La decisión de General Motors (GM) de cesar la producción de carros en Colombia ha provocado discusiones sobre el futuro del mercado automotor en el país. Oliverio García, presidente de Andemos, analizó los posibles efectos de esta acción.

Oliverio García, presidente de la Asociación Nacional de Movilidad Sostenible, Andemos, dio a conocer su punto de vista ante el impacto de la salida de General Motors de Colombia. García, contó a El País que, aunque esta decisión no fue sorpresiva, plantea desafíos significativos para la industria local.

De acuerdo con el Presidente de Andemos, las condiciones del mercado nacional podrían haber influido en la determinación de GM de cesar sus operaciones en Colombia. La caída en las ventas y la pérdida del liderazgo de la marca Chevrolet podrían haber sido factores decisivos en esta medida. Así mismo, señaló que el mercado colombiano es relativamente pequeño, con ventas que han oscilado entre 185.000 y 190.000 unidades en los últimos años.

En tal sentido, consideró que la salida de GM no tendrá un gran impacto en la industria automotriz a largo plazo. Aunque se perderán empleos en el corto plazo, García sugirió que la parte social del sector es más fuerte que la parte industrial. Además, destacó que Colombia se queda con una sola ensambladora activa, lo que no representa un cambio significativo en la dinámica del mercado.

Sector automotor Colombia

Proyección del sector automotor

En cuanto a las perspectivas de ventas para este año, anticipó un panorama similar al del año pasado. Pronosticó una disminución en la comercialización durante el primer semestre, seguida de una recuperación gradual en el segundo semestre. Sin embargo, advirtió que Colombia fue el país que más decreció en América Latina el año pasado, lo que sugiere la necesidad de revisar las políticas gubernamentales en relación con la industria automotriz.

García también abordó las razones detrás de la baja tasa de motorización en Colombia. Indicó que el país tiene un índice de vehículos nuevos por cada mil habitantes por debajo del promedio latinoamericano, lo que sugiere una falta de incentivos para la adquisición de vehículos nuevos. Añadió también una crítica a las políticas que desincentivan la transición energética hacia automotores más limpios y eficientes.

En resumen, la salida de General Motors plantea desafíos para la industria automotriz colombiana, pero desde Andemos se sugiere que el impacto a largo plazo podría ser limitado. No obstante, se debe destacar la necesidad de revisar las políticas gubernamentales para fomentar el crecimiento sostenible del mercado automotor en el país.

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Paola Reyes Bohórquez. Con información de El País.