Tras un prolongado y dilatado juicio, Carlos Mattos pagará por los delitos que cometió cuando fue presidente de Hyundai en Colombia.
Un extenso proceso judicial ha enlodado el Caso Hyundai, y a Carlos Mattos, quien durante 25 años fue el representante de esta compañía en Colombia. Corría el 2016 cuando la casa matriz en Corea, disrumpió las relaciones con el empresario.
De ahí en adelante, Carlos Mattos se enfrentó a lo que sería el fin de su carrera, pues empezó a verse involucrado en escándalos de corrupción. Entre ellos, relaciones con grupos armados, y soborno a jueces para ser favorecido en la comercialización de autos Hyundai en Colombia.
Sin embargo, lo que de verdad lo puso en el ojo del huracán fue el delito de «cohecho por dar y ofrecer en grado de autoría, utilización ilícita de redes de comunicaciones, acceso abusivo a un sistema informático y daño informático».
El empresario aceptó los cargos
El entramado judicial de este caso, se llevó por delante a varios funcionarios públicos, quienes aceptaron coimas y favorecieron en casos de de corrupción a Carlos Mattos. Todos ellos pertenecientes al Complejo Judicial de Paloquemao, desde donde se orquestaban todas las acciones.
Por cuenta de esto, las operaciones de Hyundai en Colombia fueron suspendidas durante todo el año 2016. Frente a esto, la compañía coreana decidió que la comercialización de sus vehículos pasaría a manos de el grupo ecuatoriano Eljuri.
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Ahora, después de tantas triquiñuelas, Carlos Mattos aceptó los cargos en su contra, y en consecuencia, una condena de nueve años y cinco meses de prisión. Sumado a una multa de 701 salarios mínimos para 2015, equivalentes a a $461 millones.
Al respecto, el juez del caso explicó que al momento de descubrir el caso, el empresario poseía «una riqueza significativa, que superaba por mucho el capital promedio de la ciudadanía». Tanto que le permitió pagar un soborno de $1.100 millones al señor juez de Circuito y a su oficial mayor”.
Cabe decir que no haber aceptado cargos, Carlos Mattos se habría sometido hasta a al menos, 12 años de prisión. Lo que ahora se verá reflejado y reducido en una sexta parte por reconocer sus delitos ante la justicia. Mientras que él asegura “no tengo palabras para describir la injusticia con la que se me está juzgando”.
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Maria Alejandra Villamizar Sarmiento.
