Bucaramanga anunció la liquidación de Metrolínea y la implementación de un nuevo esquema de transporte público que reducirá los tiempos de viaje en hasta 40 minutos.
En una decisión histórica, el Concejo de Bucaramanga aprobó el 19 de noviembre de 2024 la disolución y liquidación de Metrolínea S.A., el sistema de transporte masivo que operaba en la ciudad. Con 17 votos a favor y uno en contra, se autorizó al alcalde Jaime Andrés Beltrán Martínez a iniciar el proceso de liquidación, que deberá concretarse en un plazo máximo de seis meses.
Hay que recordar que esta medida responde a una crisis financiera insostenible, con pasivos que ascienden a $600.000 millones. De acuerdo con Rafael Vanegas Herrera, jefe de la Oficina Jurídica de la Alcaldía, «los bumangueses no tendrán que responder solidariamente por los pasivos de Metrolínea». No obstante, se anticipa una posible «avalancha de demandas», aunque el municipio cuenta con herramientas legales para defenderse.
En tal sentido, el nuevo esquema de transporte público, que se implementará en reemplazo de Metrolínea, promete reducir los tiempos de desplazamiento en hasta 40 minutos, mejorando la movilidad urbana. La Administración Municipal, en conjunto con el Área Metropolitana de Bucaramanga (AMB), se encuentra trabajando en la estructuración de un «régimen de transición y administrativo muy claro» para garantizar una transición eficiente hacia el nuevo sistema.
Así será el nuevo sistema
Según lo que se conoció, el plan se desarrollará en tres fases. En la primera se conectará la Estación UIS con la Estación Provenza, incluyendo rutas complementarias que enlazan los municipios de Floridablanca, Piedecuesta y Girón. En la segunda fase se cubrirá el tramo desde la Avenida Quebrada Seca hasta Piedecuesta. Y, finalmente, en la tercera fase se extenderá la cobertura a toda el área metropolitana, llegando hasta Girón, donde se encuentra una estación que hasta la fecha no ha sido inaugurada
Para lograr estos objetivos, se incorporará una mayor flota de buses tipo padrón, lo que permitirá aumentar la frecuencia de los servicios y reducir drásticamente los tiempos de espera. La administración municipal enfatiza que este nuevo esquema operativo hará que los recorridos sean «más rápidos, cómodos y eficientes».
A pesar de las expectativas positivas, persisten interrogantes sobre la implementación del nuevo sistema. El concejal Jorge Flórez, único voto en contra, cuestionó la ausencia de un plan de contingencia detallado para asegurar la continuidad del servicio de transporte público durante la transición. Por su parte, el cabildante Henry Gamboa expresó preocupaciones sobre las adecuaciones necesarias en buses, estaciones y rutas para el nuevo esquema.
Cabe decir que la liquidación de Metrolínea marca el fin de una era en el transporte público de Bucaramanga. Si bien la promesa de un nuevo sistema más eficiente es alentadora, es crucial que las autoridades locales presenten un plan detallado que garantice una transición sin contratiempos y que responda a las necesidades de movilidad de la ciudadanía.
Paola Reyes Bohórquez.