El mercado de vehículos eléctricos en China vive una batalla feroz por los precios, con descuentos de hasta 30%. El gobierno alertó sobre una retracción del sector.
En 2019, el mercado automotor eléctrico en China contaba con más de 500 marcas, un verdadero battle‑royale empresarial. De ese universo original, un poco más de 100 siguen operando, enfrentando hoy una estrategia común: competir a base de tarifas agresivas que podrían desestabilizar el sector.
De acuerdo con datos de la Asociación China de Fabricantes de Automóviles, el precio promedio de un auto nuevo en el gigante asiático ha caído un 19 % en los últimos dos años, situándose alrededor de los 165 .000 yuanes (unos 25.000 dólares).
Esta tendencia coincide con un récord de descuentos: 227 modelos redujeron su precio en 2024 frente a 148 en 2023 y apenas 95 en 2022. Las rebajas fueron más fuertes en los vehículos eléctricos puros, con recortes del 13 % en promedio, unos 23 000 yuanes, y entre 8 % y 14 % en híbridos y microhíbridos.
¿Acusaciones a los líderes?
Sin mencionar nombres, la CAAM acusó a BYD de iniciar esta “última oleada de descuentos”, la cual alcanzó caídas mayores al 30 % en modelos como el Seal 07. Incluso su económico Seagull llegó a costar apenas 55.800 yuanes (USD 7 .770). La capacidad de BYD para mantener márgenes positivos, cerca del 20 % en beneficios brutos en el primer trimestre de 2025, a pesar de estos descuentos, refuerza su ventaja competitiva.
Empresarios como Great Wall y Geely han reaccionado, acusando a BYD de prácticas desleales. Los márgenes de ganancia de otros fabricantes se han reducido o incluso han entrado en terreno negativo, lo que ha generado conflictos y tres investigaciones regulatorias, incluyendo una por incumplimiento de normas de emisión.
A nivel del comprador, la bajada de precios ha hecho a los vehículos eléctricos más accesibles que nunca. Sin embargo, el lado oscuro incluye prácticas cuestionables como ofertas de “autos seminuevos con cero kilómetros” en plataformas digitales, resultado de la saturación del mercado original .
Por otra parte, los distribuidores enfrentan un «desangramiento»: en 2024, las pérdidas acumuladas sumaron entre 138. 000 y 178. 000 millones yuanes (USD 20-24.000 millones). Con márgenes de hasta −23 %, alrededor del 10 % de los más de 30. 000 concesionarios han tenido que cerrar, como lo registró scmp.
Gobierno en alerta
Y es que la situación ha alcanzado tal gravedad que el primer ministro Li Qiang empleó el término neijuan: “involución” para describir una competencia autodestructiva. En mayo, el MIIT (Ministerio de Industria y Tecnología de la Información) y la CAAM instaron a los fabricantes a cesar la “guerra de precios” y evitar prácticas de dumping, reseñó Reuters.
Así las cosas, durante una reunión en Beijing, las autoridades exigieron que las empresas implementen una autorregulación y no vendan vehículos por debajo del costo . En su declaración, el Ministerio destacó sin ambigüedades: “No hay ganadores en una guerra de precios, ni futuro” .
Por todo lo anterior, la estrategia agresiva de China amenaza con erosionar la rentabilidad, complicar relaciones comerciales y provocar tensiones regulatorias como los aranceles del 38 % aplicados por la UE o el 100 % en EE.UU. y Canadá por sospechas de dumping estatal.
Para nadie es un secreto que el país asiático produce más de la mitad de los vehículos eléctricos a nivel mundial y exporta a mercados emergentes, como México, Rusia y el Sudeste Asiático, y altamente desarrollados, donde ya supera a Tesla en ventas en algunos países. Los analistas comparan la situación con la industria de smartphones en los 2010: solo empresas integradas verticalmente, como BYD, siguen resistentes.
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Paola Reyes Bohórquez.