El presidente de EE.UU. sacudió el mercado global con nuevos aranceles a vehículos importados. Canadá y la UE amenazan con represalias.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este 26 de marzo aranceles del 25% sobre todos los vehículos fabricados fuera de EE.UU., una medida que entrará en vigor el 2 de abril y que ha desatado fuertes críticas en la comunidad internacional.
Esta decisión se suma a los aranceles ya existentes (2,5%), lo que eleva el impuesto total a 27.5% para la mayoría de los carros importados. Sin embargo, los vehículos eléctricos chinos, que ya enfrentaban un gravamen del 100%, ahora pagarán un 125%, un golpe directo a la industria automotriz asiática.
Y es que el mandatario norteamericano justifica esta medida como una forma de proteger los empleos y la industria automotriz estadounidense, argumentando que muchas fábricas se estaban mudando a Canadá, México y otros países. «Vamos a cobrar a los países por hacer negocios en nuestro país y tomar nuestros trabajos, tomar nuestra riqueza», declaró Trump desde la oficina Oval.
Reacciones de los afectados
Hay que indicar que muchos expertos advierten que estos aranceles podrían encarecer los autos para los consumidores estadounidenses y generar represalias comerciales de otros países.
Por ejemplo, Canadá, uno de los principales afectados, no tardó en responder. El primer ministro Mark Carney calificó la medida como un «ataque directo» y prometió una respuesta contundente. «Defenderemos a nuestros trabajadores, defenderemos nuestras compañías, defenderemos a nuestro país», afirmó Carney, quien convocará a su gabinete para analizar posibles contramedidas económicas.
Por su parte, Doug Ford, gobernador de Ontario (donde se concentra la industria automotriz canadiense), fue más agresivo. «Podemos agacharnos y ser arrollados, o luchar. Yo elijo luchar. Causaremos el máximo dolor posible a EE.UU. hasta que reviertan esto».
Entre tanto, la Unión Europea expresó su «profunda decepción» con la medida. Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, aseguró que buscarán soluciones negociadas, pero advirtió que «los aranceles son impuestos, malos para los negocios, peores para los consumidores». Así mismo, Teresa Ribera, vicepresidenta ejecutiva de la Comisión, calificó la decisión como «muy mala noticia» y señaló que analizarán una respuesta proporcional.
Impacto en la industria automotriz
Es de anotar que la industria automotriz se verá significativamente afectada por estos aranceles. Fabricantes como General Motors, Ford y Stellantis dependen en gran medida de las importaciones desde Canadá y México. En el caso de GM, este importa aproximadamente 750.000 vehículos al año desde estos países. Además, empresas como Volkswagen y Audi, con plantas en México, también enfrentarán desafíos debido a la nueva política arancelaria.
Tras el anuncio, los mercados financieros reaccionaron negativamente. Las acciones de General Motors y Ford cayeron un 8% y un 2%, respectivamente. Stellantis también experimentó una disminución cercana al 5%. Estas caídas reflejan la preocupación de los inversores sobre el impacto de los aranceles en las cadenas de suministro y en la rentabilidad de las empresas automotrices.
En conclusión, la imposición de aranceles del 25% a los vehículos importados por parte del presidente Trump representa una estrategia arriesgada que podría tener consecuencias imprevistas. Si bien la intención es fortalecer la industria automotriz nacional y proteger empleos, es probable que esta medida desencadene represalias comerciales y aumente los costos para los consumidores estadounidenses. Además, podría alterar las complejas cadenas de suministro globales que caracterizan a la industria automotriz actual.
Paola Reyes Bohórquez. Con información de medios internacionales.