Mercedes-Benz sorprendió al mercado con un cambio de rumbo: continuará invirtiendo en motores de combustión hasta 2028, pese a sus ambiciones eléctricas.
En el verano de 2021, Mercedes-Benz prometió un futuro completamente eléctrico para 2030, afirmando que todos sus nuevos desarrollos de plataformas serían exclusivamente para carros eléctricos a partir de 2025.
Sin embargo, el CEO de Mercedes, Ola Källenius, ha revelado un ajuste significativo en esta estrategia. Durante una entrevista con Wirtschaftswoche, Källenius confirmó que la compañía seguirá invirtiendo en motores de combustión interna, argumentando que no hacerlo sería «matar la tecnología en 2027 o 2028».
La compañía alemana esperaba que la mitad de sus ventas en 2025 fueran de autos eléctricos, pero la aceptación del mercado no ha alcanzado las expectativas. A pesar de invertir inicialmente 40.000 millones de euros en la transformación hacia una marca completamente eléctrica, Källenius anunció que esta cifra se ampliará en 14.000 millones adicionales. Estas inversiones abarcarán «digitalización, electromovilidad y combustión de alta tecnología».
Desempeño de Mercedes-Benz en el mercado
El Mercedes EQS, uno de los modelos eléctricos insignia de la marca, no ha logrado las ventas esperadas. En contraste, los modelos tradicionales de combustión, como el Mercedes Clase S, siguen siendo populares entre los compradores.
«Hemos invertido mucho más en el mantenimiento del modelo de la nueva Clase S de combustión, de lo que normalmente gastamos en una actualización», afirmó Källenius. A pesar de que la Unión Europea ha aprobado la venta de motores de combustión neutros en carbono a partir de 2035, Mercedes se enfrenta al reto de cumplir con las regulaciones Euro 7 y las nuevas normativas chinas.
La compañía se asegura de que sus motores «siempre estarán al más alto nivel tecnológico» para evitar una rápida desaparición de su negocio de combustión. En conclusión, el ajuste estratégico de Mercedes refleja una realidad del mercado: la transición a la movilidad eléctrica es un proceso complejo que requiere flexibilidad.
Por todo lo anterior, la decisión de continuar invirtiendo en motores de combustión hasta 2028 es pragmática, considerando la aceptación desigual del mercado y las exigencias regulatorias. Aunque puede parecer un retroceso, esta estrategia híbrida podría ser esencial para mantener la competitividad mientras se trabaja hacia un futuro más sostenible.