Enfrentándose al desafío de construir un carro deportivo eléctrico con ‘esencia’, Mazda reveló una patente que puede lograrlo.
La transición energética en los carros deportivos ha representado un desafío mucho más grande que en los vehículos de uso cotidiano. Especialmente, porque el peso extra de las baterías afecta los factores esenciales que permiten ofrecer una experiencia de conducción única. Frente a esta problemática, Mazda tiene una solución.
A través del registro de una patente, se pudo conocer un proyecto del fabricante japonés cuyo objetivo es lograr un carro deportivo eléctrico con un peso óptimo. Esto, pensando en que pueda seguir siendo eficiente, rápido, ágil y dinámico sin que la presencia y peso de la batería, fundamental para el funcionamiento del sistema de propulsión, afecten drásticamente.
Sin más preámbulo, Mazda está trabajando en el diseño de un chasis fabricado 100% con fibra de carbono, con un sistema innovador que permitiría una resistencia excepcional. Como bien sabemos, es un material ligero que ayudaría a equilibrar el aumento de peso del vehículo aportado por la batería del tren motriz EV. Un nuevo invento, es igual a un nuevo modelo.
El primer carro deportivo eléctrico de Mazda será único
Si bien, la automotriz japonesa está asegurando un desarrollo, todavía no hay certeza sobre cuál modelo utilizará dicha tecnología y mucho menos, cuándo se estrenaría. Sin embargo, en 2015 conocimos el concept car RX-Vision, el año pasado se presentó el Icon SP Concept y se ha venido hablando de la electrificación del Miata.
Mazda ha sido discreta con el tema de la electrificación total de sus vehículos, y aunque ya cuenta con dicha patente en este campo, algunas modificaciones se pueden presentar en el camino. El uso de la fibra de carbono sería lo más probable, mientras que el sistema de propulsión ‘cero emisiones’, en cambio, podría modificarse.
Pero, primero veamos cómo se constituye este chasis ligero y después entraremos en detalle de lo que puede pasar con la motorización. En el proyecto, el enfoque del tratamiento de la fibra de carbono incluye patrones detallados y cruzados para crear un “material isotrópico”. Lo que se conseguiría uniendo capas de fibra de carbono en diferentes direcciones.
El resultado, sería un chasis ligero pero a la vez rígido, garantizando el rendimiento y experiencia de conducción que se espera de un carro deportivo. Por ese lado, Mazda está segura. Ahora, aunque es una solución pensada en el caso de un EV a batería, no se descarta la implementación de un tren motriz híbrido eléctrico que use un motor a gasolina como generador de energía.
Ya sabemos cómo funcionan los híbridos eléctricos o eléctricos de rango extendido (EREV). El motor a combustión no impulsa las ruedas del vehículo, sino que alimenta los componentes eléctricos para una conducción en ‘cero emisiones’ y con suficiente autonomía. En este caso su motor rotativo sería protagonista.
En este punto, debemos esperar para ver cuándo se materializaría este innovador proyecto, pues después del registro de una patente pueden pasar varios años hasta tener el producto terminado.
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Jessica Paola Vera García. Fuente: BNN
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