Mientras que el Volkswagen Fox es un veterano con 16 años de vigencia, el pequeño Up! es un modelo que no genera la rentabilidad necesaria para la marca. Por eso, darán paso a nuevos proyectos de la marca alemana en el año nuevo.
Informes desde Brasil indican que las plantas de Volkswagen en ese país estarían cerca de finalizar la producción de dos de sus modelos más representativos: los Fox y Up!, que atienden a los segmentos de entrada con una presentación sencilla, gran espacio interior y motores de alta confiabilidad.
En ambos casos se trata de vehículos que, aparentemente, representan algún tipo de problema al fabricante alemán en el vecino país. La intención es que cedan su lugar a nuevas referencias, que no solo refrescarán la gama de la marca en América Latina, sino que podrán representar mayores beneficios económicos.
Al parecer, la información que señala el final de los Volkswagen Fox y Up! ya circula en los concesionarios brasileños. O al menos, así lo asegura el portal Motor1 Brasil.
Un viejo zorro
Ubicado a medio camino entre el Polo y el Up! con un estilo monovolumen, el Volkswagen Fox debutó en Brasil en 2003 como la opción más asequible al entonces costoso Polo europeo. Desde entonces, solo ha obtenido dos actualizaciones profundas (2009 y 2014), sin mayores cambios respecto al modelo original.
A la fecha, este auto continúa vigente dispuesto en dos versiones (Connect y Xtreme), con motor 1.6 de 8 válvulas y 99 caballos de potencia. Se produce en la planta de Sao José dos Pinhais, estado Paraná, pero al terminar su armado daría paso a un aumento en la producción del Volkswagen T-Cross, y a la llegada de la pick-up Volkswagen Tarok.
En su historia, el Fox existió en cuatro configuraciones básicas: hatchback de 3 y 5 puertas, camioneta (SpaceFox) y crossover, que conocimos como CrossFox o Fox Xtreme en Colombia.
El Up! ya va en Down
Mucho más reciente y moderno, el pequeño Volkswagen Up! es la carta de la marca en el segmento de autos populares. En Colombia no logró despegar, pero en Brasil se vende con relativo éxito, dispuesto en versiones Connect y Xtreme con motores de 1.0 litro, aspirado y Turbo.
Su principal problema no es la vejez como en el caso del Fox, sino la rentabilidad. Por su configuración e ingeniería, es un auto costoso. Pero como lo importante era hacer volumen, la marca lo vende a un bajo precio aún sacrificando su margen de utilidades. Aún así, nunca llegó al nivel de ventas esperado.
El modelo brasileño se produce desde 2014 en la planta de Taubaté, Sao Paulo. Tras su posible desaparición, es de esperarse que sus líneas de fabricación se ajusten para dar vida a la próxima generación del Volkswagen Gol, que deberá llegar en 2021.
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Óscar Julián Restrepo Mantilla. Fuente: Motor 1 Brasil.
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