Europa pierde terreno en la producción de baterías eléctricas frente a EE.UU. y China, poniendo en riesgo su industria automotriz.
Europa enfrenta un desafío crítico en su intento de competir con China y EE.UU. en la fabricación de baterías eléctricas. A pesar de los miles de millones de euros invertidos desde 2019, la industria europea de este segmento está perdiendo impulso.
El mercado de carros eléctricos en Europa se desacelera, afectado por el desinterés de los consumidores alemanes desde que se retiraron las ayudas para su compra en diciembre de 2023. Esto ha llevado a gigantes automotrices como Volkswagen, Stellantis y Mercedes-Benz a reevaluar sus proyectos de vehículos y baterías eléctricas.
China domina con bajos costos y un exceso de capacidad, mientras que EE.UU. atrae inversiones europeas con subsidios lucrativos. La retirada de iniciativas en Europa es notable; por ejemplo, Automotive Cells Company (ACC), respaldada por Stellantis, Mercedes y SAFT, suspendió sus planes de fábricas en Alemania e Italia.
Desafíos y competencia
Con costos de energía más altos en Europa, los proyectos de gigafábricas enfrentan dificultades. La china Svolt también canceló un programa en Alemania debido a la incertidumbre sobre subvenciones y la pérdida de un cliente clave. Entre tanto, empresas como CATL y LG Chem ya establecidas en Europa, dificultan la entrada de nuevos competidores.
El ‘Viejo Continente’ apuesta por baterías de iones de litio (NMC). Por su parte, China se enfoca en baterías LFP (litio hierro fosfato), más económicas. Esta diferencia podría dejar a Europa rezagada tecnológicamente.
Y es que el retraso en la fabricación de baterías podría tener consecuencias graves. Si la UE no establece su cadena de valor para baterías, podría enfrentar una desindustrialización similar a la de los paneles solares y microchips, afectando gravemente su economía automotriz, que representa el 7% del PIB europeo.
La Comisión Europea y el Reino Unido han aprobado menos de 7.000 millones de euros en ayudas desde 2022, comparado con los 160.000 millones de dólares en créditos fiscales en EE.UU. bajo la Ley de Reducción de la Inflación (IRA). Canadá también ofrece 25.000 millones de dólares en incentivos, atrayendo inversiones de Volkswagen y Stellantis.