La ministra de Transporte de Colombia visitó Bucaramanga y propuso implementar un tranvía como solución a la crisis del sistema Metrolínea.

Durante un completo recorrido por las estaciones de Sistema de Transporte Metrolínea de Bucaramanga, que actualmente se encuentran en estado de abandono, la ministra de Transporte de Colombia, María Fernanda Rojas, no dudó en calificar la situación como crítica.

En la estación de Provenza, una de las más emblemáticas pero también de las más deterioradas, la funcionaria fue contundente. «Nos encontramos ante una infraestructura que parece sacada de cualquier capital europea, pero que esconde un engaño a los ciudadanos. Se construyeron estaciones monumentales para albergar un sistema de buses que nunca tuvo la capacidad real de resolver las necesidades de movilidad del área metropolitana».

Esta evaluación se enmarca en la polémica propuesta que el presidente Gustavo Petro había planteado semanas atrás a través de sus redes sociales, donde sugería la implementación de un tranvía eléctrico como solución estructural. Sin embargo, el principal obstáculo que enfrenta esta iniciativa es el precario estado financiero de Metrolínea, que según los últimos reportes arrastra un déficit fiscal superior a los 300.000 millones de pesos, una cifra que pone en duda la viabilidad de cualquier nuevo proyecto de gran envergadura.

Metrolínea Bucaramanga

¿Una solución viable?

La ministra Rojas fue enfática al señalar la contradicción fundamental del sistema actual. «Resulta incomprensible haber construido una infraestructura tan sobredimensionada para albergar un servicio que desde su concepción fue claramente insuficiente».

Esta crítica se sustenta en los datos reveladores de capacidad: mientras el sistema actual apenas moviliza unos 8.000 pasajeros por hora, las necesidades reales de la ciudad superan ampliamente esta cifra, con más de 450.000 viajes diarios según los registros del Área Metropolitana de Bucaramanga.

Frente a este panorama, el planteamiento del Gobierno Nacional contempla dos fases claramente diferenciadas. En el corto plazo, se implementaría un plan de contingencia basado en buses articulados que permita mantener el servicio mientras se busca financiación.

Bus eléctrico Bucaramanga

Para el mediano y largo plazo, la apuesta es por la transición hacia un sistema de tranvía eléctrico, proyecto que según las declaraciones de la ministra podría financiarse mediante vigencias futuras. «El presidente ha sido claro en este punto: si logramos estructurar adecuadamente esta transición, el Gobierno Nacional está dispuesto a asumir el liderazgo financiero del proceso«, explicó Rojas.

El diagnóstico presentado por la ministra Rojas evidencia una realidad incómoda: Metrolínea se ha convertido en un símbolo de las promesas incumplidas en materia de movilidad urbana. La propuesta del tranvía, aunque técnicamente sólida, enfrenta el mismo fantasma que ha perseguido a tantos proyectos de infraestructura en Colombia: la incertidumbre financiera.

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Paola Reyes Bohórquez.