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Para recordar la historia uno de los carros más exitosos y recordados de nuestro país, presentamos un Chevrolet Sprint modelo 1989 que recién pasó por un dispendioso proceso de restauración. Quiere optar para placas de antiguo y clásico en unos años.
Véalo primero en VIDEO:
Al hablar de carros populares en Colombia, no hay duda que el primero que viene al recuerdo es el Renault 4. Pero la llegada del pequeño auto francés abrió paso a otros modelos que llegaron después, con otra tipología y tal vez mucho más modernos, pero igualmente populares y exitosos. Uno de ellos fue, precisamente, el Chevrolet Sprint.
Para mediados de la década de 1980, el venerable “Amigo Fiel” veía comprometido su reinado por un estancamiento comercial y la evidente obsolescencia del modelo. General Motors aprovechó el momento, y encontró en su filial japonesa Suzuki el modelo ideal para, de alguna manera, hacerle frente.
El elegido fue el Suzuki Cultus, un auto que nació en Japón en 1983 con un diseño moderno y muy llamativo para su tiempo, y con una mecánica ideal para responder con fuerza y economía. Ensamblado en Colmotores, debutó con el nombre de Chevrolet Sprint el 7 de octubre de 1986.
Algo de historia
Nacido para ser el nuevo carro popular de Colombia, el Chevrolet Sprint combinaba un diseño moderno, gran espacio interior, practicidad total y un motor económico y fuerte a prueba de todo, muy bien configurado para responder en la topografía nacional.
Bajo el capó, llevaba un pequeño propulsor de 993 c.c. y tres cilindros, capaz de entregar 50 caballos de fuerza a 5.800 rpm y torque de 77 Nm a 3.200 rpm, conectado a una caja manual de 5 velocidades. Su carrocería alcanzaba una longitud de 3,6 metros, similar al Renault 4 pero más ancho, y con mucho mejor aprovechamiento del espacio.
Con apenas tres meses en venta, cerró 1986 con cerca de 1.200 unidades entregadas al público, una cifra muy llamativa para la época y aún más, para las circunstancias del momento. Esa primera serie duró muy poco en el mercado, por lo que hoy en día son muy escasos y apetecidos.
Acorde con el gusto de los colombianos
A menos de un año de su llegada, el Chevrolet Sprint recibió una fuerte actualización a nivel de diseño exterior e interior, con la que se mantuvo intacto hasta el final de sus días, en 2004, con variaciones mínimas. Ahora, se ajustaba más a las necesidades del público, al tiempo que recibió cambios en la suspensión para ofrecer una marcha más cómoda.
De allí en adelante, fueron pocos los cambios. En 1994 adoptó rines de aluminio y bumpers ‘body color’, y por regulaciones ambientales, en 1998 recibió el motor de 993 c.c. y tres cilindros, con inyección monopunto y 53 caballos de potencia. En 2000, regresaron los rines de lámina y bumpers negros.
Luego de presentar su variante taxi en 2002, el Chevrolet Sprint finalizó su producción en 2004 con la donación de la última unidad, de color negro, al Banco Arquidiocesano de Alimentos. En total, se ensamblaron 70.848 unidades que lo ubican como uno de los carros nacionales de mayor producción.
Nuestro protagonista
Ahora, hablemos del vehículo que ilustra esta nota. Es un Chevrolet Sprint modelo 1989 propiedad de Jeison Moreno, quien lo recibió hace cerca de tres años como una herencia de su padre.
En realidad, la historia va un poco más atrás pues el padre de Jeison tuvo un Sprint por muchos años, fue su “cariño verdadero” pero, por cosas de la vida, tuvo que venderlo. Hacia 2016 encontró esta unidad en un estado de total descuido, gracias a lo cual pudo adquirirla a muy buen precio y, posteriormente, decidió heredarlo a Jeison.
Acto seguido, inició un dispendioso proceso de restauración que, a la fecha, acumula más de 6 meses. Afortunadamente, conseguir repuestos para este vehículo aún es relativamente fácil.
La restauración
Para regresar este Chevrolet Sprint 1989 a su estado original, se desarmó hasta el último tornillo cambiando todo lo que fuera necesario. El motor obtuvo una reparación total de sus partes, y las piezas de chasis y suspensión se ajustaron, cambiaron o arreglaron según la necesidad.
De otro lado, en el interior se recuperaron los asientos originales en tela y vinilo, y la consola tuvo ajustes y detalles en los botones, al igual que el timón, que había sido reemplazado por uno no original, y el panel de instrumentos.
Uno de los elementos más emblemáticos fue el radio-cassette Sony que venía instalado de fábrica, algo que en aquella época era un artículo de lujo que no se incluía en otros autos similares. Luego de una búsqueda minuciosa, Jeison encontró el equipo original, que se había reemplazado con otros más modernos.
Finalmente, luego un excelente trabajo de pintura en el cual revivió el color rojo puro original de fábrica, este Chevrolet Sprint 1989 logró recuperar el brillo de sus días iniciales tomando un estado casi “de museo”.
Aunque faltan algunos detalles, es llamativo a la vista y va camino a una meta clara: ponerse a punto para obtener en 2024 las anheladas placas ‘blanquiazules’ de antiguo y clásico.
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Al rescate de los clásicos
Luego del nostálgico viaje al pasado que genera observar este Chevrolet Sprint de 1989, solo queda felicitar a Jeison por tan buen trabajo de recuperación, en el que se nota el esmero y cariño que ha puesto en el vehículo.
Ojalá, muchas más personas se motiven a rescatar, restaurar y conservar esos vehículos que, de una u otra forma, marcaron la historia automotriz colombiana y más aún, cuando fueron ensamblados en alguna de las plantas instaladas en nuestro país.
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DATO CURIOSO:
El Chevrolet Sprint se conoció alrededor del mundo con varios nombres, en función del mercado o de las circunstancias de cada país. Algunos de ellos fueron Suzuki Cultus (nombre original en Japón), Suzuki Forsa, Suzuki Swift (se dice que fue su primera generación), Chevrolet Sprint Metro, Pontiac Firefly y Holden Barina, entre otros.
Dimensiones y capacidades
- Largo: 3,68 metros
- Ancho: 1,56 metros
- Altura: 1,36 metros
- Distancia entre ejes: 2,34 metros
- Capacidad del tanque: 8,2 galones
- Peso en vacío: 690 kilogramos
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Galería Fotográfica:
Chevrolet Sprint 1989 de Jeison Moreno
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Galería Fotográfica:
Restauración
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Texto y fotografías: Nicolás Ramírez Ordóñez, redacción Revista Virtual El Carro Colombiano.
Producción de video: Alejandro Pinilla Jaramillo.
Agradecimientos especiales a Jeison Moreno, propietario del Chevrolet Sprint 1989 que protagoniza esta nota.
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