Manejamos en Brasil al nuevo Citroën Basalt, el SUV Coupé asequible que llega a América Latina con una audaz propuesta que mezcla varios conceptos.
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En días pasados, América Latina recibió en sus calles al nuevo Citroën Basalt, un modelo que amplía la ofensiva SUV de la marca y que combina el estilo deportivo de un coupé con la practicidad de un sedán y la robustez de un SUV. Producido en Porto Real, Brasil, este nuevo integrante de la gama Citroën viene a competir en un segmento cada vez más concurrido, donde Volkswagen Nivus y Fiat Fastback han marcado territorio.
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La particular mezcla de conceptos que trae este auto da como resultado argumentos muy claros: diseño distintivo, amplio espacio interior y una muy capaz configuración mecánica. Con ellos, este nuevo modelo quiere conquistar a los latinoamericanos. Porque, si bien se produce en Brasil y Mercosur es su principal mercado, estará disponible en varios mercados de la región. Desde Costa Rica y República Dominicana, hasta Argentina.
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Pero lo mejor de todo es que, todo esto junto, estará disponible a un precio más asequible que otros modelos similares. Su llegada a Colombia está prevista para el primer trimestre de 2025, pero los colombianos podrán conocerlo en primicia durante el Salón del Automóvil de Bogotá, el mes entrante. Por ahora, les contamos nuestras primeras impresiones tras manejarlo en São Paulo, Brasil, y sus alrededores.
Puntos fuertes:
- Un diseño que no pasa por alto.
- Amplio espacio interior.
- Motor turbo eficiente.
- Suspensión confortable.
- Buen nivel de equipamiento.
- Precio asequible.
Puntos por mejorar:
- Ausencia de asistencias avanzadas a la conducción (ADAS).
- Solo 4 airbags.
- Muchos plásticos rígidos en el interior.
- Ubicación inusual e incómoda de algunos mandos.
- Llave convencional en toda la gama.
Citroën Basalt, a simple vista: no pasa desapercibido
De una o de otra forma, viendo al Citroën Basalt hay algo que sí queda muy claro: es un carro que no pasará desapercibido. El diseño es uno de esos aspectos que lo distingue, no solo por la silueta coupé que le da una personalidad única, sino por los detalles tipo SUV que refuerzan ese carácter. Puede que a unos guste, puede que a otros no, pero lo cierto es que es muy difícil de ignorar.
Adelante resalta el frontal ya típico de Citroën, con luces en forma de «X» y en dos niveles, así como también está la parrilla, y un capó elevado que lo hace ver fuerte y rudo. De costado lo más relevante son las protecciones en plástico negro para los pasos de rueda, los rines de 16 pulgadas que pueden ser diamantados y en bitono en la versión Shine (tope de gama) y la altura sobre el piso, muy amplia y tasada en 20,8 cm.
La caída del techo, suave y elegante, le da un toque deportivo y tiene dos efectos favorables en la habitabilidad: no compromete el espacio interior, como en otros autos de este estilo, y además otorga un amplísimo maletero de 490 litros. El portón trasero es prominente, lleva un amplio alerón y se acompaña con luces traseras de moderno diseño. El logotipo «Basalt» y la insignia «Turbo T200» rematan el conjunto.
Además, tiene un buen tamaño respecto a su precio, que en Brasil parte desde los 16.400 dólares o 69 millones de pesos colombianos. El Basalt mide 4,34 metros de largo por 1,74 de ancho sin espejos y 1,58 de alto, con una distancia entre ejes de 2,64 metros. Es apenas 10 cm más corto que un Fiat Fastback, pero podría costar un 30% menos que este.
Espacio y practicidad a bordo
Adentro, el Citroën Basalt sorprende por su amplitud y funcionalidad, con generoso espacio para los pasajeros en ambas filas de asientos. Su puesto de conducción es ergonómico y bien organizado, con un volante multifuncional forrado en cuero (en la versión Shine, que probamos), cuadro de información digital de 7 pulgadas y una pantalla táctil central de 10,2 pulgadas para el centro multimedia. Además, con CarPlay y Android Auto inalámbricos.
La consola central muestra un diseño limpio y moderno, agrupando los controles físicos (gracias Citroën) de la climatización y los conectores de 12 voltios y USB. Bajo la consola está la palanca de cambios, de tipo tradicional, portavasos y un espacio para guardar objetos. Algo a mejorar es que, ni siquiera en la versión tope de gama, hay botón de arranque. Todos los Basalt se quedaron en el switch de arranque con llave convencional.
También sería ideal mejorar la ubicación de algunos mandos en cabina. Es el caso de los mandos para accionar el control de velocidad crucero (convencional) y el modo Sport, ubicados al lado izquierdo del tablero, lugar inusual para este tipo de funciones. No es práctico en absoluto que, durante la conducción, se tenga que extender la mano hacia allí para activar alguno de estos mandos. Incluso, puede llegar a comprometer la seguridad.
