liquidación de Metrolínea» y, finalmente se reformuló del artículo primero, que ahora autoriza al Alcalde a iniciar el proceso de liquidación cumpliendo con los requisitos legales.

Es de resaltar que el sistema Metrolínea enfrenta pasivos que ascienden a $600.000 millones, lo que ha llevado a una crisis financiera insostenible. Según Rafael Vanegas Herrera, jefe de la Oficina Jurídica de la Alcaldía de Bucaramanga, «los bumangueses no tendrán que responder solidariamente por los pasivos de Metrolínea».

A pesar de esta afirmación, el funcionario admitió que «es posible una avalancha de demandas», aunque aseguró que el municipio cuenta con herramientas legales para defenderse. También subrayó que la falta de ingresos operativos de Metrolínea hizo imposible sostener el sistema, agravado por la ausencia de un «salvavidas del Gobierno Nacional».

El único voto en contra del proyecto fue el del concejal del Pacto Histórico, Jorge Flórez, quien cuestionó la falta de un plan de contingencia claro para garantizar el transporte público en la ciudad. En respuesta, Vanegas Herrera afirmó que la Administración trabaja en estructurar un «régimen de transición y administrativo muy claro», pero sin detallar plazos concretos.

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¿No hay una solución?

Por lo pronto, podemos indicar que la liquidación de Metrolínea simboliza el colapso de una apuesta que prometía modernizar el transporte público en Bucaramanga, pero terminó siendo un peso muerto financiero para la ciudad.

Aunque las autoridades aseguran que los ciudadanos no cargarán con las deudas del sistema, la falta de un plan detallado para la transición genera incertidumbre. Más allá de la liquidación, el verdadero reto será garantizar un sistema de transporte eficiente y sostenible para los bumangueses.

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Paola Reyes Bohórquez.