Empresa bogotana desarrolló un producto antibacteriano que combate los efectos corrosivos del combustible, tanto en el vehículo como en agentes externos. El proyecto fue postulado al Premio Colombiano a la Innovación Empresarial en 2020.
Colombianos presentaron un producto terminado, luego de cuatro años de estudios, apto para ayudar a eliminar los efectos nocivos de combustibles como la gasolina y diésel. Conocido como Taipán, resultó ser uno de los proyectos más innovadores el año pasado y destacados por el Gobierno Nacional.
El trabajo de investigación comenzó en 2016 analizando más de 2.500 muestras de combustibles en 140 tanques en diferentes puntos geográficos del territorio nacional, cubriendo una ruta desde Santa Marta hasta Ipiales. Los resultados arrojaron, un alto porcentaje de estaciones con problemas de «degradación microbial».
Daños que a su vez trae pérdidas millonarias calculadas entre 40.000 y 60.000 millones de pesos al año, descubriendo además, que un millón de galones de gasolina se degradan por esta causa. El problema también afecta a los vehículos, deteriorando partes como los tanques, inyectores, tuberías, entre otros.
La solución
A partir de este estudio, la empresa logró una fórmula que elimina el sarro de los tanques de combustibles, frena la corrosión y ayuda a mantener en buen estado las bombas de combustible y evita el taponamiento de los filtros.
Esta línea de productos que fue denominada como «tratamientos antimicrobiales», y según informó su fabricante, no contiene aditivos y se puede usar en vehículos de gasolina, diésel y los convertidos a gas natural vehicular. Los beneficios se reflejarían en el rendimiento del sistema de propulsión, gracias a un combustible más limpio.
En las infraestructuras, ayuda a mantener más limpias las estaciones de servicio. Dicho producto ya fue puesto a prueba en 10 estaciones en Colombia y una en Perú, donde adoptaron la iniciativa. La calidad del combustible puede ser comprobada sin necesidad de gastar en costos operativos.
La causa
Esta contaminación bacteriana que llamó la atención de los empresarios creadores de Taipán, se generó a raíz de que, años atrás entró a regir una legislación en pro de reducir el impacto de las emisiones contaminantes. Eso llevó a que en los combustibles se redujera el nivel de azufre, de caracter preservante.
Para reemplazarlo, los fabricantes introdujeron mezclas de biocombustible, situación que generó las condiciones propicias para el crecimiento de bacterias y hongos. Estos se alimentan del combustible en los motores provocando las afectaciones antes mencionadas.
“Después de cuatro años de gran esfuerzo físico y económico y de haber logrado iniciar un proceso de certificación para las estaciones de servicio, con el que se busca garantizar que el combustible que recibe el usuario final es de calidad«, manifestó Juan Pablo Mateus Sendoya, gerente de PQUA.
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Jessica Paola Vera García.