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De acuerdo a las cifras de la Secretaría de Seguridad, en lo corrido del 2021, el hurto de motocicletas aumentó en un 9,7% con respecto al 2020. El uso de arma blanca es la constante para este delito. La extorsión es el modus operandi en estos robos.
La seguridad en Bogotá es un tema que preocupa a sus habitantes, más que al Gobierno Local. En el 2020 el delito con mayor impacto era el robo de bicicletas, lamentablemente este 2021 las motos son el principal objeto de hurto por parte de los amigos de lo ajeno.
Según las cifras ofrecidas por el Distrito, en el periodo de enero a marzo de 2021 hay 994 denuncias por robo de estos vehículos. Esto significa 33 robos diarios de motocicletas, representando así un 9,7% por encima de lo visto en el 2020, aún cuando durante este periodo del año anterior no existía cuarentena.
Por su parte los grupos de moteros aseguran que estas cifras son mayores, ya que al momento de los robos, el factor de la extorsión, es la forma más frecuente de robo mediante el secuestro de la moto. Es por ello que los propietarios no denuncian, con la esperanza de poder rescatar su vehículo automotor.
Una problemática que se minimiza
Como ya es tradicional con la Alcaldía actual, los hechos de inseguridad se ven minimizados al ser tratados como percepción. Los robos a motocicletas se presentan con un número considerable en localidades como Kennedy, Bosa, Engativá y Ciudad Bolívar. El halado es el principal método de hurto con un 79%, seguido por atraco con un 15%.
En pasados años, las motos de alto cilindraje eran la presa perfecta para los ladrones. Hoy en día cualquier marca y cualquier estilo de motocicleta es perfecta para robo, ya que son utilizadas para desguace, extorsión o utilizarlas en hechos delictivos. Estas son hurtadas en bahías, andenes o lugares donde su parqueo queda desprotegido.
Lamentablemente no se ven políticas públicas por parte de la Alcaldía para atacar este flagelo, que más allá de ser el hurto de un automotor, está un medio de trabajo y sustento para familias de estratos 1,2 y3. Por otro lado existe la falta de confianza en la justicia y autoridades, quienes no representan una garantía al momento de un hecho delictivo.
Como ya es tradicional en Colombia y específicamente en Bogotá, esta problemática seguirá su curso, agravando día a día sin ver una luz al final del túnel. Falta más contundencia y aceptación por parte de la Secretaría de Seguridad sobre los problemas de hurto a motos, bicicletas y vehículos, en vez de maquillar las cifras para quedar bien ante la ciudadanía.
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Nicolás Ramírez Ordóñez
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