Desde el Congreso de la República, sigue en curso un proyecto de ley que pretende generar un impuesto verde a los vehículos, con el fin de impulsar una movilidad con tecnologías limpias. Esto afecta directamente a los vehículos a gasolina.
En los últimos días, en Colombia el tema de nuevos impuestos y reformas tributarias ha estado en la cabeza de los ciudadanos, generando controversia frente a la crisis económica que se vive hoy en día a causa del Covid-19. Aún así algunos representantes de la Cámara, están empeñados en generar nuevos tributos.
Uno de ellos está enfocado en el fomento de la industria automotriz enfocada en la electrificación, queriendo convertir a Colombia, en uno de los países ensambladores de vehículos eléctricos más prósperos de la región. Esto se hará mediante incentivos para los fabricantes de partes y automóviles.
Este proyecto orientado hacia la movilidad eléctrica no solo beneficiaria a los industriales, sino también a las personas que adquieran un vehículo eléctrico. El trasfondo de todo esto está en la participación del Gobierno, frente a la creación de infraestructura para que esto sea posible.
Vehículos a gasolina, los condenados
Si bien el fomento para la compra de vehículos eléctricos estaría, con un arancel de importación al 0%, al igual que el costo de los puntos de carga, la futura eliminación del impuesto de rodamiento y beneficio con tarifas preferenciales de parqueo. Los grandes afectados serán los vehículos a combustión, y la industria que está detrás de su ensamblaje.
Este proyecto de ley impondría un impuesto sumado al IVA que funcionaria de la siguiente forma. Para los vehículos de menos de $49.470.000, se le sumaria un valor de 1.5% de su precio de venta. Respectivamente para los carros entre $49.470.000 y $111.305.000 tendrían un impuesto extra de 2.5%. Finalmente a los carros con un valor superior a $111.305.000, su valor extra sería de 3.5%.
Viéndolo de esta forma, un vehículo que actualmente tenga un costo de $113.000.000, su valor de venta al público se elevaría a casi $117.000.000. Generando así un valor extra para el consumidor final, perjudicando directamente a la industria nacional y el mercado de vehículos nuevos
Lo que aún no queda claro, es el uso y finalidad de los dineros recaudados por este concepto. Se esperaría que fuesen destinados para mejorar la infraestructura local de electrolineras o para mejora de la red de carreteras en Colombia. Ojala estos dineros no cambien su rumbo y terminen en los bolsillos de los políticos.
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Nicolás Ramírez Ordoñez – Fuente: Citynoticias