La fatiga digital y las quejas de conductores impulsan el regreso de controles físicos en los tableros de vehículos.
En un giro inesperado, las pantallas táctiles, símbolo de innovación en la industria automotriz, están perdiendo terreno frente a un regreso triunfal de los botones y perillas tradicionales. Esta decisión, adoptada por marcas como Hyundai, Porsche y Volkswagen, surge como respuesta a una problemática que preocupa tanto a conductores como a fabricantes: la seguridad vial y la fatiga digital.
Aunque las pantallas táctiles prometían modernidad y personalización, muchos conductores aseguran que manejar funciones básicas se volvió complicado, e incluso peligroso, al volante. Según un estudio de la AAA Foundation, interactuar con estas interfaces puede distraer hasta 40 segundos, tiempo suficiente para recorrer más de 500 metros a 80 km/h.
Esta distracción ha generado insatisfacción en los usuarios, obligando a las marcas a replantear sus diseños. Desde su debut en el Buick Riviera de 1986, las pantallas táctiles evolucionaron hasta convertirse en el estándar de los tableros modernos, integrando sistemas como Apple CarPlay y Android Auto. Sin embargo, la aparente revolución tecnológica trajo consigo inconvenientes inesperados.
Desencanto con las pantallas táctiles
Un informe de JD Power destacó que muchos consumidores encuentran frustrante interactuar con estas interfaces, especialmente para tareas simples como ajustar la temperatura o cambiar de emisora. Kathleen Rizk, directora de evaluación tecnológica de JD Power, afirmó: “los propietarios encuentran estas tecnologías continuamente molestas”.
Hyundai, por ejemplo, detectó este problema en sus investigaciones de mercado. “Cuando testeamos con grupos focales, nos dimos cuenta de que la gente se estresa y se molesta cuando no puede controlar algo de forma rápida y sencilla”, explicó Hak Soo Ha, vicepresidente de diseño de Hyundai Design North America, en entrevista con el Korea JoongAng Daily.
Y es que el cambio no se limita a Hyundai. Porsche también ha comenzado a reincorporar botones físicos, mientras que Volkswagen eliminó los controles táctiles de sus volantes tras las críticas de sus consumidores. Incluso Nissan, que nunca abrazó completamente la tendencia de las pantallas, parece haber acertado al mantener sistemas más simples y menos invasivos.
Por su parte, Volkswagen ha optado por un enfoque híbrido: combinar pantallas para funciones avanzadas con botones físicos para controles esenciales como la climatización y el volumen. Este diseño busca ofrecer lo mejor de ambos mundos, respondiendo a las necesidades de los usuarios sin comprometer la seguridad o la funcionalidad.
El futuro de las pantallas
Aunque las pantallas táctiles no desaparecerán, su uso podría limitarse a funciones secundarias, mientras que los controles físicos regresan para tareas clave. Además, tecnologías emergentes como los controles hápticos, que simulan la sensación de un botón físico en una pantalla táctil, podrían revolucionar la experiencia del conductor.
Por otro lado, los sistemas de reconocimiento por voz y gestos están ganando terreno, permitiendo a los conductores operar funciones sin necesidad de apartar la vista del camino. Estas soluciones, aunque aún en desarrollo, prometen transformar la interacción hombre-máquina en los vehículos del futuro.
Debemos decir que el regreso de los botones físicos representa un triunfo de la funcionalidad sobre la moda tecnológica. En una época donde la digitalización domina, es refrescante ver que las marcas automotrices priorizan la seguridad y comodidad del usuario. Aunque las pantallas táctiles seguirán siendo parte integral de los carros, el equilibrio entre innovación y practicidad será clave para garantizar una experiencia de conducción segura y placentera.
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Paola Reyes Bohórquez.