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Presentado en Colombia hace algunos meses, el Jeep Wrangler JL corresponde a la más reciente generación de este icónico campero que heredó el estilo y la misión de los viejos Jeep Willys, con un toque más moderno y contemporáneo.
Desde sus inicios en la década de 1940, la marca Jeep se centró en el desarrollo de vehículos todo-terreno. En la Segunda Guerra Mundial el vehículo emblemático fue justamente el Jeep Willys, mismo que al llegar a Colombia se convirtió en uno de los íconos de la cultura popular cafetera, adoptado en la zona del Viejo Caldas como el “Yipao”.
Pero este popular campero cedió en 1987 su lugar al Jeep Wrangler, que tomó su estilo y esencia básica dotándolas de tecnología moderna. Hace un par de años llegó a su cuarta generación, denominada JL y que, aunque a simple vista no lo demuestra, cambió en cerca de un 92% frente al modelo precedente.
Gracias a una invitación del Grupo SK-Bergé tuvimos la oportunidad de conducirlo durante 400 kilómetros, dejando ver sus virtudes y defectos. Pero sobre todo, dejando en claro que lleva con honor las banderas de un auténtico Jeep.
Vehículo probado: Jeep Wrangler JL Sport, cuarta generación.
Precio de venta: $169.900.000 (julio/2019)
Puntos a favor
– Mantiene la estampa característica de un Jeep clásico
– Respuesta del conjunto motor/caja
– Consumo de combustible
– Respuesta de las ayudas electrónicas de conducción
– Conectividad
– Capacidad del sistema 4×4
– Acabados rústicos pero de buena manufactura
– Versatilidad en modos de manejo
– Radio de giro
– Mandos y pantallas intuitivas
– Lavabilidad e impermeabilidad interiorPuntos a mejorar
– Roce de partes plásticas interiores
– Dirección poco precisa
– Suspensión trasera propensa a saltos
– Poco espacio para equipaje
– Ubicación del control para los vidrios eléctricos
– Puntos ciegos en los guardabarros
– Espacio y dificultad de acceso en la segunda fila de asientos
– Temperatura en cabina
– Ausencia de asistencias electrónicas como el frenado de emergencia, alerta de colisión frontal, punto ciego y control crucero adaptativo
A simple vista
A pesar de su estilo clásico, en el Jeep Wrangler JL hay cambios notables. Con una simple mirada al frente se puede encontrar la luz baja o diurna unida a las direccionales, que se incorporan a los guardabarros plásticos, además de la leve inclinación que presenta la parte superior de la parrilla y sus 7 franjas verticales, para mejorar la aerodinámica del vehículo.
El bumper adopta luces exploradoras en su conjunto, y el vidrio panorámico frontal muestra una mayor inclinación, pudiendo inclinarse hacia adelante para dejarlo sobre el capó. En los costados mantiene sus líneas rectas y capota plástica, ubicando unas rejillas entre el guardabarro y la puerta para dar mejor refrigeración al motor. Rueda sobre nuevos rines de 17 pulgadas en gris aluminio y gris grafito.
Finalmente, atrás cambió el diseño de las unidad ópticas traseras, ahora más grandes con un borde de color rojo plástico. Así mismo, las bisagras del portón trasero ahora son en tono carrocería.
Puesto de conducción
La gran altura respecto al suelo hace que, muchas veces, ingresar al vehículo sea difícil para personas de baja estatura. Ya en el volante, hay total claridad del entorno gracias a la excelente visibilidad al exterior, a pesar de la obstrucción que generan los anchos guardabarros. Este detalle a veces se olvida, y más en ciudades congestionadas donde las bicicletas y motos aparecen con frecuencia a los lados.
De otro lado, los mandos están bien ubicados y las nuevas pantallas hacen que todo sea más intuitivo y fácil, por la claridad de la información que allí se muestra, además del fácil manejo desde el volante. Por su parte, la palanca de cambios está bien ubicada, al igual que la que opera la doble transmisión.
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Ambiente Interior
El diseño cúbico de la Jeep Wrangler JL hace que sea placentero viajar a sus cuatro ocupantes, aunque entrar a la segunda fila de asientos es bastante dispendioso, un poco por la altura ya mencionada, y también por el poco recorrido de reclinación y deslizamiento del asiento delantero. Esto es normal en un Coupé, pero en la Wrangler se hace más evidente.
Los acabados son rústicos, pero es que no se pueden pedir materiales Premium a un carro hecho para lavar a “manguerazos” por dentro, o para embarrarse. En cuanto a los asientos, están confeccionados en tela, con buena amortiguación para el cuerpo pero poca sujeción en las curvas.
Mejoraron notablemente la operación de montaje y desmontaje del techo plástico, así como el abatimiento del panorámico hacia el capó, logrando que repose sobre bases horizontales de caucho.
