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Nadie pensaría que un vehículo de culto, cuando el automóvil aún era privilegio de pocos, tuviera una difusión publicitaria tan fuerte: el exclusivo Ford Thunderbird de 1955.
PUBLICRÓNICA No. 42.
Por Camilo Ernesto Hernández Rincón, historiador automotor.
Especial para EL CARRO COLOMBIANO.
Fruto de la moda por los pequeños y ágiles autos deportivos europeos de la posguerra, en 1951 se planteó en el seno de Ford la idea de un carro elegante y llamativo para paseo, más que para transporte básico. Chevrolet presentó en 1953 al Corvette, revolucionario por sus líneas y carrocería en fibra de vidrio, y la respuesta del óvalo azul fue el que hoy nos ocupa. El Ford Thunderbird.
Su nombre se inspiró en un ave mitológica de los pueblos nativos norteamericanos, traduciendo literalmente “Pájaro de Trueno”. Era esencialmente una reducción del Ford básico (en esos tiempos, una misma línea cubría gamas completas en lugar de múltiples referencias) planteado con la condición de usar los mismos elementos de la producción estándar.
El resultado fue una de las líneas más bellas de la historia automotriz, ayudado por motores y opciones que lo hicieron el favorito de privilegiados como la mismísima Marilyn Monroe. Su diseño biplaza sugería velocidad, pero no estaba concebido para competir sino para lucirse en la vía. Por ello, sus componentes eran limitados para quien esperaba encontrar en él a un auto de carreras.
Ford Thunderbird: en Estados Unidos y en Colombia
El auto en cuestión debutó en septiembre de 1954 en Estados Unidos, como modelo del año siguiente. Llegando a ese punto, cabe recordar que 1955 representa para los aficionados al gran auto norteamericano el verdadero arranque de los años ’50 con líneas aeroespaciales, colores llamativos y motores de ocho cilindros en “V”, en vehículos de producción masiva.
Casi de inmediato, la Colombia que por entonces recibía la televisión, lo conoció en publicidad. Aún se respiraba un clima optimista en medio del régimen militar, y las importaciones de autos eran copiosas. Era natural que publicaciones extranjeras como Selecciones, Visión o Life en Español hicieran eco del Thunderbird, pero su llegada al país era un hecho. Periódicos y revistas nacionales lo anunciaron.
No es un hecho insólito que un modelo para pocos privilegiados se anunciara en Colombia, pues la misma Cadillac o Mercedes-Benz lo hacían. Pero si llama la atención la frecuencia y cantidad de medios, mucho más dignas de modelos económicos. Ayudó en gran parte el hecho de ser un Ford, marca cuya popularidad se mantiene hasta hoy.
De entrada, la imagen del auto lo decía todo, pero más curioso fue el mecanismo de promoción. Desde el mismo mes del estreno mundial en Estados Unidos, comenzó a promoverse en Colombia mediante anuncios de prensa nacional y en la revista Semana, a todo color.
Sin la calidad de las originales norteamericanas, las ilustraciones impactaban al observador junto con el nombre en igual tipografía de sus cromados, y el escudo de Ford vigente en la época. No obstante, sus mensajes son los que realmente sorprenden.
El Ford Thunderbird era pretexto para lanzar la rifa del “Aguinaldo Ford” para fin de año. Así mismo, modificando el tradicional eslogan vigente desde la posguerra, se anunciaba que había “tres Ford en su futuro”. La red de concesionarios lanzaba el sorteo de tres modelos entre los que, obvio, estaba el Thunderbird, pero junto a los sedanes Mainline y Customline del declinante 1954.
Toda la red nacional de concesionarios Ford estaba en el listado. Pero las firmas Casa Toro, Carco y Panauto, las tres de Bogotá, eran las más fuertes en promocionarse.
Enero de 1955: lanzamiento nacional
La campaña cobró fuerza durante el resto de año con múltiples avisos protagonizados por el Ford Thunderbird. Salió una mejor ilustración de perfil, se involucró el simpático oso de la publicidad original, y en general, se reforzó el concepto del nombre con lo que ofrecía. Una vez entrado enero de 1955, Ford pisó el acelerador.
Al tiempo, se lanzaban los nuevos modelos del año con diseño puesto al día y una fuerte campaña de expectativa, develada a mitad de mes. El mismo día en que Casa Toro convocaba a su vitrina de Puente Aranda, en Bogotá, se invitaba a conocer al Thunderbird en los tres concesionarios de la capital. Allí, resaltaban que su diseño era inspiración de la nueva gama Ford.
El lanzamiento tuvo lugar en el Salón Rojo del Hotel Tequendama, el 13 de enero de 1955, en el marco de una ceremonia privada para clientes y periodistas.
Ganadores del “Aguinaldo Ford”
Poco después, se conoció el resultado del sorteo de los tres Ford, cuyo privilegio correspondió a Panauto de la Av. Caracas esquina con Calle 26.
Un agricultor y dos taxistas fueron los afortunados, uno de estos dos últimos el ganador del Thunderbird entregado por el propio Emilio Urrea Giraldo, propietario de la firma. Se desconoce el destino del premiado y de su auto. Para febrero de 1955, este modelo desaparece de la publicidad.
Por razones obvias, el Ford Thunderbird fue un carro de muy baja difusión, pero tan notorio como para que hoy permanezca en manos de coleccionistas en Colombia. Sobre todo, los de los tres primeros años que son los grandes modelos de culto.
Lo que vino después
En 1958 se amplió su capacidad a cuatro ocupantes, y el diseño cambió tanto que los puristas lo rechazaron. Pero el Thunderbird continuó por medio siglo y once generaciones, entrando en declive ante Mustang y Corvette.
Se hizo una referencia ‘del montón’ dentro de Ford hasta que se canceló en 2005, no sin antes lanzar en 2002 una versión ‘retro’ que evocaba al modelo original de 1955.
Vea más de la serie PUBLICRÓNICAS, aquí.
CRÉDITOS
- Textos e investigación: Camilo Ernesto Hernández Rincón.
- Imágenes: Archivo digital de El Tiempo, Revista Semana.
- Edición de texto, reconstrucción digital de imágenes y Dirección General: Óscar Julián Restrepo Mantilla.
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