En cuanto a los asientos, que responden a la tecnología Citroën Advanced Comfort y por ende son muy cómodos, muestran un diseño atractivo que combina tela y cuero sintético. El del conductor lleva un descansabrazos plegable, que busca compensar la ausencia de una alta consola central. Así mismo, la banca trasera es abatible pero en una sola pieza. Así, es posible ampliar aún más el espacio del maletero.
Al volante: un SUV ágil y confortable
Una vez puestos al volante del Citroën Basalt, encontramos una experiencia de manejo agradable y equilibrada. El motor Turbo T200 de 1.0 litro y tres cilindros, que entrega 120 hp y 200 Nm de torque, se muestra ágil y responsivo. También nos da una buena respuesta la caja automática CVT, con siete velocidades simuladas en modo manual, por sus cambios suaves y silenciosos. Según la marca, este auto puede acelerar de 0 a 100 km/h en 10,8 segundos.
Durante el recorrido de prueba, nuestra unidad se comportó con total soltura tanto en ciudad como en carretera. Algo destacado es la suavidad de su marcha, que redunda en una gran comodidad al viajar, a pesar de que su insonorización no es precisamente brillante. Pero, a cambio de ello, sí resalta por la excelente respuesta en adelantamientos y recuperaciones, al menos en plano, que fue donde se probó el carro.
Otro aspecto muy notable del Basalt es el ajuste de la suspensión, especialmente adaptada para las maltrechas vías latinoamericanas. No solo es suave en carretera, sino que además absorbe muy bien las imperfecciones de vías pavimentadas o sin pavimentar, por lo que andar por terrenos destapados con el Basalt realmente no afecta la comodidad. Y lo comprobamos durante un largo tramo.
También hay que mencionar la dirección, precisa y fácil de manejar gracias a que cuenta con asistencia eléctrica. Además, el carro se muestra ágil en ciudad y estable en carretera, aún con su amplia altura sobre el piso. Esto resulta en una conducción confiable en todo tipo de situaciones, además de ser un carro ideal para viajar. La gran pregunta es, para el caso de Colombia, si requerirá gasolina Extra o Corriente.
¿Qué podría mejorar?
Además de los aspectos que ya mencionamos, como son la ubicación de varios mandos en lugares inusuales o imprácticos, y una muy regular insonorización del motor y la cabina, hay otros puntos que son susceptibles de mejora en el Citroën Basalt y que detectamos durante la presentación y durante nuestro recorrido a bordo de este auto.
Tal vez el más crítico es el de la seguridad. Si bien tiene importantes refuerzos a nivel estructural, que según la marca se optimizaron para lograr buenos resultados en pruebas de choque, el Basalt se limita a tan solo 4 airbags. También hay control de estabilidad y asistencia de arranque en pendientes, pero queda corto. Además, tampoco hay asistencias avanzadas a la conducción, ni siquiera como opción.
También es evidente que se trata de un carro que busca competir con precio, al observar sus acabados. El tablero tiene una buena presentación, con plásticos de buen tacto y texturizados, así como símil de aluminio, pero hay mucho plástico duro en cabina. En esa línea, el interior del capó está sin pintar, mal detalle de los carros brasileños que inició en el Kwid y se les volvió un hábito para reducir costos. Ese detalle no afecta al carro en sí, pero sí a su presentación.
Conclusión: un SUV Coupé con potencial
No hay duda de que la propuesta del Citroën Basalt es muy interesante para la clientela de América Latina. Es un auto que, estamos seguros, atrapará a muchos clientes que buscan un SUV de diseño diferente, buen espacio interior y un motor eficiente, que además sea muy completo y se ofrezca a un bajo precio en su categoría. El Basalt cumple con todo esto, combinando lo mejor de un sedán, de un SUV y del estilo «Coupé».
Con todo y sus puntos de mejora, este auto tiene todo el potencial para convertirse en un gran éxito en la región. Su llegada a Colombia en 2025 genera una gran expectativa, y su inminente presentación en el Salón del Automóvil de Bogotá será una excelente oportunidad para que el público colombiano lo conozca de cerca y se haga su propia idea sobre él.
La marca no define como tal algunos rivales específicos para el Citroën Basalt pero, por su precio y características, podría ser una alternativa a los Chevrolet Onix Sedán, Renault Logan y Stepway, Nissan Versa, Mazda 2 Sedán y Volkswagen Virtus, así como a los Renault Kardian, Fiat Pulse y Volkswagen Nivus. Es el sucesor teórico del Citroën C-Elysée y eso, sumado a esa mixtura de virtudes, abre mucho sus posibilidades.
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Créditos:
- Textos, fotografías, presentación y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
- Realización Audiovisual: Stellantis Sudamérica, Óscar Julián Restrepo Mantilla.
- Edición Audiovisual: Duván Pérez Quesada.
Asistimos al lanzamiento del Citroën Basalt en São Paulo, Brasil, gracias a una invitación de Stellantis Sudamérica.
