Un comunicado de la Asociación de Fabricantes de Automoviles de Europa señaló que el coronavirus ha evitado la producción de más de un millón de autos. Piden más ayuda a la Unión Europea.
La situación financiera para los jugadores de la industria automotriz europea a causa del coronavirus está peor de lo que se pensaba según el más reciente reporte de la Asociación de Fabricantes de Automóviles de Europa, ACEA.
Según declaraciones del director general de dicha agremiación, Eric-Mark Huitema, el efecto de la pandemia sobre la industria no tiene precedentes, poniendo en riesgo los puestos de trabajo —directos e indirectos— de 13,8 millones de europeos.
Se trata, en palabras del líder de la asociación, “de la peor crisis que ha impactado al sector automotriz”. Por ello, está haciendo un llamado para que la Unión Europea tome cartas en el asunto a través de acciones coordinadas y fuertes.

El panorama
De acuerdo con Huitema, el coronavirus ha obligado a que la mayoría de las 229 plantas de fabricantes europeos —que emplean a 2,6 millones de personas— han tenido que anunciar cierres temporales dadas las medidas gubernamentales, la escasez en la cadena de suministro y el colapso de la demanda.
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El ejecutivo continua asegurando que, hasta el momento, se han visto afectados en total 1’110.107 trabajadores de fabricantes, sin contar miembros de autopartistas y concesionarios. De igual forma, se han dejado de fabricar 1’231.038 vehículos.
Adicionalmente, la asociación resaltó que, a pesar de todo lo que está en riesgo, la industria ha estado ofreciendo algunas fábricas y autopartes para producir respiradores, prestando flotillas para el transporte de personal médico, e incluso donando los tapabocas como los usados para los trabajos de pintura.
Lo que piden
Dado ese contexto, ACEA hizo un llamado para que la Unión Europea considere ciertas ayudas que mitiguen el efecto del coronavirus en la industria automotriz, comenzando por tomar medidas que eviten un daño fundamental e irreversible.
Con esto, indirectamente, se refiere a beneficios monetarios o regulatorios que ayuden a evitar la perdida permanente de puestos de trabajo, capacidades de producción e incluso de investigación y desarrollo.
De igual forma, enfatiza en la necesidad, cuando pase la crisis, de que “Europa se prepare para estimular la recuperación de nuestro sector, que será un aliado clave para acelerar la recuperación de la economía europea en el largo plazo”.
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