La compañía Wallyscar, de Túnez, retomó la producción del Peugeot 207 que dejó de fabricarse en 2014. Y para diferenciarlo, le puso un frontal de Jeep.
En algunas regiones del mundo, pequeños fabricantes de vehículos retoman la producción de autos que ya han dejado de fabricarse. Fue el caso de la firma Wallyscar de Túnez, que «renovó» su gama de vehículos con un viejo conocido: el Peugeot 207 Compact. En realidad, este auto no es otro que un Peugeot 206 de 1998 con carrocería sedán, de gran éxito en América Latina durante las décadas pasadas.
Operando bajo la marca «Wallys», esta compañía viste sus vehículos con una parrilla frontal de seis ranuras, muy similar a las de Jeep. Y eso tiene una razón de ser. Su primer modelo fue una especie de buggy con carrocería en fibra de carbono y estilo de Jeep Willys, conocido como Iris.
Ese mismo estilo se aplicó al nuevo modelo, rebautizado como Wallys 719. Efectivamente, es un Peugeot 207 Compact con parrilla frontal tipo Jeep Willys, que llega a manos de este productor como parte de un acuerdo con la firma iraní Pars Khodro, que aún lo produce bajo el nombre Runna.
Así es el ‘nuevo’ Peugeot 207… es decir, el Wallys 719
Más allá de la parrilla, bumpers y algunos detalles menores como emblemas, no hay cambios significativos en el diseño del Wallys 719. Es básicamente el mismo Peugeot 207 Compact, tal y como se conoció durante años en todo el mundo, y especialmente en los países de Mercosur donde se comercializó.
Como es de esperarse, la configuración mecánica es muy convencional. Lleva un motor PSA-TU5 de 1.6 litros y 115 hp de potencia, ajustado a la norma Euro 5, y combinado con una caja manual de cinco velocidades. Es un propulsor tradicional en la línea Peugeot-Citroën, confiable y de buenas prestaciones.
Si hablamos de equipamiento, la cosa es bien escasa. Únicamente se anotan los frenos ABS, dos airbags, aire acondicionado, elevavidrios eléctricos y equipo de sonido. Más allá de eso, no hay más.
Este «nuevo» Wallys 719 reemplazará al Wallys 619, un derivado del Ford Festiva original de 1986, que aún se mantenía en producción. Claro que el Ford Festiva también tiene un «heredero» moderno, precisamente allí en Irán.
Según Wallyscar, del 719 se producirán cerca de 1.000 unidades anuales, destinadas al mercado de Túnez y algunos países del norte de África. Su precio estará en torno a los 15.000 dólares, unos 75 millones de pesos colombianos.
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Óscar Julián Restrepo Mantilla.
