Washington y Pekín anunciaron una tregua comercial con recortes en aranceles, incluyendo los que impactan a los vehículos importados.
En un giro inesperado, Estados Unidos y China acordaron esta semana una reducción significativa de aranceles, marcando una tregua en la extensa y prolongada guerra comercial que ha afectado a la economía global. El acuerdo, alcanzado tras intensas negociaciones en Ginebra, fue liderado por el secretario del Tesoro de EE. UU., Scott Bessent, y el viceprimer ministro chino, He Lifeng.
Así las cosas, ambas potencias acordaron disminuir los aranceles en 115 puntos porcentuales durante un período de 90 días. Específicamente, EE. UU. reducirá sus aranceles sobre productos chinos del 145% al 30%, mientras que China disminuirá los suyos sobre bienes estadounidenses del 125% al 10%,
Esta decisión llega después de un período de tensiones comerciales intensificadas, donde ambas economías impusieron aranceles punitivos que afectaron sectores clave, incluyendo la industria automotriz. Por ejemplo, China había impuesto aranceles adicionales del 10% a vehículos grandes y camionetas importadas desde EE. UU., en respuesta a las tarifas estadounidenses sobre vehículos eléctricos y baterías chinas.
Guerra en la que todos pierden
La guerra comercial tuvo consecuencias económicas significativas. El Producto Interno Bruto (PIB) de EE. UU. se contrajo un 0,3% anual en el primer trimestre de 2025, sorprendiendo negativamente al mercado que esperaba un crecimiento de 0,2% . Mientas que las exportaciones chinas a EE. UU. disminuyeron, y su participación en las importaciones totales de EE. UU. cayeron al 13,4% en 2024, el nivel más bajo en dos décadas.
El sector automotor se vio particularmente afectado. Tesla, por ejemplo, enfrentó interrupciones en la cadena de suministro debido a las restricciones comerciales, pero con el nuevo acuerdo, planea reanudar el envío de componentes desde China para la producción de sus modelos Cybercab y Semi en EE. UU. La producción de prueba está programada para octubre de 2025, con una escalada a fabricación a gran escala en 2026.
Este acuerdo también beneficia a los consumidores. Los aranceles sobre envíos de bajo valor desde China a EE. UU. se reducirán del 120% al 54%, y se mantendrá una tarifa plana de USD$100 por paquete, en lugar del aumento previsto a USD$200.
Aunque la tregua es temporal, de 90 días, representa un paso significativo hacia la estabilización de las relaciones comerciales entre las dos economías más grandes del mundo. Ambas partes han expresado su compromiso de continuar las negociaciones para alcanzar un acuerdo más duradero que beneficie a ambas naciones y al comercio global.
Paola Reyes Bohórquez.