Bolivia está pensando en el futuro y desde ya tiene en marcha un proyecto nacional para la producción de combustibles usando como materia prima desechos. Esta es una apuesta que da pasos firmes.
El país sudamericano de Bolivia quiere ser uno de los pioneros en la producción e implementación de combustibles amigables con el medio ambiente, y para el caso de la nación, se trata de un proyecto que resulta económicamente más rentable.
Las acciones ya están andando, y a hoy Bolivia ya cuenta con una pequeña planta piloto para el procesamiento de residuos y desechos de consumo humano para transformarlos en biocombustibles. Este centro de producción se encuentra ubicado en la ciudad de El Alto.
Además de hacer un aporte a la conservación y mejoramiento de los entornos en términos de reducir la contaminación, el programa de combustibles ‘verdes’ también tiene un objetivo muy puntual. Bolivia proyecta reducir la dependencia exterior para abastecer este mercado a nivel local.
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La idea es impulsada por el propio Gobierno de Bolivia, mediante el apoyo público en favor del bioetanol y biodíésel. Plásticos, bolsas y neumáticos son algunos de los elementos que se usan como materia prima sin necesidad de petróleo.
Los componentes son sometidos a un proceso de catalización que sirve para comprimir los materiales y generar gasóleo. La meta, hablando de cifras, es lograr la producción de 112.000 litros diarios de biocombustible. Actualmente la planta de prueba produce 28 litros diarios a partir de 90 toneladas de basura.
De acuerdo a lo manifestado por las entidades oficiales como la Agencia Nacional de Hidrocarburos de Bolivia, el combustible resultado de este proceso contiene bajos niveles de azufre y aporta a la reducción de gases tóxicos.
Los beneficios económicos para el país andino se reflejarán en la disminución significativa de las importanciones de combustible, las cuales les genera gastos de 1.200 a 1.400 millones de dólares. El dinero se invierte en procesos locales y se hace uso más eficiente de los recursos.
Contando con que los planes marchen según lo planeado, en 2024 se espera que entre en funcionamiento una nueva fábrica de biodiésel ubicada en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, el centro más poblado de ese país, donde se reciclará aceites desechados. La capacidad de producción será de unos 3 millones de barriles por año.
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Jessica Paola Vera García.