Seguridad
La dotación de seguridad es muy justa en la Jeep Wrangler JL, contando con cuatro airbags (dos frontales y dos laterales cabeza/tórax), anclajes ISOFIX, frenos ABS con EBD y controles de tracción y estabilidad. Como equipo especial, lleva un sistema antibloqueo de frenado en terrenos resbalosos, y mitigación de vuelcos.
En noviembre de 2018, Euro NCAP probó la versión Sahara de 4 puertas de esta generación, con un resultado de apenas 1 estrella. Esto, en razón a que la estructura tuvo deformaciones siendo el ocupante adulto el más afectado en la zona del pecho, además de no contar con equipamiento para protección de peatones.
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Mecánica y desempeño
En este aspecto no hay mayores variaciones, pues el Jeep Wrangler JL mantiene el motor Pentastar V6 de 3.6 litros, que produce 285 caballos de potencia y 353 Nm de torque, pero ahora está acoplado a una caja automática ZF automática de 8 velocidades, en lugar de la anterior de 6 marchas.
Adicional a ello, al ser un auténtico 4×4 se encuentra la palanca para operar la doble transmisión con reductora, y el sistema Select Track 4×4 en el que se pueden escoger tres modos: 4H Auto, 4H Part Time y 4L.
De acuerdo a nuestra prueba, durante 400 kilómetros se observó un comportamiento muy versátil que se adapta con facilidad a las necesidades del conductor, pues no sólo es excelente en terrenos difíciles sino también cómodo para manejar en ciudad, gracias a una suave suspensión.
La estabilidad se puede considerar buena, teniendo en cuenta su alto centro de gravedad, altura al suelo y el peso ubicado en la parte frontal. No obstante lo anterior, no se presentan subvirajes en ningún momento.
A veces el frenado es un poco largo y el pedal da la sensación de ser “esponjoso”, pero finalmente el ABS responde bien en casos de emergencia.
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Aceleración y consumo
La aceleración que muestra el Jeep Wrangler JL es propia de un motor atmosférico en V, donde el torque ofrece un empuje suave y progresivo desde bajas revoluciones. Esa fuerza, combinada con una buena relación de caja, permite que este campero muestre un óptimo desempeño.
Durante el recorrido, se comprobó que es muy fácil lograr velocidades de hasta 120 km/h, con una recuperación muy rápida. Después de los 140 km/h es más demorado lograr una mayor velocidad. Cabe destacar que, por el diseño y la altura del carro, a altas velocidades las corrientes de aire cruzadas pueden jugar malas pasadas.
Sorprendentemente, se obtuvieron registros de 30 km/galón en ciudad y 38 km/galón en carretera, cifra interesante para este tipo de motor. La autonomía en ciclo mixto puede rondar los 550 kilómetros, y el computador arroja una autonomía final de 230 kms por tanque en condiciones extremas de uso.
Conclusiones
La nueva Jeep Wrangler JL es todo un “juguete” que servirá igual para ir todos los días al trabajo, al mercado, a las actividades rutinarias pero también cumpliría si ocurriera un ‘apocalipsis zombie’. La no existencia de terreno no es problema, pues este vehículo se le mide a todo tipo de condiciones gracias a su robustez y buen manejo.
Además, con los cambios que presenta esta nueva generación, seguirá cautivando a muchas personas y robando miradas en las calles. Es un carro al que los colombianos aspiran por su sencillez, buen porte, y aguante en las vías y carreteras del país.
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Ficha Técnica del Vehículo Probado
Marca: Jeep
Línea: Wrangler (JL, Cuarta Generación)
Versión: Sport
País de Origen: Estados Unidos
Precio: $169.900.000 (Julio/2019)
Medidas
Longitud: 4237 mm
Ancho sin espejos: 1877 mm
Alto: 1827 mm
Distancia entre ejes: 2450 mm
Peso vacío: 1.910 kg
Volúmen del Baúl: N/D
Capacidad Tanque: 17,5 galones
Puestos: 4
Aspectos Mecánicos
Motor: Pentastar
Combustible: Gasolina Extra
No. Cilindros: V6 (seis cilindros en “V”)
Cilindraje: 3.605 c.c.
Alimentación: Inyección Electrónica Multipunto
Potencia: 286 caballos @ 6.400 rpm
Relación de compresión: 13,1:1
Torque: 353 Nm @ 4.800 rpm.
Transmisión – Caja: Automática de 8 velocidades
Tracción: Trasera y 4×4
Autonomía con tanque lleno: Aprox. 550 kilómetros
Consumo estimado: Ciudad 30 km/galón, Carretera 38 km/galón, Ciclo Mixto 34 km/galón
Frenos: Discos ventilados adelante y discos sólidos atrás
Dirección: Asistencia electrohidráulica
Pruébelo usted también
Informes: Concesionarios Jeep en todo el país.
Sitio Web: www.jeep.com.co
Galería Fotográfica: 35 imágenes
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Prueba, textos y fotografías: Nicolás Ramírez Ordóñez, redacción Revista Virtual EL CARRO COLOMBIANO.
Edición y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
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