Por más de cinco décadas, el Ford Mustang ha sido un ícono americano, sinónimo de deportividad y libertad. Seis generaciones y más de 10 millones de unidades son testimonio del legado de este deportivo.
No cabe duda de que el Ford Mustang es todo un ícono en el mundo automotriz. Con 56 años de existencia, cumplidos hoy, el ponycar americano ha dejado su impronta en la historia y la cultura pop a punta de diseño y caballaje.
Eso desde que su primera unidad fuera presentada el 17 de abril de 1964 durante la Feria Mundial de Nueva York. Ese día, el motor de seis cilíndros en línea y 170 pulgadas cúbicas cautivó a 22.000 personas, que lo compraron por 2.368 dólares.
Desde ese momento hasta la fecha, el Mustang ha vendido más de 10 millones de unidades —cifra de 2018— en todo el mundo, manteniéndose como el deportivo más vendido de todo el planeta desde hace cuatro años.
En la cultura
Como dijimos, el Ford Mustang además de ser un éxito en ventas es una especie de ícono cultural, hecho que se demuestra con su aparición en más de 3.000 películas y otras tantas canciones reconocidas.
Algunos ejemplos destacables son James Bond: Goldfinger, el mismo año de su lanzamiento, Bullitt, film en el que se hizo legendario de la mano de Steve McQuinn, 60 segundos, Vanilla Sky, Drive, Death Proof y John Wick.
Eso sin contar apariciones en videojuegos como Need for Speed, Grand Theft Auto V e incluso su propio título, Ford Mustang Racing, para Play Station 2. Se trata de una auto tan famoso que es el hashtag más usado en el mundo automotriz, con 11,9 millones de menciones.
Un poco de historia
El Ford Mustang es de esos modelos que demuestran que el recorrido es tan importante como todo lo demás. Después de todo, su historia ha contribuido tanto al éxito como sus capacidades y su estética.
Se trata del único auto en el mundo que ha superado las cinca décadas de producción ininterrumpida, pasando en el proceso por seis generaciones, comenzando con las 11 versiones que tenía la primera generación.
La segunda, que atravesó por la crisis petrolera del ’73 con un motor más económico, de cuatro cilindros palidecería frente a la tercera, que marcó en el ’79 el regreso de los bloques V8, pasando por varias carrocerías hasta la llegada de la cuarta generación en el ’94, que revivió la línea Cobra, con más potencia.
La quinta llegaría en 2004, en medio de otra crisis de la industria, con aires de nostalgia que recordaban al diseño del ’67, con todo lo que la modernidad tenía para ofrecer e, incluso, trayendo de regreso los míticos Shelby GT 500 de 725 hp.
Así, llegamos a la sexta generación en 2013, con la inclusión de motores EcoBoost y un creciente catálogo tecnológico que aumentaron exponencialmente las capacidades del auto. Así, no es de extrañar que, al año, se vendan más de 150.000 unidades del legendario pony car.
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