Un sutil anuncio a dos columnas demuestra la primera incursión en Colombia de los autos japoneses, con una marca hoy reconocida: Isuzu.

PUBLICRÓNICA No. 50.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.

Vamos a 1955. Cuando los grandes autos estadounidenses dominaban la tierra… o al menos, las vías colombianas. Las principales marcas de Detroit se pavoneaban con diseños inspirados en lo aeroespacial, abundantes cromados y colores vistosos. Por su parte, Europa llevaba unos cinco años controvirtiendo el escenario con modelos más pequeños que se veían con recelo.

¿Japón, Corea, China o India…? Simplemente eran culturas exóticas y lejanas de las que solo se sabía por guerras recientes. Con seguridad, muy pocos colombianos sabían que los nipones habían combatido con aviones y tanques de construcción propia. Quizá lo máximo que percibieron muchos niños fueron esos curiosos juguetes de hojalata con mecanismo de cuerda, y pare de contar.

Por los lados del antiguo imperio del Sol Naciente, esos juguetes eran de lo poco que podían hacer. 10 años antes pasaron por la humillación de ser vencidos en la Segunda Guerra Mundial, intervenidos por autoridades estadounidenses que finalmente devolvían un país en pos de su propia rehabilitación. En esa década de 1950 se incubaba mucho de lo que hoy es un paisaje empresarial global, desde diferentes industrias como la automotriz.

Isuzu primera publicidad en Colombia

Los primeros carros japoneses llegan a Colombia

La guerra de samuráis que hemos visto desde el comienzo entre Toyota y Nissan, inicia para nosotros a finales de esa década y se sumarían otras con el tiempo. Una de esas firmas, Isuzu, llegó en la apertura de 1979 con la importación de pequeñas pick-ups que luego conocimos como Chevrolet Luv

Al entrar Chevrolet a producir en Colmotores, en 1981, la nueva generación de esas camionetas llegó con la marca del corbatín al frente. Así, gracias a la incorporación de Isuzu a GM, este se constituyó en el primer vehículo de origen japonés en ser producido en Colombia a través del ensamblaje local.

Lo que resulta particularmente curioso, y a la vez coincidente, es que Isuzu también fuera la primera marca japonesa que se anunció publicitariamente en Colombia. Sucedió en 1955, con dos anuncios similares a dos columnas que poco se notaban al pie de toda la pauta comercial restante. 

Dos camiones y un bus aparecen en disposición de zigzag con bloques de texto, encabezado de la marca que reza «Isuzu Diésel», descripción de los tipos de producto que fabrican y otra más abajo resaltando sus cualidades. No aparece concesionario alguno en Colombia, lo que hace suponer que era un anuncio pautado desde la casa matriz japonesa para interesar a potenciales representantes en el país.

Isuzu TX 1955

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Algo de historia

El modelo más reconocible en este anuncio colombiano es, casi seguro, el camión Isuzu TX de segunda generación. También aparecen una volqueta de tres ejes y un bus de difícil identificación al momento de redactar esta nota. De hecho, la historia misma de Isuzu, nombre japonés para un río llamado «Cinco Campanas», parte del año 1916 como una firma de ingeniería que se propuso fabricar vehículos con licencias Wolseley británicas.

Después de la guerra, toma su nombre empresarial que solo se había usado como marca en los años 1930 cuando desarrollaba el concepto del motor Diésel, del que es autoridad mundial. En 1971 se une a GM, especializándose en transporte mediano y pesado. Era evidente que en los años cincuenta y sesenta buscaba espacio en los mercados mundiales, pero tres décadas después el nombre Isuzu ya tenía reconocimiento global.

En nuestro caso, la línea de camiones «N» es el gran estándar nacional del camión mediano que arranca en 1991, desplazando al verdadero pionero, el Mazda T de 1989. Sumando éxitos como el campero Trooper y la Luv reemplazada luego por la D-Max, hacen que el nombre Isuzu respalde públicamente la tecnología con la marca del corbatín.

Bus Isuzu 1955

Buscando abrirse paso

De hecho, aquella publicidad pionera buscaba representantes antes que compradores particulares. Era el verdadero despegue de la industria japonesa en el mundo, comenzando por mercados emergentes y menos exigentes. Tal oportunidad se logró luego de un manejo geopolítico estratégico para Estados Unidos en plena Guerra Fría: la estimulación de la industria japonesa que podría surtirlos en plena guerra de Corea.

Al resolverse el conflicto y con un Japón inserto en una nueva independencia de régimen democrático, el empresariado nipón podía de nuevo valerse por si solo. De esa forma comenzaba un nuevo imperio corporativo que, finalmente, le haría ganar una guerra comercial. Pero sus tímidos inicios se remontan a maniobras como esta.

La verdad, es que nadie en 1955 hubiera pronosticado que estos tímidos anuncios divulgados en El Tiempo anticiparían un prestigio empresarial y nacional para el Japón, que hoy se da por descontado. En ese lapso se dieron fallidas negociaciones con Toyota para producir autos en Colombia, pero llegaron sus vehículos al país a finales de los años cincuenta, sumándose Nissan en 1960, la fugaz Prince ese mismo año y hasta los raros Jeep CJ-7B de Mitsubishi.

De allí en adelante, el auto japonés se convirtió en parte integral de nuestro parque automotor.

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CRÉDITOS:

  • Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
  • Fuentes: El Tiempo, julio 26/1955 y agosto 1/1955.
  • Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.