El ‘hermano campero’ del Renault 12 (antecesor de Duster) y su paso por Colombia

El Dacia 10, un campero pequeño y elemental basado en el Renault 12, tentó al mercado colombiano. No logró triunfar, pero es un antecedente a la exitosa Renault Duster de hoy.

PUBLICRÓNICA No. 79.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.

Desarrollo propio de la industria automotriz rumana en tiempos del control socialista, el Dacia 10 nació originalmente en la empresa ARO (acrónimo de Auto Romania). Es la misma compañía que fabricó los camperos Carpati, cuyas dos versiones “M” llegaron a Colombia en los años sesenta y setenta, por canje cafetero.
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En el caso que nos ocupa, se trata de un todoterreno más pequeño que el promedio, pero no tanto como los Suzuki o Daihatsu japoneses. Nació en 1980 a partir del Renault 12 armado bajo licencia por Dacia, permitiendo su exportación con ese nombre. Algunos países lo recibieron como Dacia Duster, nombre premonitorio de lo que luego fue el exitoso SUV de Renault que hoy es nuestro estándar.
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La XIII Feria Internacional de Bogotá fue el lugar donde Colombia la conoció, a mediados de julio de ese mismo año. Y, de inmediato, llegó a las vitrinas nacionales.

Sus líneas tenían la simplicidad elemental de un vehículo de trabajo, aunque sin la rusticidad proverbial de los GAZ o UAZ. En ese sentido, el ARO Carpati M240 inmediatamente anterior y ya reconocido le colaboró con trazos más armónicos, aunque no tanto como el Dacia 1300, Renault 12 rumano, del cual provenía realmente.
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Detalles como luces, rines y asientos, permitían identificar su origen en el mercado. Cabe decir que, para entonces, el nombre Dacia ya se conocía en el país gracias al antecedente de los taxis importados por la Corporación Financiera del Transporte, idénticos a los R12 de primera generación y de venta casi que cerrada al gremio transportador.

Dacia 10, antepasado de la Duster: así fue su publicidad en Colombia

La publicidad del Dacia 10 es de reconocimiento inmediato. La marca Dacia venía en una fuente tipográfica especial, ultra-gruesa e inclinada, muy diferente a la casi anónima tipografía original que distinguía a los taxis 1300. De hecho, el vehículo en sí mismo, no tenía emblemas que permitieran identificarlo con facilidad.

Por otro lado, los primeros anuncios de prensa tenían un encabezado característico: “Con título de poder y galardón en economía”. Esta convicción propia de sus distribuidores se explicaba en el texto a continuación, con sus principales características: su motor de 1.300 c.c. (el mismo Cléon Fonte del R12) con 54 hp, que permitía remolcar hasta 800 kg y vadear cauces de hasta 60 cms, entre otros atributos.

La fotografía siempre fue básica y tomada en ambientes naturales colombianos. Ello era notorio, pues los productos importados de aquellos tiempos, sobre todo de marcas prestigiosas, solían provenir de los catálogos emitidos por sus fábricas de origen.

Era el carro más barato de Colombia

Durante los dos años que estuvo vigente, también tuvo publicidad de sostenimiento. Pasó de la prensa monocromática a las revistas en color, aunque también impresas en las rotativas de los periódicos, con iguales limitaciones. Los argumentos fueron, entonces, más variados. El principal de ellos fue la economía, apoyado en los planes de crédito y financiación que ofrecían sus distribuidores, en cabeza de la firma Automotora Comercial.
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Cabe señalar que, para octubre de 1982, la publicidad del Dacia 10 había asumido el eslogan de “El Económico”. No era algo gratuito. En ese momento era el carro más barato del mercado nacional, disponible aún con el modelo 1981 a un precio de $574.000. Ese monto equivale, en dinero actual, a unos $55,5 millones de pesos. El modelo ’82 costaba $618.000, cerca de $60 millones de hoy.
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Dicha publicidad no fue nada descollante en cuanto a diseño o agudeza promocional. Quizá un anuncio que merece líneas adicionales, es el que lo presentaba como “El Compensado”. En medio de un anuncio vertical, estaba la foto del vehículo y en la parte superior, la marca con dicho sobrenombre encima de un bulto de café.

Parecería muy obvia la relación del carro con su vocación adaptada a nuestro más emblemático producto, como muchas veces se han anunciado los camperos para Colombia. Pero en realidad, lo que hacía era exponer públicamente el mecanismo del trueque agropecuario que, por años, permitió al país obtener sus vehículos de trabajo desde orígenes como la antigua Europa oriental.
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Junto con esta razón, se exponía la posibilidad de obtener sus repuestos en más de mil almacenes. Además eran, según sus distribuidores, de “fabricación nacional”. Eso sonaba más a excusa que a argumento real de venta. En realidad, había que recurrir a partes de origen Renault para reparaciones posteriores, más que a un servicio posventa que el tiempo se encargaría de desmentir.

Paso fugaz

Precisamente, este último aspecto se desenmascararía poco tiempo después. El Dacia 10 fue otra víctima de la desidia de sus representantes en Colombia, que no hicieron alistamiento responsable a sus productos.

Tal como se vendió, desapareció pronto. Incluso, sus problemas de calidad se agravaron. El sistema de doble tracción, sobreexigido a la base natural del Renault 12, hizo que muchos propietarios optaran por reemplazar las cajas de cambios por las del francés original, sacrificando la doble y el bajo.

No fue el único fracaso de este malogrado campero. También participó en la licitación por la cuarta ensambladora nacional que, exclusiva para camperos, se pretendió montar en Barranquilla a inicios de los años ochenta. Y que, finalmente, no llegó a buen término.

Pese a estos problemas, la vida del Dacia 10 continuó desde Rumania para el resto del mundo hasta 2006 con su marca original, ARO. Así mismo, fue objeto de los cambios que sufrió la industria socialista después de la Perestroika, pasando incluso por motores Diésel de Renault, además de propulsores surcoreanos de Daewoo y Hyundai.

En Colombia, fue otro modelo estigmatizado por su procedencia. Pero sobre su casi olvidada línea se cimentó el éxito genuino y con imagen de marca puesta al día, que sale con gran suceso y confiabilidad desde hace una década, con material garantizado de origen: la camioneta Renault Duster.

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CRÉDITOS:

• Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
• Fuentes: Archivo digital de El Tiempo; Archivo EL CARRO COLOMBIANO (Revista Motor No. 11, octubre 30 de 1982).
• Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.