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California, epicentro de carros eléctricos en Estados Unidos, enfrenta serios desafíos en su ambición por liderar la transición hacia un transporte limpio, con Tesla en el centro de la controversia.
Los problemas en la industria de vehículos eléctricos (VE) en Estados Unidos se están concentrando en su núcleo: California. En una reciente conferencia, el Gobernador Gavin Newsom abordó la situación actual de los VE en el estado, acompañado de un análisis defensivo y una crítica hacia Tesla el principal fabricante de autos eléctricos en el mercado californiano.
Durante su intervención, Newsom recordó que el mandato de California de descarbonizar las ventas de vehículos nuevos para 2035 nunca fue exclusivamente sobre eléctricos. Esto además incluía cualquier automotor de emisiones cero, como los de pila de combustible y los híbridos enchufables.
Esta aclaración resalta la flexibilidad del mandato y cuestiona la definición estricta de “vehículos de emisiones cero”, ya que los enchufables, aunque reducen significativamente las emisiones en comparación con los motores de combustión interna, no son completamente libres de emisiones.
Tesla en el “ojo” del huracán
El contexto de esta discusión se intensifica cuando se consideran los últimos datos: Tesla ha experimentado una caída del 13% en sus ventas en California durante el primer semestre de 2024. Lo que ha afectado gravemente a su crecimiento global, dado que 1 de cada 8 Teslas vendidos en el mundo proviene de este estado.
Sumado a esto, el envejecimiento de la gama de carros de Tesla ha sido un factor importante en esta desaceleración. Las ventas del Model 3, por ejemplo, cayeron en casi 19.000 unidades durante los primeros seis meses del año en California, a pesar de recientes actualizaciones.
Mientras tanto, el nuevo Cybertruck de Tesla, lanzado en noviembre pasado, ha tenido un impacto limitado, con menos de 3.500 unidades vendidas en dicho estado, reflejando un interés de nicho que podría no compensar la disminución en otros modelos.
A pesar de estos desafíos, los competidores de Tesla, como Rivian Automotive y Ford, han visto un crecimiento significativo. Rivian, aunque sigue teniendo una cuota de mercado inferior a una décima parte de la de Tesla en California, experimentó un aumento del 64% en sus ventas en el segundo trimestre, representando el 30% de sus entregas globales.
La dura competencia
Hay que decir que este crecimiento de las ventas en carros diferentes a la marca Tesla es alentador, pero la falta de modelos más económicos sigue siendo un problema. Esto, incluso en un estado con altos ingresos como California. En el segundo trimestre, los modelos de Rivian tuvieron un precio medio de 84.000 dólares, lo que limita su accesibilidad.
Además, el enfoque de Tesla hacia modelos de alta gama, evitando el desarrollo de autos por debajo de los 30.000 dólares, ha dado lugar a que otros fabricantes, como Ford y General Motors, reevalúen sus planes y se enfoquen más en híbridos y de gasolina, que son más rentables.
Es de anotar que empresas como Rivian se ven obligadas a seguir comprometidas con los VE, aunque dependen fuertemente de la financiación de terceros, como Volkswagen en el caso de Rivian. Hasta ahora, el progreso en Estados Unidos ha dependido en gran medida de las subvenciones estatales y federales y la capacidad de Tesla para captar capital.
Sin embargo, el panorama podría cambiar significativamente en noviembre, con el futuro de las subvenciones y los mandatos de carros eléctricos en juego. Es comprensible que Newsom esté preocupado, dado que Elon Musk, el rostro visible de la industria de VE, ha expresado su apoyo a un candidato presidencial que ha prometido desmantelar los mandatos federales sobre vehículos eléctricos.
Paola Reyes Bohórquez. Con información de The Washington Post.
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