Si alguien pensó que la Unión Europea podría reconsiderar su decisión de prohibir los motores a combustión, estará decepcionado.
La Unión Europea (UE) ha reafirmado su compromiso de prohibir la venta de autos con motores a combustión a partir de 2035, a pesar de las preocupaciones expresadas por el sector automotor y algunos estados miembros. Esta prohibición forma parte de una estrategia más amplia de la UE para reducir sus emisiones en al menos un 55% para 2030 y alcanzar la neutralidad en carbono para 2050.
La normativa fue establecida en 2021 y se mantiene firme ante la creciente presión para adaptarla a las difíciles condiciones del mercado actual, incluida la competencia de vehículos eléctricos de fabricantes chinos y estadounidenses, y la ralentización de las ventas en Europa.
El nuevo comisionado de transporte de la UE, Apostolos Tzitzikostas, dijo que esta medida no solo es crucial para cumplir los objetivos climáticos, sino también para asegurar una «previsibilidad» que permita a fabricantes e inversores adaptarse a las reglas ambientales. Añadió que no se debe dar marcha atrás, a pesar de los desafíos económicos que enfrentan fabricantes europeos como Volkswagen quienes han advertido sobre posibles cierres de plantas.
Europa quiere seguir siendo líder
La posición de la Unión Europea se centra en que los beneficios a largo plazo, tanto ambientales como de innovación, superarán los costos iniciales para el sector. Además, varios líderes europeos consideran que Europa no puede quedarse atrás en el desarrollo de la tecnología de vehículos eléctricos, viendo en esta transición una oportunidad para fortalecer la industria y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
Mientras llega el punto ‘crítico’ de la prohibición (2035), la junta de países europeos, a través de sus representantes en Bruselas, quieren discutir el uso de combustibles alternativos en 2026. Si bien la propuesta no recibió un «no» como respuesta de entrada, aún debe pasar por una evaluación exhaustiva que permita dar un veredicto final. Las novedades se informarán este 21 de noviembre.
«Tenemos reglas y objetivos específicos que queremos alcanzar y debemos ceñirnos al plan. De lo contrario, el mensaje que enviará la UE no será de estabilidad o confianza. No puedo garantizar si el apoyo llegará a través de incentivos o impuestos, pero no descarto una acción legislativa«, afirmó Tzitzikostas, en referencia a la necesidad de electrificar las flotas de las empresas.
A pesar de las divisiones internas, la UE mantiene esta prohibición como un paso clave hacia su compromiso ambiental global, en línea con los objetivos del Acuerdo de París y la presión internacional para reducir las emisiones de carbono en todos los sectores productivos de la economía europea.
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Jessica Paola Vera García.