Así presumía Mercedes-Benz sus triunfos deportivos en la Colombia de 1952

Un cartel de altísimo nivel artístico y estético respaldó la publicidad de Mercedes-Benz en Colombia y el mundo, tras un contexto especialmente complejo.

PUBLICRÓNICA No. 112.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.

Menos conocido que los 75 años de Porsche, Land Rover o el Citroën 2CV, es el aniversario de la presencia de Mercedes-Benz en Colombia, en 1948. Un año contradictorio, en el que la marca inventora del automóvil llegó para quedarse y desplazar, poco a poco, a firmas norteamericanas como Cadillac, Lincoln y Packard, como estándares del lujo sobre ruedas.
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Para esa época, la firma de la estrella buscaba salir de los estigmas de la guerra, esfuerzo cuyos frutos se verían con el tiempo. Cuatro años más tarde, en pleno “Milagro Económico Alemán”, Mercedes-Benz gozaba nuevamente de las mieles del triunfo deportivo gracias a un modelo revolucionario que hizo historia: el 300 SL de código W194.

Este auto para carreras de resistencia triunfó en Le Mans, Nürburgring y la Carrera Panamericana de México, donde obtuvo una doble victoria al volante de Karl Kling y Herman Lang. Más que su motor M196 de 3.0 litros y seis cilindros en línea, su gran mérito fue el disruptivo chasis tubular que no permitía puertas convencionales. Así, fue necesario implementar las del tipo “alas de gaviota”.
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Por sugerencia de su representante en Estados Unidos, Max Hoffman, este simple cambio planteó a la empresa la necesidad de un carro deportivo de alto standing. Esta idea derivó en el histórico 300 SL W198 de 1954.

Mercedes-Benz 300 SL, triunfador de la Carrera Panamericana de México

Los triunfos de la resurgida empresa gozaron de difusión pública en todo el mundo, en parte gracias al ilustrador de origen austríaco Hans Liska. Nacido en 1907, estudió bellas artes en su Viena natal para luego ser uno de los grandes artistas comerciales en la Alemania de vísperas de guerra. Como soldado lo requirieron los departamentos de propaganda oficial, pero al finalizar el conflicto, Daimler-Benz AG lo contrató.
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De sus pinceles salieron carteles con alta carga dramática, veloces y expresivos. Uno de ellos fue el del Mercedes-Benz 300 SL con el número 21 triunfante en México, que viene de frente hacia el observador, mientras de fondo están la penca de un maguey y un volcán.
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Este cartel es solo uno de los tantos que desarrolló para la estrella de tres puntas, con apoyo en tipografías sólidas y negras, cercanas a nuestras actuales fuentes GeoSlab.

Difusión en Colombia

Ahora, volviendo al caso de Colombia, siempre ha sido usual recibir el material publicitario original de las casas matrices junto a los vehículos de venta, y esta no fue la excepción. En la globalización actual es más común, pero para un lector de prensa de 1952, anuncios de esta calidad lo acercaban a la excelencia total respecto a la pauta a la que estaba acostumbrado.
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Los anuncios del Mercedes-Benz 300 SL como triunfador de la Carrera Panamericana salieron semanalmente en el diario conservador El Siglo, entre finales de 1952 e inicios de 1953. Era el medio dominante del momento pues su fundador, Laureano Gómez, había llegado al poder en 1950.
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Más allá de los debates ideológicos y sociales, a El Siglo hay que reconocerle la creación de dos páginas dedicadas al automovilismo y motociclismo, despuntando los años cincuenta, con publicidad acorde al tema. En especial, de firmas europeas que intentaban capturar un mercado dominado por el producto norteamericano.

Mercedes-Benz en la Colombia de los años cincuenta

Otros hechos, que no son menores, contextualizan aún más estos anuncios que salieron cuando, en Colombia, Mercedes-Benz estaba a cargo de la firma Auto Mercantil y de otra menos conocida, Austromotores Ltda.

Pese a la llegada al país de carros deportivos de renombre como los (ahí sí) británicos MG, un carro tan exclusivo y costoso como el Mercedes-Benz 300 SL no formaba parte de la oferta nacional de la marca. Sus modelos más racionales sí, los 170 (W136) y 180 “Pontón” (W180). Con más presupuesto se accedía al 300 (W186) de tipo sedán, coupé, y convertible.

De hecho, la Presidencia de la República adquirió un Mercedes 300 S Cabriolet D para Laureano Gómez en 1953. Durante su compra ocurrió el golpe militar que llevó al poder al Teniente General Gustavo Rojas Pinilla, siendo él quien realmente lo utilizó. Conocido como el Adenauer, este lujoso convertible de cuatro puertas transportó a múltiples visitantes ilustres por más de 15 años.
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Otro acontecimiento poco conocido y a la vez sorprendente, fue la intención de Mercedes-Benz de ensamblar en Colombia. A comienzos de los años cincuenta se planteaba una industria automotriz nacional, consolidada años más tarde. La firma alemana consideró con seriedad a nuestro país al existir una filial en Argentina, pero poco después, el proyecto se desvió a México y Brasil.

¿Llegó el 300 SL a Colombia?

Volviendo al Mercedes-Benz 300 SL, su exclusividad deportiva lo hacía utópico de importar y su exhibición publicitaria era solo para resaltar un prestigio mundial ante los colombianos. Pero, según se conoce, en el país sí hubo al menos tres ejemplares del posterior W194. De ellos, se reconoce uno en su plateado original, perteneciente a la familia Sesana, dueños de Pastas Doria y Promasa.
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Dicho vehículo salió de Colombia reexportado hace pocos años a Estados Unidos, pero se sabe de otros ejemplares que en ese tiempo entraron al país por Venezuela. El país vecino fue el segundo mercado natural de exportación después de Estados Unidos, gracias a la Bonanza Petrolera que venía experimentando. Se desconoce su destino final.

Entre tanto, el 300 presidencial está en manos de un coleccionista privado y ganó un Concours D’Elegance en 2014. Algo más abundantes fueron los 170 y 180 beneficiados de todo este prestigio y que, seguro, eran rememorados por los lectores que cada lunes veían el dramático cartel de Hans Liska impreso a blanco y negro y a dos columnas en la sección automotriz de El Siglo.
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Los años se encargaron de poner a Mercedes-Benz en el sitial incuestionable de su significado para Colombia y el mundo, hasta hoy.

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CRÉDITOS:

– Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
– Agradecimientos especiales: Andrés Silva Dossman.
– Fotografías Mercedes 300 S Cabriolet y 300 SL en Colombia: Museo del Transporte Fundación.
– Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.